La educación en las diferentes comunidades y países del mundo ha tenido grandes cambios evolutivos a través de los años. Esto ha permitido que se tengan ciertos aspectos importantes en cuenta en los primeros pasos de la educación básica, y que, además, se eliminen algunos otros. Este proceso de cambio y transformación ha resultado positivo en gran medida, ya que los resultados se pueden notar en cada nueva generación. La evolución del currículo de la educación de primaria enmarca los diversos cambios que ha sufrido esta etapa educativa en la historia humana; a continuación veremos un poco de ello.
Antecedentes históricos y evolución
Los sistemas educativos nacionales van surgiendo en Europa a principios del siglo XIX como consecuencia de la Revolución Francesa y los ideales que esta impulsa. La ruptura con el Antiguo Régimen supone que los Estados recurran a la instrucción. Esto como medio para reforzar su unificación y se comienza a considerar la enseñanza como un asunto político. En España, el origen del sistema educativo se encuentra en la Constitución de 1812; allí se incorpora la idea de que la educación debe estar organizada, financiada y controlada por el Estado.
Esta Constitución, en su título IX dedicado exclusivamente a la instrucción pública, establece que la educación, anteriormente en manos de las órdenes religiosas, pase a manos del Estado, marcando un cambio drástico en los principios educativos españoles. Sin embargo, sí seguiría manteniendo la estructura educativa anterior, que únicamente contemplaba la enseñanza primaria y la universitaria. Este título incorpora ideas innovadoras y acorde con los ideales fraguados en la Revolución Francesa, aportando cierta modernidad al sistema educativo español.
La Constitución de 1812 defendía que la educación primaria debía ser accesible a toda la población española. Establecía que debía reglarse y sistematizarse mediante un plan de enseñanza uniforme para todo el estado. Pero estas ideas presentadas en la Constitución española de 1812 debían desarrollarse. A este respecto, el político Manuel José Quintana elaboró en 1814 el Informe para proponer los medios de proceder al arreglo de los diversos ramos de la instrucción pública, conocido como Informe Quintana, en el que se exponía que la educación debe ser igual, universal, uniforme, pública y libre. Este informe se convirtió en una realidad legal en 1821.
Avance histórico de la educación
El conocido como Plan de Calomarde estaba compuesto por Plan literario de estudios y arreglo general de las universidades del Reino (1824), Plan y Reglamento de escuelas de primeras letras del Reino (1825) y el Reglamento general de las escuelas de latinidad y colegios de humanidades (1826). Estos tenían la finalidad de hacer de la instrucción pública una herramienta eficiente para el absolutismo monárquico de Fernando VII. Este Plan de Calomarde recogía la necesidad de que los estudios de todas las universidades del reino fueran uniformes y estuvieran regidos bajo un exhaustivo reglamento.
Cuando en 1833 falleció Fernando VII, María Cristina se ocupó de la regencia del estado, pues la hija de Fernando VII era menor de edad. Con la regencia de María Cristina se marca el final definitivo del absolutismo dando paso a un nuevo sistema de Estado liberal. Durante este periodo denominado “década liberal” se implantó el Plan General de Instrucción Pública o Plan del Duque de Rivas aprobado en 1836.
En este reglamento se definieron los tres grados de la enseñanza: Instrucción primaria, dividida en primaria elemental y primaria superior; Instrucción secundaria, también formada por la elemental y superior; y la Instrucción superior a la que corresponden las universidades, las escuelas especiales y los estudios de erudición. Con la aprobación de la Constitución de 1837 se pretendió hacer efectivo el Plan del Duque de Rivas, aunque nunca fue posible. Este Plan, que tuvo poco protagonismo práctico al no haber sido aplicado; aunque sí que tuvo una gran importancia sirviendo como antecedente a la Ley Moyano de 1857.
Primeros pasos en la educación
La primera ley de educación en España fue la Ley de Instrucción Pública de 1857, también conocida como Ley Moyano por ser el político Claudio Moyano el impulsor. Esta ley estuvo vigente hasta 1970 aunque, por supuesto, sufriendo modificaciones posteriores. Esta ley surge en un contexto cultural muy particular pues el 80% de la población española de la época era analfabeta, el 50% de los niños en edad escolar estaban sin escolarizar y el 42% de los profesores no poseían ningún título*.
