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El diálogo y el personaje deben adecuarse y ser coherentes entre sí, de hecho, el diálogo es una de las funciones de este. Se supone que el diálogo refleja al personaje, Aristóteles, recogido por Horacio y después por Boileau, ya recomendaba hacer hablar al «joven como un joven y al viejo como un viejo», por tanto, no cometer errores prestando a los personajes un vocabulario, un lenguaje que no les convenga —lo que viene a ser la caracterización mediante los diálogos.

Jean Aurenche, quien, además, señala su preferencia por el término de «palabras» en lugar de «diálogos», afirma: «considero los diálogos como una expresión del personaje con el mismo título que su manera de vestir» (en Sale, 18). Y, Field (31): «El diálogo es función del personaje, el cual está definido por una acción determinada».

Pero, curiosamente, JeanLoup Dabadie declara por su parte que, «el diálogo es como un maquillaje, no debe esconder los rasgos de los personajes» (Sale, 85) Chion, 2009, pp. 56,57). Según Jean Aurenche, es preferible denominar simplemente palabras a los diálogos, puesto que no tiene más importancia que otro tipo de elementos narrativos como la apariencia física, de hecho, los diálogos deben fomentar los rasgos del personaje, no ocultarlos.

Como se sabe, en el contexto del análisis narratológico y de la enseñanza de la escritura de guion, los personajes se suelen entender como un elemento más –junto a los diálogos, la lexis, los ritmos y, en el caso audiovisual, la puesta en escena– que permite al autor “contar la historia”. Desde esta perspectiva de creación, los personajes son tenidos como “buenos” o “malos” en función de su acierto técnico (Brenes, 2012, p.2).

El concepto en contexto

Por eso, cuando las historias se ven en “segunda navegación”, desde fuera o, mejor dicho, cuando se ven en su unidad, la valoración de las partes está en relación con su acierto técnico. Un personaje, un decorado, un diálogo o una música serán un buen personaje, decorado, diálogo o música en la medida en que hagan buena a la película, es decir, lograda, completa, cumplida.

En cambio, serán malos personajes, diálogos, etc., si hacen que la historia sea débil, episódica, floja (Brenes, 2012, p.5-6). Según Seger, una manera inteligente de utilizar el diálogo es suministrando información que en otro punto del relato sea de máxima importancia. Del mismo modo que un objeto puede anticipar y provocar el cumplimiento de información importante, el diálogo también puede utilizarse para proporcionar información que parezca irrelevante en un contexto, pero que resulte muy importante en otro (Seger, 1991, p. 115).

Para McKee, quien realiza un guion debe decidir qué elemento de la narración subraya, siendo el diálogo un componente más a elegir, es decir, él considera que lo importante es la estructura de la trama dramática. Basándose en el amplio fluir de la narración de una vida, el guionista debe tomar decisiones. Los mundos ficticios no son quimeras, sino duros esfuerzos en los que se trabaja para encontrar un material que permita hacer una película a la medida.

Sin embargo, cuando se nos pregunta: «¿Qué eliges?», se ve que no hay dos guionistas que coincidan. Algunos buscan personajes, otros acciones o conflicto, tal vez emociones, imágenes, diálogo. Pero no hay ni un solo elemento que, por sí mismo, construya una historia. Una película no es una mera colección de momentos conflictivos o de actividades, de personalidades o emociones, de diálogos ingeniosos o símbolos.

Cometido del diálogo

Las funciones del diálogo son múltiples y cada autoría destaca una vertiente según su perspectiva. De esta manera para Field serían las siguientes: Funciones del diálogo. En el cine más «visual», el diálogo conserva en la mayoría de los casos una función importante: es de recordar que ya existía en el cine «mudo». Estos diálogos no se oían, pero su sentido era comunicado mediante la mímica de los actores e «intertítulos» (letreros).

Los personajes del cine mudo no eran nada mudos. Según Field, las funciones del diálogo de cine son: – hacer avanzar la acción; – comunicar hechos e informaciones al público; – establecer sus relaciones, los unos con los otros; – revelar conflictos y el estado emocional de los personajes; – comentar la acción (Chion, 2009, pp. 55, 56). Es decir, que Field considera que los cometidos del diálogo de los personajes son impulsar la trama, dar información, crear interrelaciones, sacar a la luz los conflictos y el estado anímico, y explicar o interpretar las acciones.

