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El trastorno por TDAH (o déficit de atención/hiperactividad) es una patología que conlleva alteraciones en la autoregulación, el nivel de actividad y control de los impulsos. Se expresa con síntomas de baja capacidad de atención, falta de control de la impulsividad e inquietud, lo cual demuestra dificultades del aprendizaje en edades tempranas.
Definición histórica
El Trastorno por Déficit de Atención/Hiperactividad, en adelante TDAH, es uno de los trastornos con diagnóstico más frecuente en los niños y niñas. Existen descripciones, como la realizada en el siglo XVIII por Crichton, que coinciden con lo que hoy se entiende por TDAH inatento, que él definía como “inquietud mental”. La primera vez que se mencionó la hiperactividad fue en 1845 gracias a Heinrich Hoffman. Más tarde, otros autores como Still hablaron de este trastorno como un defecto en el control moral o inhibición de impulsos. Pero no fue hasta 1947 cuando Strauss y Lehtinen atribuyeron este trastorno a un posible daño cerebral. Estos autores denominaron a este trastorno entonces disfunción cerebral mínima o lesión cerebral mínima.
Las variaciones en su denominación ha sido una constante durante las últimas décadas (daño cerebral mínimo, disfunción cerebral mínima, discapacidad del aprendizaje y la conducta, hiperactividad, reacción hipercinética de la infancia, DAMP – déficit de atención, del control motor y de la percepción). El DSM-III utilizó por primera vez el nombre de “Trastorno por Déficit de Atención”. En la última versión se utiliza la denominación Trastorno por Déficit de Atención/Hiperactividad.
¿De qué se trata?
Se trata de personas con problemas de atención, despistadas, con un fuerte componente impulsivo. Realizan las tareas que demandan organización y constancia de forma poco eficiente. Suelen tener problemas en su vida social, escolar o laboral. En estas personas existe un fracaso motivado por la falta de eficiencia en los procesos del aprendizaje y la adaptabilidad al entorno social.
Además, el TDAH presenta diferentes subtipos derivados de las combinaciones resultantes entre el tipo de presentación (combinada, predominante con falta de atención y predominante con hiperactividad/impulsividad) y los niveles de gravedad (leve, moderado, grave).
Síntomas
- La inatención o falta de atención: la incapacidad para dirigir la atención y controlarla para la realización eficaz de una tarea es uno de los rasgos fundamentales de este trastorno. Este síntoma podría ser una expresión secundaria de un trastorno de la regulación y la inhibición del comportamiento según defiende Barkley.
- Hiperactividad e Impulsividad: la hiperactividad es un nivel excesivo o inadecuado a la edad y desarrollo del niño de actividad que se muestra a través de inquietud, intranquilidad y movimientos corporales totalmente innecesarios y desajustados a la situación.
Atención sostenida
La atención sostenida es uno de los primeros aspectos atencionales que se desarrollan. Los problemas de falta de atención aparecen como consecuencia del declive en el esfuerzo cuando se realizan tareas que no despiertan el interés del sujeto o no conllevan excesivas consecuencias a su finalización. Los niños con TDAH cambian de una tarea a otra buscando una alternativa más gratificante. Por esto parece que es la falta de inhibición de respuesta lo que falla más que la distracción en sí. Es decir, estos niños pueden centrarse en estímulos específicos, pero no pueden resistirse o inhibir la respuesta a otros estímulos que compiten y que parecen más interesantes o reforzantes.
Esta falta de inhibición es la que afecta a la atención sostenida y no la distracción o incapacidad para mantener la atención (atención focalizada). La tentación, por tanto, a resistirse a otros estímulos o impulsos. Indica que pudiera existir una alteración en la activación de la formación reticular (encargada de la vigilancia y atención básicas o atención sostenida). Esto explicaría por qué los estimulantes favorecen la atención, ya que éstos elevan el nivel de activación.
La atención sostenida en tareas complejas está controlada por los lóbulos frontales que regulan el comportamiento. Debido a que estos lóbulos son los últimos en madurar, se ha hipotetizado que los niños con TDAH pueden presentar un retraso en la maduración de estos lóbulos. Por lo tanto, en los mecanismos de inhibición de respuesta motoras.
Atención selectiva
Debemos destacar que la atención selectiva también es un proceso atencional que presenta dificultades en el TDAH debido a que ésta requiere de la activación o la inhibición de otra respuesta. Esta atención selectiva alterada afecta específicamente al rendimiento de estos niños en el terreno académico, sobre todo cuando se les expone a información compleja y extensa. Ya que precisa de la utilización simultánea de la atención sostenida y del procesamiento de información.
Las formas más complejas de atención, la atención alternativa y la atención dividida, implican la capacidad de que el niño pueda compartir la atención entre dos tareas para la realización de operaciones mentales, cuando existen varios estímulos que compiten por la atención. Estos procesos dependen del funcionamiento ejecutivo y para los niños con TDAH se convierten en algo increíblemente difícil de realizar.
Prevalencia
El DSM-V establece que el TDAH está presente en el 5% de los niños y el 2,5% de los adultos en la mayoría de las culturas. Artigas-Pallarés (2011) menciona una prevalencia estimada entre el 5 y el 8%. Portellano (2008) expone que entre el 3% y el 5% de la población escolar está afectada de TDAH. Existen otros autores que incluso citan una prevalencia que alcanza el 11,5%.
Ante este baile de datos, vemos que las diferencias claramente pueden ser debidas a la metodología diversa empleada en los estudios epidemiológicos. La prevalencia es mayor en chicos que en chicas. La relación estimada de prevalencia fluctúa según estudios: relación 3/1 o incluso 9/1. En muestras comunitarias esta relación se establece en 2,45 niños por cada niña. En todo caso, lo que sí se puede apreciar es la incidencia más alta de este trastorno en los niños. Esta diferencia tiende a disminuir según se va avanzando en edad.
Respecto a la clase social, son las capas sociales más desfavorecidas las más afectadas por este trastorno. También tiene su influencia el nivel de permisividad social acerca del TDAH según la sociedad en la que se vive. La prevalencia es mayor en países anglosajones precisamente por la baja permisividad hacia este trastorno y menor en países europeos. La presentación más frecuente de TDAH es la de tipo combinado, seguida por la de predominantemente inatenta.
Intervención psicológica
Las dificultades de aprendizaje se han convertido en una de las batallas más importantes de docentes, psicólogos y profesionales de la medicina en los últimos tiempos. Todos ellos se han unido por medio de instituciones educativas con el fin de crear posgrados académicos de alta calidad como el Máster en Neuropsicología y Educación y el Máster en Gestión de las Dificultades del Aprendizaje y Atención a la Diversidad para Psicólogos.
La prevalencia y detección de estos trastornos ha aumentado considerablemente, por lo que el interés de los profesionales se ve satisfecho con el Máster en Intervención Psicológica en Dificultades del Aprendizaje. El conocimiento de este tema es un valor añadido de alta importancia en las personas que trabajan cerca de niños o niñas que sufren estas dificultades.