La innovación investigativa ha conllevado a la medicina a una transformación sin presidentes en los últimos años. Por este motivo, estar en constante actualización de conocimiento es un requerimiento para consolidarse como un profesional competente en la práctica laboral en el área de la anestesiología.
A lo largo de este texto ahondaremos en algunos de los avances del campo de la anestesiología, adentrando en los nuevos fármacos disponibles para la optimización del cuidado perioperatorio, el cuidado del paciente para evitar efectos secundarios y las diferentes repercusiones de los fármacos den los individuos. Ahondar en estos avances farmacológicos permitirá crear un nuevo bagaje conceptual que será de gran utilidad durante praxis profesional.
Nuevos fármacos
El objetivo de la medicina siempre es ser más efectiva y segura, por eso se hacen múltiples esfuerzos por encontrar fármacos de acción rápida, fácilmente titulables, predecibles y sin efectos residuales. Dentro de este contexto algunos de los nuevos descubrimientos nos proponen estas herramientas:
Inductores intravenosos
El agente anestésico ideal debería cumplir las siguientes características: rápido inicio y fin de acción, analgésico a concentraciones subanestésicas, antiemético, mínima depresión respiratoria y cardiovascular, ausencia de metabolitos activos, metabolismo órgano-independiente, fácilmente titulable, nula interacción con los relajantes neuromusculares. Además, se exige no efectos tóxicos en otros órganos, antioxidante, antiinflamatorio, que no produzca reacciones de hipersensibilidad ni liberación de histamina, seguro si se inyecta intraarterialmente de manera inadvertida, no contaminante y con larga vida de almacenamiento.
A pesas de estas exigencias, ningún agente anestésico en la actualidad cumple todos estos requisitos, pero las nuevas formulaciones farmacéuticas apuntan en esta dirección.
El remimazolam es una benzodiacepina nueva, de acción ultracorta. Los estudios clínicos en fase I han demostrado una recuperación completa de 10 minutos en comparación a los 40 minutos tras midazolam.
Las nuevas formulaciones de propofol y etomidato que se están desarrollando van encaminadas a evitar el dolor de inyección y la supresión adrenal respectivamente. Por otra parte, evidencias recientes apuntan a que la anestesia total intravenosa con propofol podría mejorar el dolor postoperatorio. Ello parece deberse a sus efectos: antinociceptivo periférico, antioxidante, neuroprotector y a la inhibición de los receptores N-Metil D-Aspartato.
Agentes inhalatorios
El gas xenón tiene muchas de las propiedades que caracterizan al anestésico ideal. Es un gas inerte que no produce metabolitos tóxicos, no reacciona con agentes absorbentes y no depleciona los depósitos de vitamina B12, a diferencia de otros agentes inhalados. Su capacidad anestésica se debe principalmente a la inhibición de los receptores NMDA en el sistema nervioso central (SNC).
Además, La concentración alveolar mínima (CAM) del xenón es 71 %, lo que limita la Fi02 y le impide ser agente único para inducción. Sus coeficientes de partición son los menores de todos los anestésicos inhalatorios comercializados: sangre-gas 0.115 y cerebro-sangre 0.23, por lo que el inicio de acción y el despertar es muy rápido. Como efecto negativo, puede mencionarse que se acumula en espacios cerrados de manera similar al protóxido, aunque en menor medida.
El helio, cuando forma parte de la mezcla gaseosa heliox (sustituyendo el nitrógeno del aire inspirado por helio), sí ha demostrado su eficacia en mejorar el flujo aéreo en pacientes con lesiones obstructivas de vía aérea. Dichas situaciones condicionan flujos turbulentos; con la administración de heliox se convierten en laminares (gracias a su bajo peso específico que le confiere una densidad muy baja) con lo que disminuye la resistencia de la vía aérea y consecuentemente el trabajo respiratorio del paciente.
Analgesia multimodal
Un control efectivo del dolor puede contribuir a mejorar los resultados de la cirugía, disminuir la estancia hospitalaria y el riesgo de desarrollar dolor crónico postoperatorio. Tradicionalmente, los opioides han sido la primera línea de analgésicos perioperatorios.
