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Antes de conocer a fondo el condicionamiento instrumental es necesario analizar el contexto en el que el mismo se desarrolla. Se puede comenzar por los trabajos y experimentos de Thorndike y Skinner, que pusieron sobre la mesa un nuevo acercamiento al aprendizaje. Este tomó como nombre, dadas sus características, operante para Skinner o instrumental.
El concepto de consecuencia adquiere gran importancia, siendo la relación entre la conducta del sujeto, conducta espontánea generalmente, y las consecuencias o eventos que suceden a dicha conducta, lo que pasa a asociarse o aprenderse. La conducta del sujeto modifica el entorno para él. Es esa conducta la que se aprende en lugar del estímulo como sucede en el condicionamiento clásico.
El aprendizaje instrumental introduce algunos conceptos definiéndolos de la siguiente manera:
El estímulo discriminativo
Será un estímulo que indique o avise al sujeto experimental de que la conducta que va a llevar a cabo puede verse acompañada de la consecuencia esperada. En el caso de un experimento en el que cada vez que se encienda una luz el animal obtendrá comida presionando un botón, el animal aprenderá este estímulo como discriminativo, poniendo en marcha la conducta de la que espera obtener beneficio.
El estímulo discriminativo no tiene por qué indicar la seguridad absoluta, puede ser que el diseño experimental solo proporcione el refuerzo (la consecuencia positiva en este caso), en algunas ocasiones. Si es así, el estímulo será discriminativo si aumenta la probabilidad de respuesta. Cuanto mayor sea esta probabilidad más discriminativa será dicho estímulo.
El estímulo delta
Por contra el estímulo delta indica que la conducta no obtendrá ninguna consecuencia. Si existe este estímulo su aparición inhibirá la conducta al informar al sujeto de que no había consecuencia tras su acción.
La respuesta instrumental
Se trata de una conducta normalmente motora y de carácter voluntario (en el condicionamiento clásico la conducta es provocada por el ambiente), que puede verse modificada en algún parámetro de los que la conforman, según sea la consecuencia que tenga lugar a continuación de ella. Se le llama instrumental por ser de hecho un instrumento para conseguir algo, y también operante porque se utiliza para operar en el entorno.
La consecuencia
Se entiende que la consecuencia es contingente con la respuesta porque tiene lugar solamente tras la realización de la conducta instrumental. Es un estímulo que depende de lo realizado anteriormente y tiene como característica principal modificar la conducta que lleva a su aparición. La capacidad que tenga una consecuencia de modificar la probabilidad de aparición de la respuesta es lo que define su acción sobre ella.
Podemos encontrar varios tipos de consecuencias en función de esto. Por ejemplo, si la consecuencia aumenta la probabilidad de que tenga lugar la conducta operante, podemos entender que su aparición refuerza dicha conducta.
Así Thorndike definió este tipo de consecuencia como reforzador. Skinner, aplicando esta misma definición de reforzador como estímulo capaz de aumentar la probabilidad de respuesta, entendió que una consecuencia que aparece y aumenta la respuesta por su carácter apetitivo o agradable, es un reforzador positivo, y que un estímulo capaz de hacer aumentar la respuesta por desaparecer su carácter negativo o aversivo, es un reforzador negativo.
En ambos casos las consecuencias, ya sea por aparición del refuerzo agradable o por la desaparición de un estímulo desagradable, son motivacionalmente apetitivas y aumenta la probabilidad de emitir la conducta que lo provoca en el contexto concreto en que ha tenido lugar. Observando los efectos opuestos podemos encontrar dos tipos diferentes de consecuencias.
Si la consecuencia provoca la disminución de la conducta entendemos que esta consecuencia se vive como un castigo. De nuevo el castigo puede deberse a la aparición de un estímulo aversivo que disminuye la probabilidad de volver a llevar a cabo la conducta que lo motivó. Entonces lo llamamos castigo positivo.
Refuerzos incondicionados
Se trata de refuerzos que funcionan como tal o como castigo, es decir, aumentando o disminuyendo la probabilidad de respuesta, sin necesidad de ser entrenados previamente. También se les conoce como refuerzos primarios.
Refuerzos condicionados
Los refuerzos condicionados o secundarios son estímulos capaces de adquirir la capacidad de modificar la aparición de la conducta, por asociación con los refuerzos primarios o incondicionados. Una respuesta puede verse modificada por otra respuesta, tal y como afirma el principio de Premarck que este autor formuló en 1965. Para ello la respuesta que modifica a la otra tiene que tener una mayor probabilidad de producirse.
Métodos de trabajo
Para desarrollar los experimentos que analizan el condicionamiento operante Skinner construyó una caja (Caja de Skinner), preparada con un elemento que el animal pudiera accionar para obtener comida en un comedero, lo que entendemos como conducta operante o instrumental. A esto le sumó una lámpara y un altavoz que pudieran utilizarse para introducir un estímulo discriminativo o un estímulo delta.
En este caso el animal puede llevar a cabo la conducta en cualquier momento, por lo que se le denomina una situación de operante libre. Pero existen otros procedimientos para estudiar este tipo de respuestas, como la caja problema de Thorndike, o los laberintos. Otro ejemplo se encuentra en el llamado corredor recto. En este corredor se sitúa al animal en una caja. Cuando se abre la trampilla encuentra un pasillo que lleva hasta otra caja en la que se sitúa o no el refuerzo.
De nuevo se acompaña el montaje de estímulos discriminativos que pueden ser parecidos a los anteriormente citados. Pueden ser luz o sonido, o incluso el color con que se pintan las paredes del corredor. Como la respuesta solo puede darse al abrir la trampilla, entendemos estas situaciones como ensayos discretos. En este caso, además, el animal solo puede emitir un tipo de respuesta que le lleve a recibir consecuencias controladas, por lo que se trata de una situación de una sola respuesta.
Si se diseña el experimento de tal modo que diferentes respuestas den lugar a diferentes consecuencias, lo definimos como una situación de elección. La forma que se tiene de poder medir la respuesta de tipo operante o instrumental consiste en fijarse en sus diferentes componentes. La frecuencia de emisión es el parámetro principal, comparándolo con la unidad de tiempo. Esto da la llamada tasa de respuesta.
El reforzamiento positivo
La consecuencia que recibe la conducta operante del sujeto es agradable o apetitiva, por lo que la aparición de la respuesta da lugar a un refuerzo positivo. La condición de trabajo es que si se da la respuesta se da la consecuencia reforzadora, y si no se da, no tiene lugar esta consecuencia. La contingencia entre respuesta y consecuencia es positiva y por tanto da lugar a un aumento de la probabilidad de la conducta en futuros ensayos.
El reforzamiento negativo
La contingencia en este tipo de ensayos entre conducta y consecuencia es negativa, es decir, supone que la conducta se produce antes de que tenga lugar la desaparición de un estímulo desagradable para el sujeto experimental o previene la aparición de este. Se pueden encontrar dos tipos de refuerzo negativo principales y que se pueden observar también en terapia, la evitación y el escape.
La evitación se entrena en estos experimentos cuando el animal o sujeto experimental no recibe un estímulo de carácter aversivo. Esto, si es capaz de emitir la conducta esperada durante la presentación de un estímulo discriminatorio. La presencia de este estímulo discriminatorio distingue el procedimiento del que veremos a continuación como entrenamiento de escape.
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