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Los hongos son organismos que presentan cualidades únicas entre todos los seres vivientes. Estas capacidades presentan un impacto perjudicial o benéfico en la actividad humana, dependiendo de la constitución de cada uno de ellos. Asimismo, estos hongos pueden producir enfermedades en las personas de forma superficial, cutánea, subcutánea y profunda llamadas micosis, las cuales requieren de un método diagnóstico enfocado en la resistencia antibiótica de cada organismo.
Características generales de los hongos
Los hongos están constituidos por células de tipo eucariota, pero no se organizan en tejidos órganos ni sistemas. Estos pueden ser unicelulares o multicelulares. Presentan un citoplasma en el que se encuentran estructuras como mitocondrias, vacuolas, vesículas, retículo endoplasmático, microtúbulos, ribosomas, cristales de glucógeno y complejo de Golgi. Su nutrición es heterótrofa absortiva ya que no pueden sintetizar sus propios nutrientes, pero secretan enzimas al medio que les permite degradar las sustancias nutritivas que luego son absorbidas. Por ejemplo, los dermatofitos principalmente producen queratinasas, que degradan la queratina de la piel, pelos y uñas. Otros hongos producirán hialuronidasas para degradar ácido hialurónico, colagenasas, elastasas. Las enzimas secretadas dependerán del sustrato que será asimilado.
Aunque presentan pared celular como las plantas, no sintetizan clorofila, no tienen celulosa en la composición de su pared celular. La pared celular fúngica está compuesta principalmente por quitina y b-glucanas. Estos compuestos otorgan rigidez a la estructura del hongo, le confiere propiedades antigénicas, entre otras funciones. La membrana celular posee principalmente ergosterol (lípido muy parecido al colesterol de la célula humana).
La mayoría de los hongos no presentan estructuras de locomoción, excepto algunos hongos acuáticos sin importancia clínica que pueden presentar flagelos (Oomycota). Ellos no almacenan almidón como sustancia de reserva. Los hongos tienen un metabolismo diverso y, además de realizar la respiración aerobia, realizan un proceso de fermentación. Sus productos finales son CO2, etanol, energía (2 ATP por mol de glucosa) y células. Es decir, son aerobios estrictos o facultativos.
Reproducción de los hongos
Los hongos pueden reproducirse de manera sexual y asexual. Se les conoce como hongos perfectos o teleomorfos a aquellos hongos en que se han descrito ambos tipos de reproducción. Por otro lado, a aquellos en los que solamente se ha descrito la forma de reproducción asexual se les conoce como hongos imperfectos o anamorfos. El producto final de su producción se conoce como esporas, también llamadas conidios o propágulos. Las esporas se pueden clasificar en esporas sexuales y asexuales.
Grupos de sustancias activas
Teniendo en cuenta las características estructurales y funcionales de los hongos, se ha diseñado un grupo de sustancias activas frente a aquellos que actúan a nivel de las diferentes estructuras. Por ejemplo, los antifúngicos pueden actuar:
- Sobre la membrana, alterando su permeabilidad o impidiendo su síntesis, o la de componentes esenciales como el ergosterol. La mayoría de los antifúngicos actúan sobre la síntesis de la membrana celular, puesto que en ella estriban gran parte de las diferencias que existen entre las células fúngicas y las de los mamíferos. Quizá la más relevante sea la presencia en la membrana del hongo de ergoesterol en vez de colesterol. Los antifúngicos que actúan sobre la membrana celular son los compuestos azólicos (imidazólicos y triazólicos), los polienos, (nistatina y anfotericina B) las alilaminas y las morfolinas (amorolfina).
- Sobre la pared celular, impidiendo su síntesis. El poseer una pared celular la cual está ausente en las células de los mamíferos, es otro elemento diferencial de los hongos. Cada uno de los componentes es una diana potencial para la actuación de los agentes antifúngicos.
- A nivel del núcleo actúa la Griseofulvina antifúngico no polieno, producido por Penicillium griseofulvum. Inhibe la mitosis por actuación sobre microtúbulos del huso mitótico. La Flucitosina es una Pirimidina Fluorada, análogo de la Citosina, impide la síntesis del ADN del hongo por desanimación del 5-flururacilo, inhibidor no competitivo de la timidilato-sintetasa, que interfiere en la síntesis de ADN.
