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Los avances en neurociencia están revolucionando la manera de entender los procesos de aprendizaje, ya que hasta ahora no era posible observar qué ocurría en el cerebro, mientras este aprende. Hoy en día, los avances en neurociencias han permitido comprender cómo funciona el cerebro y observar la importancia de la curiosidad y la emoción en la adquisición de conocimientos.
Se ha demostrado científicamente que las emociones, el aprendizaje y la memoria se encuentran estrechamente ligados, por lo que para conseguir la adquisición de conocimiento es necesario experimentar, hacer y, sobre todo, emocionarse. Desde este punto de vista, la neurociencia educativa sitúa la inteligencia como un concepto multidimensional, así, tanto en la escuela como en la vida hay que animar a los niños a que exploren, piensen y expresen sus ideas y sentimientos.
No se debe olvidar que el cerebro es único. A pesar de que los modelos de organización del cerebro sobre cómo aprenden las personas y las áreas relacionadas con cada tipo de aprendizaje son generales para todos, cada cerebro se organiza de forma singular. Esto es posible, ya que las experiencias propias son diferentes a las de los demás. En el proceso de aprendizaje del cerebro, hay ciertos factores que ejercen influencia sobre este, como:
- Factor nutricional.
- Factor emocional.
- Factores de índole genética.
- Los factores ambientales (entorno socioeconómico y cultural).
- Factores educativos (experiencias directas, recursos, música, arte, movimiento, descanso, retroalimentación, etc.).
¿Qué es aprender?
El aprendizaje es una experiencia humana tan común, que no se ha reflexionado sobre lo que realmente significa aprender algo. No existe una definición de aprendizaje universalmente aceptada. Sin embargo, muchos de los aspectos claves del aprendizaje se pueden encontrar en la siguiente afirmación; El aprendizaje es un cambio duradero en los mecanismos de conducta, que implica estímulos y/o respuestas específicas. Estos son resultado de la experiencia previa con esos estímulos o con otros similares. Aprender es un proceso marcado genéticamente en el cerebro de todos los organismos, y es la base de la supervivencia.
El aprendizaje entraña el refuerzo de conexiones entre neuronas, mediante un doble camino. A través de la creación de nuevas conexiones y a través de su capacidad para comunicarse químicamente. La palabra aprender hace referencia a la acción de adquirir y retener conocimiento, y a la habilidad o información a través del estudio, la experiencia o la enseñanza.
Se utilizan algunas palabras sinónimas como: memorizar, formarse, educarse o estudiar. Así mismo, aprender significaría adquirir conocimiento a través del intelecto o la experiencia. Aquí, se podría hacer una pequeña distinción, ya que el aprendizaje a través del intelecto es realizado por la parte racional. Mientras que, el conocimiento que se adquiere a través de la experiencia requiere práctica, y cuanto más se practica más se aprende.
Se debe tener en cuenta que la acción de aprender no se refiere únicamente al contexto educativo, sino que el aprendizaje acompaña durante toda la vida. El sentido más amplio de aprendizaje implicaría un proceso psicológico por el que se adquieren conocimientos, habilidades, actitudes, valores y reacciones emocionales, a través de la experiencia. Este proceso sirve para adaptarse al medio en el que se vive, y, gracias a él, se es capaz de estar y ser en el mundo.
El proceso de aprendizaje cerebral
El aprendizaje es un proceso complejo, pero ¿se ha preguntado alguna vez cómo aprende el cerebro? Como se ha mencionado, el cerebro, para aprender, necesita percibir y codificar la información, que se denomina input, y, para ello, utiliza los recursos sensoriales, el cuerpo, la motivación e interés y los conocimientos previos almacenados. Pues, es a partir de ahí que se desencadena una serie de acontecimientos a nivel neurológico para propiciar dicho aprendizaje. Se puede establecer una pequeña ruta que establece el cerebro para alcanzar un aprendizaje:
- En primer lugar, aparece la atención, la cual, a través de la presentación de una información o un hecho, va a permitir que se procese la información más relevante, ignorando otros estímulos (externos o internos), y se comience a adquirir un aprendizaje (directa o indirectamente).
- El siguiente paso es establecer nuevas conexiones sinápticas y nuevas capacidades. Para ello, se utilizan los recursos que se conocen a través de materiales concretos, manipulativos, estrategias, procedimientos, etc.
- Llegados a este punto, la nueva información debe ser incorporada de manera adecuada al bagaje interno. Un excelente recurso que ayudará es la retroalimentación, a través de actividades que involucren tanto el aprendizaje explícito (debates, lectura, etc.) como el aprendizaje implícito (experiencias, juegos, proyectos, dramatizaciones, etc.). Es en esta etapa del aprendizaje donde el docente debe asumir un rol de mediador, estimulando la diferencia entre los procesos de enseñanza y aprendizaje. Un proceso psicológico por el que se adquieren conocimientos, habilidades, actitudes, valores y reacciones emocionales, a través de la experiencia.
- En estos momentos, el cerebro ya está preparado para archivar lo aprendido en sus sistemas de memoria, pero, para asegurar un aprendizaje duradero, hay que ejercitar lo aprendido a través de la frecuencia, intensidad y duración.
Aprender como memorización
Se ha planteado alguna vez ¿Cómo funciona el cerebro cuando estudia? O ¿Cuándo es el mejor momento para estudiar? Este es uno de los parámetros que la neurociencia aplicada a la educación intentar develar. Esto analizando los procesos neuronales que se llevan a cabo mientras se están memorizando contenidos. Mediante el proceso de aprendizaje, se adquiere una determinada información, la cual se almacena para poder usarla más tarde.
En este sentido, es posible encontrarse con dos sistemas de memoria, uno que es de corta duración y otro que permanece más tiempo. El segundo modelo al que se hace referencia es el que sirve para memorizar los conocimientos que se van a necesitar de manera más continua. La habilidad de adquirir, conservar y recordar la información depende de factores endógenos y exógenos, de las experiencias y de la metodología de aprendizaje utilizada.
Cuando se estudia de manera continuada, las conexiones neuronales se fortalecen. Por esto, se va consolidando el conocimiento y poco a poco resulta más duradero. Los científicos ponen énfasis en algunos factores, a la hora de la memorización; un ambiente de estudio adecuado, la comprensión facilita la memorización, el momento del día en que se realiza el estudio, respetar los descansos mientras se estudia, etc. Saber cómo se produce el proceso de adquisición, almacenamiento y evocación va a permitir al docente elaborar propuestas de aprendizaje más adecuadas.
El educador como guía
Para el profesional en educación es de vital importancia conocer como funciona el proceso de aprendizaje desde afuera hacia dentro. Por supuesto que nos referimos al aprendizaje neuronal, donde el primero en recolectar información es el cerebro. Esto permite que los datos sean recogidos y comprendidos con mayor facilidad y efectividad. Todo ello depende de las habilidades del profesional para implementar estas técnicas en el aula.
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