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Dentro del periodismo político es importante que el profesional en comunicación conozca y domine tanto del tema como le sea posible. Esto le permite estar en contexto de cada una de las diversas situaciones que se pueden presentar en una comunidad establecida. Además de ello, el mismo podrá opinar en algunas ocasiones de manera subjetivamente, frente los sucesos. El sistema político y las formas de gobierno son uno de los primeros factores a tener en cuenta en este medio informativo.

Democracia

La palabra democracia surge de las palabras griegas demos (que significa pueblo) y kratós (que significa poder y gobierno). Se definiría a la democracia como una forma de gobierno donde la soberanía la tiene el pueblo y este participa en la política eligiendo y controlando los representantes que han escogido a través de las elecciones (llevadas a cabo por sufragio universal masculino y femenino).

Aunque en la antigüedad la democracia no era considerada una forma de gobierno ideal (pues muchos filósofos y pensadores decían que no cualquier persona del pueblo podía acceder al poder, ya que este debía reservarse para los más preparados y los que gozaban de mayor virtuosidad), el concepto de democracia ha ido evolucionando a lo largo del tiempo hasta consolidarse como la forma de gobierno ideal y más justa en la actualidad.

La democracia también ha pasado de ser una democracia participativa (donde los ciudadanos pueden influir directamente sobre las decisiones políticas teniendo así una mayor participación, facilitando así su capacidad para asociarse en asambleas y organizarse) a ser una democracia representativa (presente en la mayoría de los países que son considerados democráticos actualmente).

La democracia representativa es una democracia indirecta donde los ciudadanos eligen, democráticamente y a través de elecciones libres, a representantes políticos que tomaran las decisiones, en teoría, representando los intereses del pueblo, pero la ciudadanía no podrá influir directamente en estas decisiones, como sucede en las democracias participativas.

En las democracias representativas, además, se pueden encontrar con distintas formas de gobierno. Una de esas formas de gobierno sería el sistema presidencialista, que es el caso por ejemplo de Estados Unidos, donde los tres poderes se encuentran separados y el presidente del Estado concentra todo el poder ejecutivo y es a la vez jefe de gobierno y jefe de Estado.

Tiranía

El concepto tiranía se ha utilizado desde la Grecia clásica para definir un gobierno en que el poder está concentrado en manos de un tirano, es decir, de una persona que ejerce este poder según sus convicciones sin tener en cuenta a la ciudadanía y sin estar sujeto a ningún tipo de control. Frecuentemente, este tirano llega al poder a causa de un golpe de estado, una revolución, por la fuerza o a través de la violencia, con el apoyo de la intervención extranjera o algunas veces, incluso, con el apoyo popular y de manera democrática, aunque, posteriormente, ejerce este poder a través de la fuerza y la coacción.

El tirano suele ejercer este poder en beneficio propio, es decir, sin escuchar ni representar a la población, e impone sus criterios a la vez que genera miedo a la ciudadanía y la reprime. Los rasgos o particularidades de la tiranía son:

  • Ilegitimidad: significa la llegada al poder a través de artimañas políticas o mentiras y el desarrollo de esa tiranía al margen de la ley y eventualmente con la oposición popular.
  • Autoritarismo: constituye una manera abusiva de ejercer el poder, obviando las leyes y sustentándose por la fuerza y la represión a la población y a la oposición, de manera que el tirano gobierna de manera despótica y arbitraria. Además, este tirano hará todo lo posible para mantenerse en el poder (desde elecciones fraudulentas a la eliminación de la oposición).
  • Injusticia: como consecuencia de la ilegitimidad y del autoritarismo, pues el tirano obra en contra de lo que establecen las leyes y siguiendo sus propios intereses, contrarios a la voluntad popular, de manera que no vela por el bien común y somete a la ciudadanía reprimiéndola, frecuentemente con crueldad y haciendo uso de la violencia.

Oligarquía

La palabra oligarquía proviene del griego olígos, que significa pocos y archo, que significa comandar. Así pues, se refiere al gobierno de unos pocos, y normalmente esos pocos pertenecen a clases privilegiadas; ya sea por su influencia política, su estatus social o económico o su posición familiar. La oligarquía es una degeneración del gobierno de la aristocracia, que antiguamente se consideraba el régimen ideal. Este estaba formado por los mejores (a nivel intelectual y de virtuosidad, recordando al filósofo-rey de Patón).

La diferencia de la oligarquía es que el poder está en manos de un grupo reducido de gente no a causa de la meritocracia y la virtuosidad. En cambio, de ciertos privilegios que estos poseen. Además, se considera una degeneración también, porque la oligarquía no vela por el interés común, sino por el interés propio, siendo así una forma corrupta de gobierno.

La oligarquía se basa en el control político de un estado por parte de un grupo minoritario. Este es perteneciente a la élite de la sociedad, y que posee el monopolio del poder y perpetua su gobierno. Un ejemplo podría ser el caso de Sudáfrica en la época del apartheid; la minoría blanca gobernaba a la mayoría de color imponiendo leyes injustas, abusivas y segregacionistas.

Las oligarquías además suelen funcionar en base de un monopolio, es decir, concentrando o controlando un poder o un bien entre unos pocos. Las consecuencias que suelen llevar las oligarquías en los países donde estás existen o existieron son, primero que todo, la corrupción e injusticia. Misma que se deriva de todo régimen degenerado, el debilitamiento o directamente inexistencia de las estructuras democráticas. Otra consecuencia es el empobrecimiento de los sectores que están monopolizados. No hay ninguna empresa o producto que pueda competir con el monopolio de la oligarquía.

Anarquía

La anarquía significa la ausencia de poder, pues el estado se encuentra debilitado y el gobierno no puede ejercer la coacción. Además no puede recurrir al uso de la fuerza para imponer su soberanía ante la población y hacer cumplir las leyes; de manera que la sociedad está sumida en el caos, en una crisis social o en un desorden político.

El anarquismo es la ausencia de cualquier forma de control, de dominación o de jerarquía en la sociedad. Además de que propugna la abolición del estado y de sus instituciones, a las que se les asocian atributos como la represión y la obstaculización de la libertad individual. De igual manera que se opone a las leyes, que se tachan de represivas e innecesarias.

En consecuencia, los anarquistas también rechazan los partidos políticos, que representan los intereses de las distintas clases sociales. Forman parte de ese estado que quiere someter a sus ciudadanos. Si no hay partidos políticos, ni leyes ni estado, ¿cómo se asegurará la seguridad de la población, se protegerán sus derechos y se sofocarán los conflictos?. La respuesta de los anarquistas es clara, y se basan en ideas de filósofos y pensadores como Rousseau y su; “El hombre es bueno por naturaleza, pero la sociedad lo corrompe”. Defendiendo así la capacidad de los individuos de autorregularse y actuar según el principio de bondad y buena fe. Ello sin que estos requieran de un mediador o alguien que les controle.

El anarquista cree en la autonomía de los individuos, en su libertad personal y en su capacidad para cooperar y ayudarse mutuamente. Esto haciendo posible una convivencia no controlada por ninguna autoridad y únicamente regulada por el sentido de responsabilidad de cada individuo.

El periodista político

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