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Sigmund Freud sigue apareciendo como la persona más influyente en la actualidad en el seno de aquellas disciplinas relacionadas al funcionamiento de la psicopatología y, por consecuencia, la salud integrativa. Es por esto que todavía parece importante estudiar el enfoque de la salud desde el psicoanálisis.
Panorama actual de la medicina
¿Por qué psicoanálisis y medicina integrativa (MI)? Este artículo se centra en dos problemas acuciantes que tiene la medicina actual. Uno se deriva del método de investigación en el que se apoya la toma de decisiones en la práctica clínica. El otro de las siguientes variables sociodemográficas:
- La MBE (medicina basada en la evidencia o experimentación), en boga actualmente, da argumentos a las guías, algoritmos y protocolos que convierten a la medicina en “demasiado simple” ante un sufrimiento cada vez más complejo. Casi todos los ensayos clínicos consideran una única variable: un fármaco o una intervención terapéutica. Conciben al paciente como un cuerpo biológico exclusivamente y queda borrada la complejidad humana. Para empezar, la mayoría de los fármacos se ensayaban en varón blanco, joven de 70 kilos. Queda excluido el resto.
- En cuanto a los cambios demográficos que se están produciendo en España, se dibuja una de las poblaciones más envejecidas del mundo. La polimedicación se asocia a la cronicidad. Más del 40% de los mayores de 65 años consumen más de cinco medicamentos. Hay una relación exponencial entre la polimedicación y la incidencia de efectos adversos.
Alternativas medicinales
¿No se está convencido aún de que se debe buscar otro enfoque a los problemas? La MI quizás sea una opción: todo lo que sucede es necesario y sucede en el momento en que se está preparado para recibirlo. La medicina integrativa nace del descontento con el tratamiento de las enfermedades crónicas que hace la medicina convencional o alopática. Descontento de médicos y de pacientes.
Además, la medicina, fascinada por el progreso de la técnica a comienzos del siglo XX, ha dejado de lado el factor psíquico. El paciente es abordado como una serie de reacciones bioquímicas, sin tener en cuenta el psiquismo. Estas son las dos grandes falencias de la medicina: la excesiva medicalización junto con el cortejo de efectos secundarios, y la falta de escucha a lo psíquico. Ambos hacen que se fracase regularmente.
Se puede decir que la MI viene a devolverle el alma a la medicina y no podrá hacerlo sin el psicoanálisis. La MI es la suma de la medicina convencional con otras nuevas formas de sanar que han demostrado seguridad y eficacia. Pero no es solamente eso. No es añadir herramientas, sino que requiere un modelo conceptual diferente. Un nuevo paradigma.
Medicina integrativa y psicoanálisis
Las coincidencias epistémicas entre la MI y el psicoanálisis son varias:
- Tanto la MI como el psicoanálisis conciben al paciente como un ser complejo, lejos del reduccionismo médico a un cuerpo biológico. No es posible enfermar la mente sin que el cuerpo sufra, y viceversa. No hay enfermedad orgánica o corporal que no tenga participación del psiquismo para producirse. El cuerpo y psiquismo son banda de Moebius, cara y cruz de la misma moneda. Se continúan sin fisuras y son inseparables.
- Tanto el psicoanálisis como la MI necesitan la implicación del paciente: muy poca gente quiere hacerse responsable de lo que le sucede. En la obra de teatro de la propia vida, cada uno es el actor principal, elige los personajes y escribe el guion. Frente al modelo paternalista de la medicina convencional, el paciente se presenta como un hijo dócil que debe obedecer fielmente las órdenes del médico/padre. Tanto el psicoanálisis como la MI requieren del paciente una colaboración activa en el tratamiento.
