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Como introducción al guion tomaremos como referente a McKee. El mismo propone en su libro “El guion. Sustancia, estructura, estilo y principios de la escritura de guiones” las siguientes ocho recomendaciones: En primer lugar, principios y flexibilidad.
“El guion propone principios, no normas. Las normas dicen: «Se debe hacer de esta manera». Sin embargo, los principios se limitan a decir: «Esto funciona… y ha funcionado desde que se recuerda». La diferencia resulta crucial. Nuestro trabajo no debe seguir el modelo de una obra «bien hecha», sino que debe estar bien hecho según establecen los principios que conforman nuestro arte. Quienes cumplen las normas son los escritores ansiosos e inexpertos. Los escritores rebeldes y sin formación las incumplen. Los artistas son los maestros de la forma.” (McKee, 2009, p. 10)
En segundo lugar, universalidad y arquetipos.
“El guion propone formas eternas y universales, no fórmulas. Cualquier teoría sobre los paradigmas y los modelos infalibles de redacción que sirven para alcanzar el éxito comercial es un disparate. A pesar de las tendencias, de las nuevas versiones y de las segundas partes, al analizar toda la cinematografía de Hollywood descubrimos una sorprendente variedad de diseños narrativos, pero ningún prototipo. (…)
Lo que hace falta es volver a descubrir las directrices básicas de nuestro arte, los principios conductores que dan rienda suelta al talento. Independientemente del lugar donde se realice una película –Hollywood, París, Hong Kong– si su calidad es arquetípica, producirá placer en una reacción en cadena, global y perpetua, que la llevará de sala en sala, generación tras generación.” (McKee, 2009, p. 10)
En tercer lugar, evitar estereotipos.
“El guion propone arquetipos y no estereotipos. Las historias arquetípicas desvelan experiencias humanas universales que se visten de una expresión única y de una cultura específica. Las historias estereotipadas hacen justamente lo contrario: carecen tanto de contenido como de forma. Se reducen a una experiencia limitada de una cultura específica disfrazada con generalidades rancias y difusas. (…) Una historia arquetípica crea entornos y personajes tan poco habituales que nuestra mirada se deleita con cada detalle, mientras la narración revela conflictos tan humanos que viajan de cultura en cultura. Las historias estereotipadas no cruzan fronteras; las arquetípicas sí.” (McKee, 2009, p. 11)
En cuarto lugar, síntesis y profundidad.
“El guion propone minuciosidad, no atajos. Desde la inspiración hasta la versión final puede que escribir un guión requiera tanto tiempo como escribir una novela. Los escritores de guiones y de prosa dan la misma densidad a los mundos, personajes e historias que crean, y a menudo nos equivocamos al pensar que un guión es más rápido y sencillo de escribir que una novela simplemente porque las páginas de los guiones tengan mucho espacio en blanco.
Los grafómanos rellenan páginas tan rápidamente como son capaces de teclear, pero los guionistas de películas cortan una y otra vez, implacables en su deseo de expresar lo máximo con el menor número de palabras posible. (…) los guionistas aprenden que la clave está en economizar, que la brevedad cuesta tiempo, que la excelencia es sinónimo de perseverancia. (McKee, 2009, p. 11)
En quinto lugar, esmerarse en el engranaje.
“El guion propone realidades, no los misterios de escribir. No existe ninguna conspiración para mantener en secreto las verdades de nuestro arte. En los veintitrés siglos transcurridos desde que Aristóteles escribiera su Poética, los «secretos» de las historias han sido tan públicos como la biblioteca de la esquina. (…) De hecho, contar una historia con el objetivo de llevarla a la pantalla parece una tarea engañosamente sencilla a primera vista.
Pero cuanto más nos acercamos al centro, trabajando escena a escena para que la historia funcione, la labor se complica paulatinamente, y nos damos cuenta de que en la pantalla no hay ningún lugar donde esconderse. (…) La cámara es el temido aparato de rayos X que revela todo aquello que es falso. Amplía la vida reiteradamente y después desnuda con violencia cada giro débil o extraño de nuestra historia hasta que, confusos y frustrados, sentimos tentaciones de abandonar. Sin embargo, con determinación y estudio, el rompecabezas encaja; la escritura de guiones es una tarea repleta de preguntas pero no de misterios irresolubles.” (McKee, 2009, p. 12)
En sexto lugar, focalizarse en la creación pulida.
