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El rendimiento escolar de los estudiantes está condicionado por varios factores. Entre ellos, la autopercepción del propio adolescente. Cómo se ve el joven a sí mismo, unido a la influencia del profesor en el desarrollo de dicho autoconocimiento en una educación inclusiva y, sumando las habilidades sociales que el estudiante tenga, son todo factores que van a influir en dicho rendimiento.

Autoconocimiento estudiantil

El autoconocimiento está directamente relacionado con el autoconcepto. En la infancia tiene su origen en las reacciones de los otros y en la forma en que se perciben las reacciones de aquellos con quienes se ha construido un vínculo afectivo. En el caso del niño, sus padres, amigos y otros adultos cercanos influyen directamente. La construcción de un autoconcepto positivo parte del apoyo familiar que le brinda al niño el sostenimiento emocional necesario para que pueda llegar a ser un adulto maduro, responsable y autónomo. Posteriormente, la escuela será un contexto ideal para el fortalecimiento progresivo de estos rasgos. Esto gracias al aporte del maestro, quien con sus estrategias podrá estimular su independencia, hábitos de autonomía y destrezas comunicativas.

Los primeros años de vida del niño/a son claves para su desarrollo. Es en esta etapa cuando se forman y consolidan elementos fundamentales para la construcción de la personalidad, adquiriendo especial relevancia las interacciones con iguales y los procesos de socialización. El niño/a con alta capacidad, por su idiosincrasia, encuentra dificultades a la hora de integrar y adaptar su forma de ser a lo que espera su entorno o a lo socialmente preestablecido. Son frecuentes los problemas de interacción con iguales. Por ende, los procesos de socialización se vuelven complejos porque su ritmo evolutivo es diferente a los iguales.

Infancia

El autoconocimiento o autoconcepto infantil dependerá de las experiencias que tenga el niño/a más dotado. La imagen que el niño/a de alta capacidad se forma de sí mismo incorpora aspectos de su personalidad y las experiencias que tiene en su día a día.

La estructuración de los esquemas mentales internos dependerá de la experiencia percibida y de factores tanto biológicos como psicológicos y sociales. Si el niño/a de alta capacidad no es acompañado en este proceso para que desarrolle mecanismos de autocontrol, es probable que decaiga la confianza en sí mismo y que la toma de decisiones, así como el afrontamiento de problemas, sean deficitarios. Por eso es tan importante cuidar el desarrollo de un buen autoconcepto como proceso activo y vital del desarrollo. Es difícil cambiar la sociedad o incluso moldear el ambiente más próximo. No es tan difícil enseñar al niño con alta capacidad a ser asertivo, a desarrollar su propioceptividad y a promover experiencias sociales exitosas. La retroalimentación positiva es necesaria para que el autoconcepto sea óptimo.

Proceso de autoconocimiento

El niño/a desde bien pequeño toma conciencia de sí mismo y se percibe como diferente de los demás, pero de una forma muy primitiva y seguramente de tipo superficial. Según va creciendo, ya a partir de los cinco o seis años el componente externo, va ganando terreno. Son las experiencias de relación con el entorno las que van configurando el autoconocimiento, adquiriendo elementos cada vez más complejos. Ya entrados en la adolescencia es cuando realmente toman conciencia de las diferencias y son capaces de describir el hecho diferencial hacia los demás, tanto en lo físico como en lo psíquico.

Los niños/as que desarrollan mayor seguridad en sí mismos y que tienen un mejor autoconcepto suelen ser más competentes (socialmente hablando). Con los más capaces ocurren cosas distintas por el desarrollo asíncrono que puede distorsionar el autoconcepto ya que juicio e intelecto no van a la par. Emocionalmente suelen haber desfases en comparación con el desarrollo cognitivo. A su vez, los niños/a más capaces se ven diferentes a los demás y toman dicha consciencia incluso antes que sus iguales. No obstante, no saben interpretarlo ni asimilarlo y aquí es donde radica la cuestión.

Sé como soy

La mejor herramienta de la que cuenta el superdotado para sobrevivir a su propia superdotación, es ser conocedor de la misma, de su intensidad emocional y de su diferencia. De esta manera puede ser dueño de su existencia y de las acciones y situaciones que lo van a acompañar el resto de su vida. Conocer la superdotación desde dentro, los funcionamientos neurológicos y la emocionabilidad que es intrínseca a la misma, son las mejores herramientas para el desarrollo de un fuerte “self” que no necesita ya del visto bueno por parte del entorno ni de profesionales.

Se debe a que se ha producido el proceso en el cual el individuo superdotado se entiende y se acepta a sí mismo. Cuando se produce esta autoaceptación y se entiende incluso que la soledad que acompaña al superdotado es para toda la vida, se produce un cambio de autoimagen y perspectiva en el que el niño y adulto superdotado toman el control de su propia superdotación. Entonces pueden adentrarse en ella y dar paso a su originalidad.

Sé como actúo

Las técnicas de la disciplina son comunes para todos los niños/as, independientemente de su capacidad y las leyes del aprendizaje universales. Desde la experiencia se puede constatar que las familias transgreden las leyes del aprendizaje porque se actúa con los hijos de manera diferente a como se hace con el resto del mundo. Ello parece lógico porque son los hijos y a nadie se quiere tanto. Sin embargo, desde un punto de vista conductual y pragmático no debería ser así. Los hijos crecen y se desarrollan sabiendo que tienen el amor incondicional de su padre y de su madre hagan lo que hagan.

Capacidad y rendimiento

Sigue siendo el talón de Aquiles la comprensión de la alta capacidad. Se debe a que todavía, hoy en día, bien entrados en el siglo XXI, aún existen sectores del sistema educativo que consideran que el alto rendimiento es lo que define la alta capacidad. A muchos compañeros docentes les sigue costando entender que alta capacidad no es sinónimo de alto rendimiento. Cierto es que el objetivo a conseguir ha de ser que los estudiantes con alta capacidad tengan un buen rendimiento, para que de este modo su autoconcepto sea positivo.

Es importante que los perfiles cognitivos vayan acompañados de perfiles académicos coherentes. Es decir, el desarrollo del talento ha de ser tangible y real. Se debe sacar el máximo de cada estudiante, pero respetando los estilos y las diferentes vías de aprendizaje. Cuando esto es así, el estudiante es feliz, se divierte aprendiendo y se eleva su nivel de autoestima.

Educación inclusiva

Detectar las altas capacidades en un joven es una realidad compleja. Si bien existe un elevado porcentaje de niños y adolescentes que cuentan con estas características, su detección siempre es tardía o, en ocasiones, nunca se reconoce.

Por esto, TECH Universidad Tecnológica quiere que los profesionales en psicología sepan cómo ayudar a mejorar considerablemente la calidad de vida de los pacientes con estas habilidades de manera efectiva. Y, por ende, espera lograrlo con programas de alta calidad como el Máster en Investigación en Neuropsicología de la Educación y el Máster en Pedagogía Terapéutica.

Por otro lado, es importante resaltar el Máster en Altas Capacidades y Educación Inclusiva para Psicólogos. Este posgrado enseña las formas más efectivas de trabajar con menores de altas capacidades y, al mismo tiempo, poner a su disposición planes de actuación que repercutan positivamente en su desarrollo cognitivo.

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