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Dentro de la medicina alternativa por medio de plantas es necesario conocer el contexto acerca de como se desarrollan los diferentes medicamentos fruto de este proceso. Esto permite que el profesional tenga pleno conocimiento de lo que se suministra al paciente. De la misma manera el mismo puede comunicarle esta información de manera adecuada. Los procesos de cultivo, recolección, procesado y conservación de plantas medicinales hacen parte de estos conocimientos.
La OMS en las plantas medicinales
En 2013, la OMS publicó una propuesta estratégica sobre medicina tradicional y terapias complementarias (MTC) para el período 2014-2023. Esta propuesta surge por la necesidad de ejercer un control sobre este tipo de terapias que cada vez son más utilizadas y demandadas en todo el mundo. De forma muy especial en países en vías de desarrollo, en los que la medicina alopática resulta inalcanzable para gran parte de la población. Además de en los que la cultura tradicional está fuertemente instaurada en la vida cotidiana, incluido el ámbito de la salud.
También existen motivos económicos, según la OMS se disponen de datos que sugieren que ese mercado es importante económicamente. Así, en los Estados Miembros, en 2012 los productos de materia médica china supusieron 83.100 millones de dólares. Además de un incremento de más del 20% respecto del año anterior. En la República de Corea, los gastos anuales en medicina tradicional ascendieron a 4.400 millones de euros en 2004, y aumentaron a 7.400 millones en 2009. Otro ejemplo es Estados Unidos, donde en 2008, el gasto en productos naturales ascendió a 14.800 millones de dólares.
En la estrategia promovida por la OMS ha tenido mucho que ver que los estados miembros hayan establecido políticas y reglamentos nacionales y regionales. Estos fueron orientados a promover el uso seguro y eficaz de la MTC. Una de las medidas a resaltar es la reglamentación de los medicamentos herbarios, observándose un crecimiento constante de este control desde 1999 a 2012.
La demanda en la fitoterapia
El auge de la fitoterapia y del uso de productos naturales, mayoritariamente vegetales, ha provocado también un aumento del número de comunicaciones sobre pacientes. Los mismos que han sufrido efectos perjudiciales para la salud producidos por medicamentos fitoterápicos debido a diversos problemas. Una de las principales causas está directamente relacionada con la calidad de los productos, incluidas las materias primas vegetales.
La propia OMS reconoce que no se ha prestado suficiente atención a la garantía y control de la calidad de los medicamentos herbarios y productos naturales en general. El aumento de la demanda de productos fitoterápicos y plantas medicinales (planta cruda) fuerza el crecimiento de la oferta. Intentando un control de esta situación para evitar que se consolide un mercado que pueda afectar a la salud negativamente.
Esto tal y como expuso la OMS en 2003, se recomienda la reglamentación o regulación que asegure la calidad de los productos de forma global. El problema es que existe una gran diversidad de reglamentos y categorías reglamentarias para los productos de MTC (incluidos los basados en plantas o vegetales medicinales).
Sin embargo, en general, las normas que afectan al uso de plantas medicinales, refieren la necesidad de controles (control de calidad). Los mismos que abarcan la perfecta identificación de la especie botánica, la recolección de las drogas (partes activas del vegetal), el cultivo, el procesado y la conservación del material vegetal; además de los de aplicación en la elaboración del producto fitoterápico o natural. Siempre con el objetivo de buscar la eficacia y seguridad de los tratamientos en los que se utiliza plantas medicinales.
Cultivo, recolección, procesado y conservación de plantas medicinales: de la naturaleza al laboratorio
Las materias primas de origen vegetal a partir de las cuales se elaboran productos naturales. Muchos de ellos con aplicación en fitoterapia, tienen su origen en la propia naturaleza. Se trata de plantas, su mayoría, u otros vegetales como algas u hongos.
Recolección y cultivo
Las buenas prácticas agrícolas y de recolección de plantas medicinales son el primer paso hacia la seguridad de la calidad de los productos basados en plantas. Aquellos del que dependen directamente su inocuidad y eficacia. Además, desempeñan una función muy importante en la protección de los recursos naturales para que la explotación de las plantas medicinales sea sostenible.
Existen directrices de la OMS sobre buenas prácticas agrícolas y de recolección (BPAR) de plantas medicinales. En ellas se describe y orienta sobre las técnicas y medidas necesarias para un cultivo y una recolección de forma adecuada. Sin embargo, se comprueba que hay inconexión entre los conocimientos y la aplicación de los mismos.