“El guion propone cómo alcanzar la maestría de nuestro arte y no cómo adivinar el futuro de nuestro mercado. Nadie puede enseñarnos qué se vende, qué no se vende, qué será un éxito o un fracaso total, porque nadie lo sabe. Los descalabros de Hollywood se basan en los mismos cálculos comerciales que los mayores éxitos. (…) Cuando escribamos con una calidad insuperable, y no antes, conseguiremos un agente, venderemos nuestro trabajo y lo veremos fielmente reflejado en la pantalla.
Si hacemos una torpe imitación del éxito del verano pasado, engrosaremos a las filas de esos mediocres que todos los años inundan Hollywood con miles de historias saturadas de tópicos. En lugar de obsesionarnos por nuestras posibilidades de éxito, debemos dedicar nuestra energía a alcanzar lo sublime. Si entregamos un guion brillante y original a los agentes se pelearán por el derecho a representarnos. (…).
Es más, una vez en fase de producción, nuestro guion acabado encontrará un nivel de interferencia sorprendentemente pequeño. (…) Los autores sólidos no venden sus primeros borradores. Revisan el guion pacientemente hasta que está lo más preparado posible para el realizador y los actores. Una obra inacabada incita a la manipulación, mientras que un trabajo afinado y maduro preserva su integridad.” (McKee, 2009, p. 13)
En séptimo lugar, importancia de respetar al público.
“El guion insta a respetar al público, no a desdeñarlo. Cuando una persona con talento escribe mal, lo suele hacer por uno de los siguientes motivos: o está obcecada con una idea que debe demostrar, o le embarga una emoción que quiere expresar. Si una persona con talento escribe bien suele ser por el deseo de llegar a su público. Noche tras noche, a lo largo de años de interpretar y dirigir, me he quedado maravillado por el público, por su capacidad de respuesta. Las máscaras caen como por arte de magia, los rostros se tornan vulnerables y receptivos. (…).
El público no es solo increíblemente sensible. Cuando se instala en un cine a oscuras, el cociente intelectual colectivo se dispara veinticinco puntos. Cuando vamos a ver una película, a menudo sentimos que nuestra inteligencia es superior a lo que estamos viendo, que sabemos qué van a hacer los personajes antes de que lo hagan, que adivinamos el final antes de que lo hagan ellos.
El público no solo es inteligente, sino que su inteligencia supera la de la mayoría de las películas. (…) Lo único que puede hacer un guionista para adelantarse a las agudas percepciones de un público atento es utilizar todas las dotes artísticas que haya adquirido. Ninguna película podrá funcionar si no nos adelantamos a las reacciones y expectativas del público. Debemos dar forma a nuestras historias de tal manera que expresen nuestra visión y satisfagan los deseos de los espectadores. El público es un factor tan determinante para el diseño de la historia como cualquier otro elemento. Sin él, el acto creativo es inútil.” (McKee, 2009, p. 13)
La construcción de una historia
El profesional en comunicación juega un papel importante en la construcción de historias. Es él, el responsable de hacer de cada una de las narrativas inmersivas e interesantes para un público de espectadores que fijan su atención en una obra artística. Por esta razón, es crucial que el mismo cuenta con las adecuadas habilidades para el desarrollo de la misma de manera adecuada.
TECH Universidad Tecnológica se centra en el desarrollo de los profesionales modernos. Cada uno de sus programas ha sido diseñado enfocado en el futuro y en la construcción adecuada de unas habilidades en el alumnado. En el caso de su Facultad de Comunicación y Periodismo, se encuentran posgrados como el Máster en Periodismo Cultural y el Máster en Periodismo Deportivo. Por otra parte, para aquellos profesionales que buscan complementar su educación en el área de la creación y el montaje de obras artísticas desde la narrativa, no cabe duda que su mejor elección será el Máster en Guion Audiovisual.