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Las nuevas regulaciones sobre la estructura de la comunicación en Latinoamérica son el centro de una importante discusión sobre la función de los medios impulsada por la sociedad y por una activa intervención de los diferentes gobiernos. La unión tecnológica entre medios audiovisuales, telecomunicaciones e Internet atrae a nuevos actores a la discusión e impacta en la labor mediadora que ejercían tradicionalmente las empresas periodísticas. A contrario de la desregulación de las normas sobre medios de comunicación que es lo habitual en los países centrales, en América Latina gobiernos de distintos signos políticos impulsan, desde hace una década, nuevas regulaciones para el sector.
Estas regulaciones combinan respuestas frente a problemas que en algunos casos son antiguos, como la concentración de la propiedad y su extranjerización, la función del Estado como emisor y gestor comunicacional, la subordinación de los órganos de aplicación de las leyes a los gobiernos o el control de los contenidos; otros, en cambio, son desafíos novedosos, como la convergencia tecnológica y productiva entre el sector audiovisual, la gráfica, las telecomunicaciones e internet.
No obstante, hay que conocer que, mientras en los países centrales la convergencia tecnológica es invocada como fundamento de regulaciones más flexibles hacia la concentración del sector, en América Latina es la política la que marca como se producen las normas que promueven controles que son más estrictos.
El modo en que se regula el sector de los medios es un indicador de peso para analizar la configuración del espacio público que se proyecta desde el Estado, toda vez que los medios son dispositivos privilegiados de socialización y son los que varían el ambiente en que se producen, editan, distribuyen y utilizan masivamente las informaciones y los entretenimientos, en una metamorfosis que incluye de manera creciente interacciones mediante redes fijas y móviles.
Nuevas regulaciones en Latinoamérica
La confluencia de nuevas regulaciones con la convergencia tecnológica y la masificación del acceso a internet estimularon una inédita apertura de la discusión sobre la función de los medios de comunicación, sobre sus intereses y alianzas, sobre sus reglas de juego y sobre sus líneas editoriales. Nunca antes los medios se cuestionaron tanto con anterioridad.
El cuestionamiento es diverso y proviene de algunos gobiernos, fundamentalmente los que son aludidos como populismos de nueva izquierda; aunque también hay gobiernos de centro o centroderecha que lo hacen. Incluso más allá del complejo estatal, numerosos grupos de la sociedad civil crearon observatorios que critican el funcionamiento de los medios. Estos presionan en favor de la adopción de regulaciones que modifiquen los rasgos básicos de los sistemas de medios latinoamericanos. Estudiar la estructura de propiedad de los medios en América Latina constituye un desafío en varios sentidos.
En primer lugar, porque no resulta arriesgado señalar que Latinoamérica presenta uno de los índices de concentración de propiedad de medios más altos del planeta. En segundo lugar, porque si bien son numerosos los trabajos que han abordado la cuestión de la propiedad de los medios desde hace más de 40 años a los clásicos trabajos de la década de los setenta se pueden agregar en los últimos años otros trabajos publicados en inglés como los de Sinclair (1999), Fox y Waisbord (2002) o en castellano por Mastrini y Becerra (2006), Becerra y Mastrini (2009) y Trejo Delarbre (2010), entre otros.
Se puede decir que ha habido una transformación de los grandes grupos de comunicación de la región de empresas familiares. Esto ha sucedido durante las décadas de los 50 y 60 y ha pasado a grandes conglomerados, sobre todo desde los últimos años del siglo XX.
Estructura de la comunicación en Latinoamérica actualmente
La historia de la producción y distribución de información y entretenimientos masivos en América Latina expone continuidades a lo largo del siglo XX; mismas que entraron en crisis tras el cambio de siglo. La convergencia tecnológica no es la única variable que opera en esa crisis, ni es unidimensional en sus consecuencias, pero es una referencia. El uso de plataformas digitales para potenciar procesos de producción, edición, almacenamiento, distribución o acceso y consumo de cultura, es una incubadora de nuevos modos de concebir los procesos de sociales.
