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En la historia de la energía se han podido valorar y entender los diferentes niveles de consumo energético, el comportamiento energético de una ciudad, de sus residentes y de todos los usuarios de los edificios. Se han visto aquellos conceptos que hacen comprender mejor la presión energética a la que se somete a los recursos del planeta. Este artículo servirá como compendio para entender de manera adecuada el uso eficiente de la energía. La evolución de la obtención de la energía ha supuesto una revolución total en la manera de consumir.

Gracias al uso de los diferentes combustibles de origen fósil como el petróleo, el gas o el carbón se puede decir que se ha alcanzado el nivel de vida del que ahora disfruta el mundo. El consumo de energía procedente de estas fuentes ha resultado muy beneficioso en muchos aspectos. De este modo, ahora se cuenta con viviendas y edificios equipados con electricidad y calefacción, con opciones múltiples de desplazamiento por todo el planeta y se tiene un mercado industrial que da empleo a millones de personas.

Pero este crecimiento tan positivo para una generación traerá consecuencias no tan beneficiosas. Este modelo de producción energética ha elevado la contaminación atmosférica a los niveles más altos de lo que el ser humano puede aguantar. La salud, tanto de personas como de flora y fauna, está siendo muy afectada por la toxicidad en aumento del ambiente.

El consumo indiscriminado de los recursos que dan origen a esta energía supone también un estrés al planeta. El ritmo de extracción de material es muy elevado y supera al ritmo natural de la Tierra para su generación. Esta explotación indebida supondrá un estrés al sistema energético dado su condicionamiento de este combustible.

Responsabilidad y control en el uso de la energía

La energía es un bien básico y su ausencia se ve como un grave problema en las actividades cotidianas. Como sociedad e industria ya se ha estabilizado, crecido y evolucionado gracias a la energía; ahora es necesaria una transformación. Es necesario moldear todos esos avances y transformarlos a un modelo de desarrollo mejor, un modelo más sostenible.

Esta transformación conllevará importantes desafíos, como el ser compatible y equilibrada con las generaciones futuras. El cambiar el comportamiento frente al uso de la energía implicará dos factores positivos: uno de ellos es el ahorro económico y el otro el respeto por el medio ambiente. Cuando el consumo se hace de forma responsable, se asegura un confort permanente durante más tiempo.

El modelo sostenible es el que perdura en el tiempo, el que garantiza la tenencia de recursos y el mantenimiento del bienestar. Para desarrollar una teoría completa acerca del control y de la responsabilidad en el uso de la energía se va a hacer una distinción entre dos conceptos: ahorro y eficiencia. Estos dos términos ayudarán a comprender lo que implica su aplicación frente a los usos energéticos.

Ahorro energético

El ahorro de energía supone la clara acción de la eliminación del consumo. El ahorro de energía es el acto de dejar de gastarla o dejar de consumirla. Al igual que el ahorro económico significa no gastar el dinero del que se dispone, con la energía (tanto eléctrica como térmica) ocurre exactamente lo mismo. Este término implica no consumir energía en un determinado momento y ahorrarla para un consumo posterior.

El ahorro de energía, la reducción en el consumo, supone una mejora del comportamiento en el uso de la energía, pero el dejar de ‘usar’ esa energía no es una solución. Es un almacenamiento o el aplazamiento del uso de un recurso que finalmente se consumirá. El ahorro energético también supone dejar o minimizar ciertas condiciones de confort o ciertas comodidades energéticas, lo cual es contradictorio al camino de mejora social alcanzada. En temas anteriores ya se ha visto que la previsión en el consumo de energía va en aumento (totalmente lo opuesto a ahorro).

Eficiencia energética

El uso eficiente de la energía (eficiencia energética) no está relacionado con el reducir o el dejar de consumir energía. Este término se centra en seguir consumiendo energía, pero haciéndolo de la forma correcta; por tanto, es necesario hacer una doble distinción. La primera está relacionada con el comportamiento del usuario de la energía. Igual que se comentaba en la explicación sobre el ahorro, un consumo eficiente está relacionado con un consumo responsable, un consumo solo de la energía que es necesaria; esto supone evitar pérdidas innecesarias.

Otra vertiente es la utilización de ciertas herramientas que ayuden a realizar este consumo eficiente. En las últimas décadas, el avance de la tecnología, la ingeniería y la ciencia en general ha permitido el desarrollo de diferentes recursos diseñados para perfeccionar el aprovechamiento energético de cada elemento. Es por eso que ahora se cuenta con electrodomésticos más eficientes, iluminación de bajo consumo y tecnología domótica, que se adelanta al uso de la energía para que esta sea mejor aprovechada, como sensores de presencia para iluminación y calefacción o el control remoto de la regulación de luz natural para su mejor aprovechamiento.

Desde hace más de una década, con la introducción de numerosos dispositivos electrónicos y del aumento del consumo energético (ciudades, transportes, tecnología, renovables, etc.), el comportamiento del uso de la energía ha sufrido cierta transformación. Es cierto que se consume mucha más energía, pero también, en muchos aspectos, se hace de forma más eficiente y sobre todo más responsable.

En los hogares es donde la utilización de la energía ha presenciado mayores cambios. La introducción de nuevos elementos que ayuden a reducir el consumo es prioritaria para muchas personas que, junto con la crisis económica, han priorizado el ahorro en costes a través de la eficiencia.

Cambio de iluminación y su correcto uso

Aproximadamente, el 5 % de la energía eléctrica que llega a las bombillas es el destinado a la generación de luz, el resto de la energía restante, sobre todo en las bombillas convencionales incandescentes, se disipa en forma de calor. La sustitución de estas lámparas por otras de menor consumo supondrá el ahorro de hasta un 80 % de la energía destinada a ella.

La energía utilizada será menor, con lo cual aumentará la vida útil de las bombillas. Por otro lado, se recomienda una transición equilibrada a esta tecnología de bajo consumo, ya que la inversión inicial puede resultar elevada según qué economías. Una alternativa para este cambio sería la sustitución de bombillas de mayor uso e ir cambiando el resto poco a poco según se deterioren.

Electrodomésticos de bajo consumo y su correcto uso

Del mismo modo, el avance de la tecnología ha puesto a disposición unaalternativa para el hogar mucho más eficientes. El cambio a esta modalidad también debe hacerse con moderación, hay que utilizar los electrodomésticos y el resto de equipación eléctrica hasta el final de su vida útil y realizar estos cambios cuando realmente sean necesarios.

El sustituir todo el equipamiento de electrodomésticos a la vez supondrá, aparte de un desembolso económico considerable, el desperdicio de gran parte de material. Deshacerse de neveras, hornos o lavadoras en buen estado supondrá su transformación en residuos prematuros, lo que es contradictorio ante una mentalidad sostenible y un uso responsable.

De la misma forma que se ha explicado el uso responsable de la iluminación, también hay que trasladar este comportamiento al uso de electrodomésticos. Se deben utilizar los electrodomésticos a su máxima capacidad, preferiblemente usar programas de lavado con agua fría o templada, no introducir alimentos o bebidas muy calientes en neveras y congeladores, etc., en definitiva, pensar antes de actuar.

El uso de la energía en el tiempo actual

Cada día podemos apreciar con mayor certeza que nuestro planeta pasa por una etapa compleja. Los recursos naturales se agotan, y a pesar de que antes no lo sabíamos, actualmente es nuestro deber responder a ello. Lo mismo se logra desde el trabajo del profesional en estos campos, y desde nuestro hogares en la cultura de la consciencia de la labor que los mismos realizan.

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