Pero todas estas funciones pueden y, en determinados casos, deben ser asumidas por otra cosa distinta del diálogo. Según Swain, estas funciones del diálogo son: – dar una información (sin detener la acción); – revelar una emoción («Las palabras, dice Swain, son menos importantes en sí mismas que por el cambio que reflejan»); – caracterizar al personaje que habla, y también al que le escucha (Chion, 2009, pp. 56). Swain añade que una función importante del diálogo es colaborar en su caracterización.

Por su parte Stempel, apostilla que el diálogo debe ser creíble, interesante, divertido y con sub texto: Para Stempel, el diálogo debe ser: creíble («believable»), interesante, hacer avanzar la acción, caracterizar a los personajes, ser divertido («funny»), tener una dimensión implícita, de «subtext» (sentido entre líneas) (…).

El concepto de Truby

Por último, cabe destacar lo que menciona Truby al respecto del diálogo: El diálogo es una de las herramientas de escritura más malinterpretada. Una de las interpretaciones erróneas tiene que ver con la función del diálogo en la historia: la mayoría de los escritores pretenden que su diálogo realice el trabajo más pesado de la película, es decir, el trabajo que en realidad ha de hacer la estructura narrativa.

El resultado es un diálogo que suena poco natural, falso y forzado. Pero la mala interpretación más peligrosa del diálogo es lo contrario, es decir, exigirle que cumpla con lo mínimo. Esto se explica con la falsa creencia de que el buen diálogo es una conversación real.

  • El diálogo no es una conversación real; es un lenguaje altamente selectivo que suena como si fuese real.
  • Un buen diálogo es siempre más inteligente, más metafórico y está mejor argumentado que las conversaciones reales (Truby, 2017, p. 292). Según Truby, no hay que situar sobre el diálogo el peso de la trama, ya que puede terminar resultando falso, forzado y antinatural. Pero tampoco se trata de asimilarlo con una conversación de la vida real, porque para obtener un buen diálogo se selecciona con cuidado su contenido, resultando perspicaz, poético y razonado.

Voces

El hecho de encontrar las voces diferenciadas de los personajes en un relato es clave para su funcionamiento. Un narrador también permite que el público oiga la voz del personaje que se encarga de narrar. La gente maneja la palabra personaje que se encarga de narrar. La gente maneja la palabra “voz” sin ton ni son, como si fuera la llave de oro del arte de la narración.

Cuando se habla de que el público oye la voz del personaje, se está poniendo al público en la mente del personaje, en el instante mismo que está hablando. Es una mente expresada de manera muy precisa y única posible: de qué habla el personaje y cómo lo expresa. Ponerse en la mente del personaje implica que se está hablando de una persona real, con prejuicios, con negaciones, con mentiras, incluso cuando no es consciente de sí mismo.

Este personaje puede o no intentar decir la verdad al público; pero sea cual sea la verdad que surja, será muy subjetiva. No es la palabra de Dios ni un narrador omnisciente. Llevado hasta el extremo más lógico, el narrador desdibuja o incluso destruye la frontera entre la realidad e ilusión (Truby, 2017, p. 242 y 243).

El montaje de obra

Para la realización adecuada de una ambientación que permita la inmersión del espectador en una obra, es necesario que existan ciertas características puntuales. Las mismas son logradas por profesionales capacitados en el ámbito. Esto les permite aplicar gran cantidad de sus conocimientos en el ámbito teatral y de la actuación. Además que obtienen la capacidad de dirigir y evaluar cada uno de estos parámetros con el fin de obtener un excelente resultado.

TECH Universidad Tecnológica se ha centrado a través de los años en capacitar a los mejores profesionales del mundo. Esto se ha logrado mediante la educación de forma virtual, en la cual se ofertan gran cantidad de programas educativos de alta calidad. Tal es el caso de su Facultad de Comunicación y Periodismo, donde se pueden hallar especializaciones tales como el Máster en Investigación Periodística y Reporterismo en Televisión y el Máster en Periodismo Cultural. Sin embargo, para aquellos profesionales que buscan especializarse en el ámbito de la puesta en escena, no cabe la menor duda que su mejor elección será el Máster en Guion Audiovisual.

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