- Tanto la medicina integrativa como el psicoanálisis van a la estructura: una, a la estructura bioquímica y fisiológica; la otra, a la estructura psíquica, para que el cuerpo biológico funcione. Además de la pulsión que sostiene a las células y la estructura del lenguaje en el que están embebidas, precisan de los cofactores, las enzimas, el oxígeno, el pH adecuado, las concentraciones precisas de nutrientes, entre otros, para seguir funcionando correctamente. En todas las enfermedades crónicas hay procesos de inflamación y de oxidación marcados que no pueden ser resueltos por el sistema.
- La escucha es fundamental en ambas disciplinas: una máxima de la MI dice que se nace con dos orejas y una sola boca porque esta es la proporción correcta entre escuchar y hablar. En medicina integrativa, se vuelve a una historia clínica clásica con una anamnesis extensa del paciente. No es un dato irrelevante que un cáncer acontezca después de la muerte de un familiar querido. Las enfermedades tienen íntima relación con la vida de aquellos en las que se producen.
- La atención en equipo: el psicoanálisis es exquisitamente comunitario, aunque sea un psicoanalista el que se relaciona directamente con el paciente. Es toda una escuela la que lo atiende. En este sentido, mientras el psicoanalista esté en ejercicio, tiene el psicoanálisis personal, los grupos de estudio y formación, la supervisión individual y grupal de los casos. De tal manera, lo que hace con el paciente nunca es un acto solitario. La medicina integrativa trabaja también en equipo: médicos, enfermeras, fisioterapeutas, acupuntores, homeópatas. Así, aunque haya un médico responsable directo del paciente, es todo el equipo el que lo atiende.
- Finalmente, ¿qué hay que integrar?, ¿es la enfermedad una falta de integración? Se trataría de reintegrar a la perfecta coreografía ese fragmento que se ha desintegrado, esa pieza que ha quedado aislada del sistema. Se incluye tanto en la enfermedad orgánica como en la enfermedad psíquica. Freud dijo que el sujeto sano es aquel en el que todas las instancias psíquicas funcionan de consuno. Esta palabra tan bella debería ser adoptada por la MI. El yo, el ello y el superyó funcionando de consuno, en la misma dirección, juntamente con alguna suerte de acuerdo entre ellos.
Psiconeuroendocrinoinmunología
La idea principal es que la separación de mente y cuerpo es ficticia. Se hace así para estudiar los fenómenos. Se clasifican, pero no hay ninguna circunstancia orgánica que no vaya acompañada de un cambio psíquico y viceversa. Una pieza importante en el intento de articular mente, cuerpo y pensarlos como una unidad, es la producción de la Psiconeuroendocrinoinmunología. Su precursora fue la investigadora del MIT Candace Pert.
- Las investigaciones de Pert rompen la idea de la localización cerebral. Primero describen la existencia de receptores de opiáceos y otros neuropéptidos en los linfocitos. Candace llegará a llamarlos «fragmentos de cerebro circulantes».
- Se describirá la secreción de ACTH y de neurotransmisores por los linfocitos.
- Secreción de sustancias que se creía eran exclusivas del sistema inmune (interleuquinas) por las neuronas.
- Estos descubrimientos la llevan a postular la idea de una red psicosomática. Y es la base para la creación de la PNEI o PNI: Psiconeuroendocrinoinmunología.
- El resultado de su investigación se encuentra publicado en Molecules of emotions.
Salud integral
En la actualidad, la medicina se articula a través de un enfoque terapéutico del ser humano que incorpora todos los aspectos con igual importancia: biológicos, psíquicos y sociales del paciente.
Esta nueva perspectiva puede evidenciarse en los programas académicos de TECH Universidad Tecnológica. Este es el caso del Máster en Medicina y Salud Integrativa o el Máster en Telemedicina.
En esta forma nueva de abordaje, la escucha activa y comprometida del profesional se complementa con la participación activa del paciente en su propia recuperación y tratamiento. Para comprenderlo mejor, puedes inscribirte al Máster en Medicina y Salud Integrativa Avanzada y mejorar tus técnicas para asegurar el beneficio de tus pacientes.