Es necesario la capacitación de los agricultores y de otros actores implicados, como los productores, manipuladores y procesadores del material vegetal medicinal. Hacer frente a esta necesidad es una tarea difícil, por lo que las empresas farmacéuticas y los laboratorios de productos naturales herbarios se ven obligados a realizar controles de identificación o bien a confiar en el suministrador.
En cualquier caso, la capacitación de los agricultores y recolectores, así como de los demás agentes implicados, es una de las muchas medidas importantes que deben adoptarse para asegurar que se aplican prácticas agrícolas y de recolección correctas, con el objetivo final de obtener materias vegetales medicinales de calidad alta.
Recolección de planta silvestre
Las plantas medicinales utilizadas tradicionalmente son obtenidas mayoritariamente del campo (medio silvestre). En la actualidad, a pesar del aumento de la demanda, la producción de planta aromática y medicinal proviene en gran medida de la recolección de plantas silvestres, solo ciertas especies de mayor consumo, como menta, melisa, adormidera, manzanilla, etc., son cultivadas de forma convencional o de forma ecológica.
La obtención de las plantas medicinales directamente del medio silvestre plantea un problema en cuanto a calidad del material, que es la variabilidad producida por la propia adaptación del vegetal al medio en el que crece, que provoca diferencias no solo fenotípicas, sino también genotípicas y quimiotípicas, no pudiendo asegurar la estabilidad del complejo químico responsable de la actividad medicinal.
Inconvenientes en la recolección
- La recolección indiscriminada afecta a las especies, especialmente las que ya están en peligro o sus poblaciones son escasas, y a los endemismos.
- La recolección silvestre no es suficiente para cubrir la demanda de algunas especies sin dañar el medio ambiente. Y existe normativa que regula el uso de este recurso y no permite esta práctica de forma descontrolada y abusiva.
- No existe control en el crecimiento de la planta, luego no todo el material se encuentra en la misma etapa fenológica, lo que produce heterogeneidad, incluso de drogas, que puede disminuir la calidad de los futuros productos.
- Generalmente, la recolección silvestre no se realiza en un lugar geográfico concreto para evitar la excesiva agresión sobre las poblaciones de especies vegetales. Esto obliga a abarcar grandes espacios y la dispersión geográfica con frecuencia afecta al quimiotipo.
- El proceso de la recolección silvestre es una actividad más cara que la recolección a partir de un cultivo (desplazamientos, recolección siempre manual, dispersión de los especímenes en la población vegetal, etc.).
- Fácil confusión de algunas especies cuando el recolector no es personal especializado (botánicos) o no está aleccionado.
- El material recolectado puede estar contaminado por pesticidas, productos industriales u otras sustancias que se hallen en el medio.
- En general, se suelen producir mezclas con otras especies y no siempre se recolecta únicamente la droga, haciéndose muy frecuente la adulteración por partes extrañas de la especie medicinal.
Recolección como práctica habitual
Aun con todo lo expuesto, la recolección de planta silvestre es una práctica habitual y se realiza normalmente cuando una especie presenta una amplia distribución, sus poblaciones naturales son abundantes y densas, además de accesibles. También se lleva a cabo cuando la demanda de una especie concreta es baja y la planta silvestre cubre las necesidades, y cuando la recolección es fácil y la mano de obra necesaria no resulta cara.
En cualquier caso, las prácticas de recolección de planta silvestre deben garantizar la supervivencia a largo plazo de las poblaciones de las especies y de sus hábitats. La OMS recomienda la implementación de un sistema para establecer niveles de explotación sostenibles y describir las prácticas de recolección idóneas en función de las especies de plantas medicinales y de las partes de la planta utilizadas (raíces, hojas, frutos, etc.). Se aboga por la recolección selectiva y controlada para que sea sostenible.
El especialista en la fitoterapia
Para el profesional en farmacia existen diversos campos en los cuales puede aplicar su conocimiento de forma óptima. Sin embargo, el mismo requiere de capacitación adecuada, que le permita conocer en la totalidad el área en la que desee especializarse. Este es el caso de la fitoterapia, donde se exigen conocimientos tales como los procesos de cultivo, recolección, procesado y conservación de plantas medicinales. Por esta razón nace TECH Universidad Tecnológica, brindando opciones educativas de alta calidad enfocadas en el éxito profesional.
Dentro de su portafolio educativo podemos hallar la Facultad de Farmacia donde se ofertan programas tales como la Maestría en Dirección y Gestión de la Oficina de Farmacia y la Maestría en Servicios Profesionales Farmacéuticos Asistenciales en Farmacia Comunitaria. Sin embargo, para aquellos profesionales que buscan enfocarse en la medicina alternativa no cabe duda que su mejor opción educativa será la Maestría en Avances en Fitoterapia Aplicada para Farmacia.