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La complejidad de las ecografías de los miembros inferiores, como la rodilla, viene dada por múltiples estructuras que la forman. Las imágenes musculoesqueléticas apoyan a la medicina rehabilitadora para intervenir en desgastes de dichas articulaciones.

La rodilla y su exploración

La rodilla es una articulación muy compleja que sufre mucho, tanto en el ámbito deportivo como en las actividades básicas de la vida cotidiana. Va a ser una articulación sometida cada día a gestos repetitivos y, por ser tan superficial, está muy expuesta a traumatismos directos. Esto hace que tenga una anatomía muy particular y también que su biomecánica sea muy específica.

La rodilla debe ser una articulación estable ya que tiene que soportar el peso del cuerpo tanto en la marcha y en la carrera como en la bipedestación estática. Pero además debe permitir un amplio rango de movimiento, no solo en flexoextensión como se describía hace años, sino también en pequeñas rotaciones y traslaciones anteroposteriores para conseguir su movilidad total.

También son importantes estos movimientos íntimos para adaptarse, junto con el tobillo, a las irregularidades del terreno y a la información propioceptiva que recibe desde el pie. Puede verse influida, por tanto, por cadenas ascendentes y descendentes. Esta información se debe tener muy en cuenta en la aparición de patología no traumática, que es bastante frecuente.

Recuerdo anatómico

En la rodilla se articulan tres huesos: fémur, tibia y rótula. Entre el fémur y la tibia se forma la articulación femorotibial, y entre el fémur y la cara posterior de la rótula la articulación femoropatelar. La articulación tibioperonea no se considera parte de la articulación de la rodilla.

La porción articular del fémur en su parte distal está formada por los dos cóndilos. Estos van a articularse con la parte más craneal de la tibia, la meseta tibial, donde se encontrarán los platillos tibiales, dos superficies articulares de cartílago hialino para recibir a los cóndilos femorales. Entre ambos platillos tibiales aparece la espina tibial o eminencia intercondílea, con dos pequeñas tuberosidades en su parte superior.

Toda la parte distal del fémur está recubierta de cartílago articular, excepto la fosa intercondílea que se encuentra en la parte posterior. El cóndilo lateral es ligeramente más grande que el medial, por lo que presenta una superficie articular más grande. Por su parte, en la tibia, el platillo tibial interno es más largo y más cóncavo, con un grosor mayor en su cartílago. Es el que recibe más carga en bipedestación. El platillo tibial externo es ligeramente más ancho y tiende más a la convexidad que a la concavidad. Debido a esta anatomía desigual entre ambas superficies articulares, se puede decir que el compartimento interno aporta más estabilidad, mientras que el externo va a permitir más movilidad.

La rótula va a funcionar como un hueso sesamoideo en el espesor del tendón del cuádriceps. Vista de frente es redondeada por la parte de arriba, la base de la rótula, y ligeramente puntiaguda hacia abajo, el vértice de la rótula. Su cara anterior es ligeramente convexa e irregular. Su cara posterior, la porción articular, está recubierta totalmente de cartílago hialino espeso (3-4mm) para formar la articulación femoropatelar con la tróclea del fémur. Tiene una cresta en su parte central que discurre de arriba hacia abajo y cuyo vértice la divide en carilla lateral y carilla medial.

Forman entre ambas el ángulo facetario, de unos 130º. En casos de desequilibrios musculares en el cuádriceps o desaxaciones del miembro inferior, una de las carillas de la rótula puede friccionar más contra la superficie articular del fémur que la otra. De esta manera acelera los procesos degenerativos articulares de la rodilla. Mediante el ecógrafo se será capaz de valorar parcialmente el estado del cartílago dentro de la tróclea femoral como se verá más adelante.

Sonoanatomía normal

Desde el punto de vista anatómico y funcional, la rodilla se divide en 4 caras: anterior, posterior, medial y lateral. La ecografía no es válida para realizar la valoración y el diagnóstico de todas las estructuras de la rodilla. Las estructuras intraarticulares, como pueden ser los meniscos o los ligamentos que constituyen el pívot central de la rodilla, los ligamentos cruzados, sólo van a ser valorables mediante resonancia magnética. En muchos casos, el acceso va a ser imposible debido a que las estructuras óseas que las rodean y envuelven van a impedir el acceso a ellas del haz de ultrasonido. Sin embargo, en el estudio de estructuras superficiales, es una herramienta extremadamente útil.

Ecografía musculoesquelética

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