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La monitorización del deportista es algo esencial en cuanto a rendimiento deportivo se refiere. El comienzo de la pretemporada es el momento óptimo para realizar una valoración basal donde se determina el tipo de nutrición especial y el entrenamiento que requiere según objetivos.
Introducción
Del conjunto de parámetros que se pueden controlar, rara vez son analizados por el entorno del deportista. En la mayoría de las ocasiones, al no realizar monitorizaciones periódicas en ciertos parámetros, resulta complicado prescribir unas pautas de entrenamiento y/o nutrición individualizadas al deportista por desconocimiento de su respuesta metabólica a estos. Además, puede que el deportista esté entrenando de más o de menos, pudiendo llegar a un estado de sobreentrenamiento.
Es importante que el deportista sea consciente y sepa diferenciar entre las “major gains“ (fisiología, entrenamiento, nutrición, recuperación y asimilación) y las “marginal gains“ (botas, bici, zapatillas, chalecos, crioterapia, etc) que ofrecen solo un 1%. Si bien es cierto que en ciertos contextos, más cuando se habla de élite entre un 1% y un 3%, puede ser la diferencia entre subir al podio o no, si no se centran los esfuerzos en lo principal (major gains) no servirá de nada. Se puede comprar la bici más cara y ligera del mercado, pero no se puede comprar un kg de mitocondrias.
Monitorización
El análisis de ciertos biomarcadores ofrece información acerca del deportista que se tiene delante. La importancia al evaluar al deportista no es ver solo que biomarcador está alterado, sino dar con el origen de esa alteración (entrenamiento/descanso/nutrición). Una vez comenzados los entrenamientos/competición, la evaluación de la fatiga también será de especial interés para controlar las cargas de entrenamiento.
Fisiología
Los parámetros fisiológicos ayudan a prescribir el entrenamiento del deportista de forma adecuada. Para ello es esencial conocer con qué tipo de deportistas se está trabajando, si con un motor Ferrari o con un 600. La individualización del entrenamiento es fundamental debido a que cada organismo es distinto a otro. Con diferente metabolismo y fisiología, responden de forma diversa al estímulo del ejercicio. No es lo mismo entrenar a un deportista de élite que a un amateur.
Tradicionalmente se han empleado diversas fórmulas para estimar la capacidad del deportista como el clásico (220-edad). No obstante, se ha demostrado que tales estimaciones carecen de validez, precisión y fiabilidad. Otros métodos que se han utilizado tradicionalmente mediante pruebas de esfuerzo es la determinación del VO2max, el cual se relacionaba con el umbral de lactato. Se llegó a estimar que el 77% de VO2max coincidía con el umbral de lactato. Sin embargo, dicha estimación carece de validez científica, motivo por el cual se ve más conveniente realizar otro tipo de interpretación de la prueba de esfuerzo, así como de prueba que resulten de verdadero interés.
En la actualidad se disponen de mejores herramientas como lo son las pruebas metabólicas y fisiológicas. Son la base para construir un programa específico e individualizado a cada deportista, donde se puede destacar:
- Metabolismo del lactato.
- Metabolismo de las grasas.
- Metabolismo de carbohidratos.
- VO2max.
Entrenamiento
Los tres factores que determinan la carga de entrenamiento de una sesión de ejercicio son la intensidad, el volumen y la frecuencia. La carga se refiere al conjunto de exigencias mecánicas, biológicas y psicológicas inducidas por la actividad del entrenamiento y competición que provocan un desequilibrio en el organismo del atleta.
El volumen es la parte cuantitativa. Se expresa en unidades como tiempo, distancia, número de estímulos. La intensidad es la principal variable del entrenamiento. Se considera como el aspecto cualitativo y se refiere a la cantidad producida por unidad de tiempo. Por último, la frecuencia es el número de sesiones durante cierto periodo de tiempo (día/semana/mes).
El entrenamiento proporciona el estímulo a partir del cual se generan adaptaciones en el organismo gracias al fenómeno de supercompensación. Es importante una buena planificación, así como seguimiento del deportista para la que supercompensación sea positiva.
Fases del proceso de supercompensación
Tras la aplicación del estímulo se genera una fatiga que se manifiesta por detrimento del rendimiento (fase I). En la recuperación temprana, se generan unas adaptaciones en el organismo cuyo fin es facilitar la recuperación y capacidad funcional con el fin de hacer frente a posibles futuras cargas (fase II). Los procesos adaptativos hacen que mejore la capacidad funcional por encima de los valores de partida, produciéndose la llamada supercompensación (fase III). En caso de no repetirse un segundo estímulo (entrenamiento), desaparecerán las mejoras obtenidas en la fase anterior dando lugar al llamado sobreentrenamiento (fase IV).
Cuando el estímulo es adecuado, junto con un óptimo periodo de recuperación entre sesiones, dará lugar a que el deportista pueda ser capaz asimilar mayores cargad de trabajo y/o acortar los periodos de recuperación. También aumentará la frecuencia de entrenamiento, cuyo resultado será una mejora progresiva del rendimiento. Por el contrario, una frecuencia demasiado elevada donde el deportista encadene varias sesiones de entrenamiento con recuperación incompleta podrá dar lugar a sobreentrenamiento. En un último caso, un entrenamiento no bien planificado podrá dar lugar a un estancamiento del deportista.
Evolución durante temporada
Metabolómica
Una ciencia emergente y prometedora que todavía no se usa en el ámbito deportivo es la metabolómica. Ofrece gran información para comprender los mecanismos y funcionamiento del ser humano y del rendimiento. Esta técnica permite la medición de un gran número de metabolitos a la vez en diversas partes del organismo. Sin embargo, se está hablando de una rama todavía muy “joven”, pero con grandes perspectivas de cara al futuro por lo que no se va a entrar a hablar de ella.
Es importante tener en cuenta que un aumento de la transcripción de la actividad genética de un gen específico solo asegura que aumenta un 40% la posibilidad de fabricar una proteína, pero no significa que se vaya a producir. Un ejemplo puede ocurrir con la biogénesis mitocondrial, donde el tener cierta expresión de genes no tiene porqué producir sí o sí dicha respuesta positiva.
Nutrición deportiva
En la actualidad, es necesario que los médicos tengan una sólida base sobre nutrición. Al estar en constante actualización por medio de programas como el Máster en Nutrición Clínica en Pediatría y el Máster en Nutrición Deportiva Terapéutica, pueden aconsejar correctamente a los pacientes cuando sea necesario.
Con esta capacitación intensiva disponible en el Máster en Nutrición Deportiva en Medicina obtendrás el conocimiento y las habilidades necesarias para realizar cambios dietéticos que ejerzan un impacto positivo en las personas que realizan un alto rendimiento en el ejercicio.