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Se ha determinado que dirigir no es lo mismo que liderar a un grupo de personas dentro de una misma institución. Así mismo, se han analizado diferentes tipos de autoridad que un directivo de un centro educativo puede ejercer en función de múltiples condiciones. Las habilidades directivas son la variante de autoridad más efectiva que pueden desarrollar liderazgo y sentido de la responsabilidad colectiva.

Definición

Se puede entender que las habilidades directivas son un conjunto de capacidades y conocimientos que una persona posee para realizar las actividades de administración y liderazgo en el rol de gerente o líder de una organización. Estas habilidades, que se desarrollarán en profundidad y en diferentes grupos a continuación, en muchas ocasiones ya pertenecen a la propia personalidad del directivo. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones deberán ser adquiridas y desarrolladas tanto en la práctica profesional como con formaciones específicas.

En la actualidad no se entiende que un directivo de un centro educativo tenga una visión clásica de la autoridad. Por lo tanto, será necesario que esa visión cambie y se acerque más a la realidad en la que los centros educativos viven inmersos hoy en día. No hay que olvidar que el elemento más importante que compone la estructura de un centro educativo está formado por personas: docentes, alumnos, personal no docente, personal de apoyo y servicios y resto de la comunidad educativa. Liderar con habilidad a estos valores humanos será esencial para conseguir alcanzar los objetivos propuestos.

Un concepto estrechamente ligado al de habilidades directivas es el de la inteligencia emocional. Si la dirección académica quiere ejercer una función de liderazgo positiva y responsable, debe mirar más allá de los conocimientos teóricos sobre dirección. De esta manera podrá centrarse en otras capacidades y dimensiones como la mencionada.

Características de la inteligencia emocional

Goleman (1995) define que la inteligencia emocional es “la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los de los demás, de motivarnos y de manejar adecuadamente las relaciones”. De esta definición se sustrae la idea de que el elemento más importante de esta inteligencia es el conjunto de emociones de la persona. Este autoconocimiento, trasladándolo a la función directiva, ayudará a quien la ejerza para comprender el comportamiento de los demás. También aclarará la manera en que puede dirigirse a ellos y de delegar responsabilidad, así como en la asignación de tareas. Por tanto, se concluye que el liderazgo está determinado por la inteligencia emocional y viceversa.

  • Autoconocimiento (autoconocimiento emocional). Se refiere al conocimiento de nuestros propios sentimientos y reconocer de qué manera nos pueden influir en la toma de decisiones. Este autoconocimiento nos ayudará a definir y analizar cuáles son nuestros puntos débiles.
  • Autocontrol emocional (autorregulación emocional). Nos sirve para analizar en profundidad nuestros sentimientos y aprovechar ese análisis para no dejarnos llevar por las emociones. Nos ayudará para saber cuáles son nuestras dinámicas emocionales.
  • Automotivación. Tras conocer nuestras emociones y nuestros sentimientos y analizar todos estos componentes, el conocimiento nos ayudará a buscar nuestras fuentes de motivación para tener siempre metas diseñadas que podamos alcanzar de la mejor manera.
  • La empatía. Esto es ponerse en el lugar de los demás, ser capaz de comprender sus sentimientos y emociones y canalizar este conocimiento para comunicarse con ellos de la manera más efectiva posible.
  • Relaciones interpersonales. Lo que comúnmente se conoce como habilidades sociales. Para un entorno profesional será esencial desarrollar y mantener unas buenas habilidades sociales o relaciones interpersonales. De esta manera se crea un clima de confianza y respeto en la organización.

Tipos de habilidades directivas

Las habilidades de dirección que a toda persona se le atribuyen pueden ser variadas en función de aquel centro o institución donde ejerza esa responsabilidad. En este apartado, diferenciadas en tres bloques, se analizarán las diferentes habilidades directivas que todo líder debería poseer.

Generalidades

  1. Inteligencia social. Es la que ayudará al directivo a comprender las situaciones y dinámicas sociales. Esto le permitirá la toma de decisiones de manera efectiva en función de las diferentes situaciones que se puedan presentar. Esta forma de inteligencia se fundamentará en las relaciones sociales y en la exposición frente a las personas.
  2. Habilidades interpersonales. Será la capacidad que tenga el líder de hablar con los demás, de adaptar su discurso a las diferentes situaciones y escenarios donde se dé la relación. Independientemente de si el grupo al que se tiene que dirigir es grande o pequeño, estas habilidades le ayudarán a transmitir el mensaje correcto.
  3. Inteligencia emocional. Según Goleman, estas habilidades servirán para que el líder sea capaz de entender y asimilar las situaciones emocionales por las que pasan las diferentes personas. Para alcanzar los objetivos propuestos, es necesario alcanzar este nivel de comprensión.
  4. Prudencia. Será la capacidad del líder para, teniendo en consideración diferentes opciones y puntos de vista, tomar una decisión. Así se evita la impulsividad y la precipitación.
  5. Determinación. La capacidad para asumir riesgos y tomar decisiones determinará la verdadera capacidad del líder para ejercer esa responsabilidad. Para ello deberá tener claro tanto los objetivos generales como los particulares.
  6. Gestión de conflictos. La resolución de conflictos, además de una cualidad, será también una de las principales responsabilidades y tareas de la dirección académica. Se fundamentará en estrategia, en conocer las partes del conflicto y los motivos por los cuales se originó. Además, buscará la mejor solución posible. Para ello deberá poner en práctica todas las habilidades directivas anteriormente citadas.
  7. Toma de decisiones. Es una competencia básica. Se basa en el análisis profundo de la situación, de los medios disponibles y de los objetivos marcados inicialmente. Una buena capacidad de toma de decisiones se basa, en gran parte, en la experiencia.