Ante esta situación, el gobierno liberal debía plantear una solución que quedó plasmada en la Ley Moyano gracias a la que poco a poco se fueron asentando las bases de un sistema educativo sólido. Los niveles educativos de este sistema son:
Primera enseñanza
Sería equiparable a lo que hoy se considera Educación Primaria y según esta ley “comprende las nociones rudimentales de más general aplicación a los usos de la vida”. Dividida a su vez en elemental y superior. La primera enseñanza elemental es obligatoria para todos los españoles y comprende entre los 6 y 9 años. Esta primera enseñanza elemental será gratuita en las escuelas públicas.
Los padres o tutores que no cumplan con el deber de llevar a sus hijos a las escuelas públicas podrían ser castigados con una multa. Las nociones impartidas en las escuelas elementales son las de doctrina cristiana, historia sagrada, lectura, escritura, gramática, ortografía, principios de geometría y aritmética, así como nociones generales de agricultura, industria y comercio.
Por su parte, las de la primera enseñanza superior (de 9 a 12 años) son las de geometría, dibujo lineal, agrimensura, rudimentos de historia y geografía y nociones generales de física e historia natural para los niños mientras que las niñas impartirán clases de “labores propias del sexo”, elementos de dibujo aplicados a las mismas labores y nociones de higiene domésticas.
Segunda enseñanza
Dividida en seis años de estudios generales con dos periodos: uno primero de aplicación de la instrucción primaria y el segundo con contenidos mayoritariamente humanísticos como el estudio del latín. También dentro de la enseñanza secundaria estaban los llamados “estudios de aplicación” estudios dirigidos a las profesiones industriales como agricultura, dibujo lineal. Esta segunda enseñanza era imprescindible para poder acceder a las enseñanzas superiores y se impartía en los institutos.
Enseñanzas superiores
Dividido en estudios de las facultades impartido en las universidades; enseñanzas superiores impartidas en las Escuelas Superiores y las enseñanzas profesionales.
El desarrollo en el siglo xx: hacia una definición del curriculo
El siglo XIX en España concluye con el fallecimiento de Alfonso II en 1885 y el ascenso al trono de su hijo Alfonso XIII. El inicio del siglo XX no supone un cambio en el sistema de gobierno, manteniéndose el periodo conocido como la Restauración. De la misma manera, el nuevo siglo no trae consigo nuevas leyes o reformas relevantes en el ámbito de la educación.
En 1900 se crea el Ministerio de Instrucción Pública y de Bellas Artes, siendo el primer ministerio en España dedicado específicamente para hacerse cargo de la enseñanza pública y privada, así como sus clases y grados. La Restauración finalizó con el golpe militar del general Miguel Primo de Rivera en 1923. Con el nuevo sistema de gobierno se daba un paso atrás en los avances dados de la Constitución de 1874 y se prohibió la libertad de cátedra.
En 1926, siendo ministro de Instrucción Pública Eduardo Callejo de la Cuesta, se lleva a cabo una reforma de la enseñanza secundaria, la conocida como el Plan Callejo, que reorganizó los estudios de secundaria organizándolos en dos ciclos, bachillerato elemental y bachillerato universitario. También se efectuó una reorganización de la tipología de los exámenes y su reglamento.
En 1931 se proclama en España la Segunda República dando paso a un nuevo sistema de gobierno que requería la aprobación de una nueva constitución, la Constitución de 1931. El nuevo gobierno, consciente del atrasado sistema educativo español, entendía que el progreso de España debía producirse desde la educación por lo que se proclamó una reforma del sistema educativo que tenía como finalidad principal acabar con el analfabetismo existente en la España de la época. Esta nueva constitución pretendía establecer una escuela única, laica, gratuidad y obligatoriedad de la enseñanza primaria.
El profesional en la educación histórica
Para el profesional en educación es de vital importancia conocer las raíces de esta práctica y de como se ha moldeado la misma hasta hoy en día. Esto permite que el mismo pueda tener un contexto acerca de las modificaciones que han sido realizadas y como las mismas pueden ser aplicadas. El profesional correctamente capacitado en este ámbito tendrá la posibilidad, además, de realizar un proceso de transmisión de conocimiento mucho más efectivo, debido al aprendizaje de diversas técnicas utilizadas en este proceso evolutivo.
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