Esa situación novedosa se nutre de tradiciones muy acendradas en la historia de las industrias, masivas y generalistas, de la cultura y de la información; historia que es por su parte atravesada por lógicas locales, idiosincráticas, y por flujos globalizadores, y da lugar a conflictos de nuevo concepto. Más allá de las diferencias propias de desarrollos nacionales y de estructuras socio demográficas dispares, las mencionadas continuidades en América Latina son:
- La lógica comercial ha protagonizado casi en soledad el funcionamiento de las industrias culturales en general y del sistema mediático en particular.
- La ausencia de servicios públicos no gubernamentales y el empleo de los medios de gestión estatal como órganos propaladores del discurso gubernamental. Lo anterior, con mínima incidencia en la audiencia (excepto en Chile, y en Colombia hasta 1995).
- La configuración de procesos de concentración de la propiedad del sistema de medios de conglomerados. Mismos que están liderados por pocos grupos mediáticos, que exceden en su significación los registrados en los países centrales.
- La centralización de la producción de contenidos informativos y de entretenimientos en los principales centros urbanos de cada país. Esto lo relega así al resto de los territorios estatal-nacionales al rol de consumidores de contenidos producidos por otros.
Carencias en el servicio
Otro factor es la carencia de medios con misión de servicio público donde los medios de gestión estatal funcionaron como dispositivos de propaganda gubernamental realza la incidencia de los grandes grupos comerciales; esto dado que el interés de las grandes audiencias privilegia la oferta mercantil de la comunicación. La novedosa preocupación por la concentración, manifiesta en varios países latinoamericanos, se centra en la posición dominante. Misma que algunos grupos pueden ejercer en las redes tradicionales de producción y distribución masiva de informaciones y entretenimientos.
Eso es lo que hacían, clásicamente, los medios masivos. Con la digitalización es diferente, obliga a ampliar el objeto de análisis. La información y el entretenimiento se ven hoy a escala masiva no solo son producidos y distribuidos por los medios masivos como la televisión o la radio; sino cada vez más a través de Internet. En este punto se tornan protagonistas las operadoras y proveedores de conexión. El cierre de la primera década del siglo XXI completó en América Latina la consolidación de procesos que apuntan a la mutación de la historia del sector de medios:
- La alteración de los nexos que históricamente se construyeron entre política y medios (y en particular, entre gobiernos y empresas periodísticas)
- Las determinaciones de una estructura concentrada de la propiedad de los medios.
- La facilidad para la expansión de la televisión multicanal de pago con una estructura también concentrada.
- La transformación tecnológica en el marco de la digitalización del audiovisual.
- La creciente desintermediación de la labor articulada por los sistemas tradicionales de medios, en directa relación con la masificación de nuevos medios y redes digitales.
- La inexistencia de medios públicos no gubernamentales.
Periodismo en el mundo
La comunicación a nivel mundial ha tenido grandes cambios a través de la historia. En toda la historia humana han existido procesos comunicativos que permiten relacionarse entre los seres humanos. Sin embargo, es un proceso que evoluciona a diario, permitiendo así ampliar los horizontes de cada mensaje emitido y que los receptores tengan una mayor claridad en los mismos.
TECH Universidad Tecnológica se posiciona actualmente como la mayor universidad virtual del mundo. Este título se ha logrado mediante el diseño de un amplio portafolio educativo enfocado en la excelencia profesional. En el caso de su Facultad de Comunicación y Periodismo, se encuentran posgrados como el MBA en Dirección de Comunicación Corporativa (CCO) y el Máster en Guion Audiovisual. Por otra parte, para aquellos profesionales que buscan dominar el campo de la comunicación enfocada en el ámbito comercial una de sus mejores elecciones será optar por el Máster en Comunicación Publicitaria.