Clasificación
Los primeros comentarios sobre los hongos son atribuidos a Plinio (23-79 a. C). Estos organismos fueron tratados como plantas hasta la segunda mitad del siglo XX. No fue hasta 1969 que Robert H. Whittaker propone el sistema de clasificación de cinco reinos y erige el reino Fungi, en el cual fueron incluidos la mayoría de los individuos considerados como hongos.
En 2002, Bryce Kendrick, fundamentado en otras técnicas —la inmunología y la biología molecular— clasificó a los seres vivos en siete reinos: Archaebacteria, Eubacteria, Chromista, Protozoa, Fungi, Plantae y Animalia. Los dos primeros tienen células procariontes y también se llaman dominios. Los demás son eucariontes. Desde el punto de vista filogenético, los animales están cercanos a los hongos, en los cuales los hongos inferiores (Zygomycota) están separados de los superiores (Basidiomycota y Ascomycota).
Principales hongos de importancia médica
Los hongos producen enfermedades en los seres humanos llamadas micosis. Estas pueden ser superficiales, cutáneas, subcutáneas y profundas. Se producen debido al incremento de individuos con enfermedades debilitantes como el SIDA, los que reciben tratamientos con inmunosupresores y otros pacientes con factores de riesgo como la ancianidad, la prematuridad, la obesidad, la diabetes y la resistencia ante los tratamientos que muestran estos organismos. En las últimas décadas, los hongos han adquirido gran relevancia como patógenos oportunistas, mostrando elevados índices de morbilidad y mortalidad.
Las micosis cutáneas son el problema médico más común con casi mil millones de personas afectadas. La neumonía por Pneumocytis jiroveci, cuyos casos totales son desconocidos, es otra de las micosis más importantes sobre todo en individuos VIH positivos. Dentro de las micosis cutáneas, las Tinea capitis sigue siendo una infección común con tasas de prevalencia superiores al 40% en algunas comunidades. Similarmente, Tinea pedís (pie de atleta) es también una de las enfermedades infecciosas más frecuentes en los países desarrollados.
Se considera que el 25% de la población occidental, al menos una vez en su vida, desarrollará este tipo de micosis ya sea en la zona interdigital de los pies o en la región plantar. Hay un porcentaje no menos importante que probablemente curse este momento con una infección micótica de las uñas. Las principales infecciones fúngicas subcutáneas incluyen esporotricosis, cromoblastomicosis, micetoma, lobomicosis, rinosporidiosis, zigomicosis subcutánea y Phaeohyphomycosis subcutánea. Sin embargo, solo el micetoma ha sido recientemente catalogado por la OMS como enfermedad tropical desatendida.
Estudios para el diagnóstico micológico
La sospecha clínica, los antecedentes detallados, la exploración física exhaustiva, los estudios diagnósticos de la imagen y, finalmente, la obtención de muestras adecuadas para el diagnóstico de laboratorio son unos elementos fundamentales para optimizar el diagnóstico y el tratamiento de las micosis. El tipo de muestra para el diagnóstico micológico se elige de acuerdo a la sintomatología, el tipo de lesión y la sospecha clínica. Estas pueden ser cualquier tipo de productos patológicos desde escamas de la piel, pelos y raspado de uñas para micosis superficiales hasta muestras de líquido cefalorraquídeo, esputos, lavados bronquiales, exudados vaginales, sangre, muestras de biopsia, orina, entre otros, para las micosis cutáneas, subcutáneas y profundas.
- Métodos microbiológicos convencionales: dentro de los métodos convencionales para el diagnóstico micológico, se pueden describir la microscopía, el cultivo, las pruebas bioquímicas y fisiológicas, estudios anatomopatológicos.
- Métodos inmunológicos: se incluye la detección de anticuerpos y antígenos.
- Métodos moleculares: ha cobrado importancia significativa gracias al análisis de la longitud de los fragmentos de restricción, la electroforesis de enzimas multilocus, el uso de sondas de hidratación marcadas para la identificación de un fragmento específico de ADN y la reacción en cadena de la polimerasa y sus diferentes variantes para la amplificación de diferentes fragmentos de ADN específicos.
La resistencia antibiótica de los hongos
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