Tipología concreta

Cuando se habla de las habilidades concretas, se habla principalmente de las que seguramente serán aquellas que todo líder debe poseer y que se pueden extrapolar a cualquier organización o institución.

  1. Solución de problemas. Como se ha visto anteriormente, esta habilidad será indispensable para que los procesos y estrategias de la institución se optimicen y tengan siempre, cuando lo necesiten, una respuesta adecuada a un conflicto.
  2. Toma de decisiones. Partiendo de de que toda decisión supone una alta responsabilidad y, de no ser tomada considerando todas las posibilidades, puede suponer una situación perjudicial para la institución.
  3. Habilidades sociales. Porque en este caso, la dirección académica deberá relacionarse a diario con toda la comunidad educativa del centro y deberá tener, para hacerlo de manera efectiva, la capacidad de relacionarse de forma directa y clara.
  4. Resiliencia. Es decir, la capacidad para afrontar los cambios o las situaciones que no estaba previstas en los planes de acción. Servirá para, además de adaptarse y resolver diferentes situaciones, hacer que la institución vuelva al punto de partida una vez superada la situación concreta.
  5. Autoconfianza. Es decir, el autoconocimiento, la capacidad de conocerse a sí mismo y tener la seguridad (y predisposición) para cambiar y mejorar aquellos defectos que se puedan tener.
  6. Liderazgo. Será lo que marque la diferencia entre una dirección académica de calidad frente a una de perfil bajo.
  7. Asertividad. La capacidad de, respondiendo a una situación concreta, respetar tanto a uno mismo como a las personas involucradas. Implica, por un lado, no mostrar pasotismo y, por otro, no mostrar agresividad. Es la capacidad de dejar claro que se es el líder, pero respetando los derechos de los demás.
  8. Capacidad de delegar. Es decir, tener el absoluto y profundo conocimiento de las personas que forman el equipo de trabajo, así como de las cualidades y capacidades de cada uno. De esta manera puede delegar, si la tarea lo permite, la responsabilidad de llevarla a cabo. Fomentará la responsabilidad individual para incrementar la de grupo.
  9. Orientación a los objetivos. Los resultados u objetivos marcados al inicio de cada curso y que se prolonguen durante más tiempo, serán los elementos clave de la labor del líder. Conseguirlos o intentar conseguir aquellos marcados como más indispensable, será una de las habilidades directivas más determinante.
  10. Confianza. Conocerse y saber de lo que se es capaz. Saber las responsabilidades que se deben tomar y hacerlo con confianza y determinación. El liderazgo se basa en esta habilidad directiva.

Habilidades más buscadas

Si se considera que un centro o institución educativa es, además, una institución con estructural empresarial, las habilidades directivas deben ser, por esta idea, marcadamente encaminadas a este tipo de estructura. A la hora de analizar y determinar cuáles son, por tanto, las habilidades más específicas y necesarias, se tendrán en cuenta aquellas cinco habilidades directivas más comunes en los perfiles profesionales de los directivos o líderes de una empresa.

  • Liderazgo.
  • Autoconocimiento.
  • Resolución de conflictos.
  • Gestión de equipos.
  • Inteligencia emocional y social.

Consejo directivo

De la misma manera en la que se relaciona la estructura actual de un centro educativo con la estructura de una empresa, se debe relacionar la visión del directivo escolar con la de un directivo de una entidad empresarial. Gestiona recursos materiales e inmateriales, planificar la consecución de objetivos a corto, medio y largo plazo, además de preocuparse por la gestión económica. Por eso la de la dirección es una figura que se tiene que considerar como la de directivo escolar.

Teniendo esta misma consideración, la estructura organizativa de un centro educativo se asemeja a la de un consejo directivo. Este consejo directivo está formado por la comunidad educativa y de orientación académica y administrativa de la institución. Su función principal es la de tomar decisiones que garanticen el buen funcionamiento del centro educativo. Así mismo, que intenten, en lo posible, integrar a todos los miembros y recursos de la comunidad educativa.

Funciones principales

  • Servir de referencia y consejo en la resolución de conflictos entre los miembros de la comunidad educativa.
  • Asumir la responsabilidad de garantizar el cumplimento de los derechos de todos los miembros de la comunidad educativa del centro.
  • Participar en el planteamiento y consecución del proyecto educativo, el currículo y el plan de estudios
  • Garantizar y motivar el buen funcionamiento del centro.
  • Gestionar la parte económica del centro.
  • Asumir responsabilidades cuando quienes las ostenten no se encuentren disponibles.
  • Realizar un seguimiento de los alumnos, de su progreso, y servir de apoyo y orientación cuando sea necesario.
  • Realizar labores de evaluación de los procesos del centro.
  • Gestionar el funcionamiento del propio Consejo directivo.

Dirección de centros educativos

La responsabilidad que conlleva dirigir un centro de cualquier interés requiere de una amplia especialización sobre otras áreas que van más allá de la docencia. Entre ellas se encuentra la gestión y organización empresarial, las cuales pueden profundizarse a través de los programas académicos de TECH Universidad Tecnológica.

Cursos de alta calidad como el Máster en Gestión y Dirección de Centros Veterinarios y el Máster en Gestión Clínica, Dirección Médica y Asistencial tienen en cuenta que no todos los profesionales se encuentran capacitados para formar parte de un equipo directivo a la hora de introducirse en una nueva organización. Es por esto que los posgrados de TECH están abiertos para quienes desean dar ese paso extra y dar un impulso diferenciador a su su carrera.

Por esa misma línea se encuentra el Máster en Dirección de Centros Educativos, el cual satisface la necesidad de contar con las habilidades precisas para promover un ambiente de aprendizaje y convivencia que mejore el desarrollo intelectual, emocional y social de toda la comunidad educativa.

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