Sin embargo, los opioides tienen numerosos efectos secundarios a corto plazo (náuseas y vómitos, prurito, íleo, retención urinaria, somnolencia y depresión respiratoria) y largo plazo (el uso crónico de opioides puede contribuir a sensibilización central y periférica, desarrollo de hiperalgesia y supresión del eje hipotálamo-hipofisario). Es por ello que entre los avances farmacológicos de nuestra especialidad se encuentra el uso cada vez más generalizado de agentes analgésicos que sustituyan en alguna medida a los opioides con el objetivo de evitar sus efectos secundarios y mejorar la capacidad funcional.
Avances en los modelos farmacológicos
Probablemente, la mejor manera de administrar los agentes farmacológicos es individualizar y matizar las indicaciones generales en función de las características del paciente. En ello se basa la farmacología poblacional que estima las variaciones inter e interindividuales que afectan a la farmacocinética y farmacodinámica de un fármaco. Se ha convertido en una disciplina por sí misma, crucial a la hora de desarrollar un agente farmacológico nuevo, ya que presenta valor predictivo (predice los requerimientos de dosis de ese individuo en función de su edad, raza o peso). Se considera superior a la farmacología clásica. Su utilidad en anestesiología se acentúa en poblaciones específicas, como la geriátrica, el obeso mórbido o cuidados críticos.
Paciente anciano
Se sabe que el paciente anciano presenta una disminución del volumen de distribución y del metabolismo y un aumento de la sensibilidad a los fármacos anestésicos. Lo que se traduce en una disminución de los requerimientos de dosis de entre un 25 y un 75 % de la mayoría de los anestésicos y una prolongación de su efecto. Sin embargo, la mayoría de los estudios farmacológicos en la población geriátrica están diseñados en pacientes sanos (ASA=I y II) entre 65 y 80 años; los datos obtenidos se extrapolan a pacientes mayores de 80 años, siendo esta población una de las de mayor crecimiento en el primer mundo.
El obeso mórbido
En el obeso mórbido hay cuatro factores que afectan a la farmacocinética: un incremento del gasto cardiaco, del peso magro (el ratio peso magro/ peso total es menor), de la masa grasa y del volumen extracelular. Existe una relación lineal entre el peso magro y el aclaramiento de la mayoría de los fármacos, por lo que es un parámetro útil para el cálculo de dosis de inducción y mantenimiento. Sin embargo, de nuevo, son necesarios estudios específicos en obesos mórbidos porque las dosis específicas para la mayoría de fármacos en esta población concreta no se conocen con certeza.
Paciente crítico
La mayoría de los estudios se han realizado en voluntarios sanos y se han ajustado mínimamente al paciente leve o moderadamente enfermo. Asumiendo perfiles farmacocinéticos y farmacodinámicos similares, los resultados se han extrapolado al paciente crítico. Sin embargo, estos pacientes presentan cambios evidentes (mayor volumen de distribución y un menor aclaramiento renal), están expuestos a múltiples interacciones farmacológicas y pueden incluso cambiar de día a día según cambia la gravedad de la disfunción de cada órgano afecto. Una de las mayores áreas de investigación en este campo es el uso de antibióticos, donde los datos disponibles sugieren que estos pacientes están expuestos con mayor frecuencia a infradosificación que a sobredosificación, lo que puede influir negativamente en su pronóstico y generar resistencias.
La especialización profesional como eje de desarrollo
Sin duda alguna, el campo de la anestesiología ha pasado por un desarrollo inmejorable, sin embargo, es fundamental continuar investigando para proporcionar alternativas más eficientes. Por este motivo, desde TECH Universidad Tecnológica ofrecemos el Máster en Anestesiología y Reanimación como una excelente alternativa académica para todas las personas interesadas en este ámbito del saber. Además, contamos con otras opciones educativas, como lo son el Máster en Dirección de Hospitales o el Máster en Dolor. Gracias a ello, los profesionales tienen diferentes vertientes médicas a las cuales acudir si así lo desean.