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El ser humano ha aprendido a adaptarse a los diferentes cambios en su entorno. Aunque no siempre el factor de aceptación al cambio resulta igual, todos tenemos esta habilidad de adaptación. Esta función no ha hecho más que evolucionar, desde que nuestros ancestros cambiaban constantemente de factor climático, o vivían como nómadas. Este hecho histórico se ve reflejado en quienes somos hoy día. El cerebro plástico y la neuroplasticidad hacen referencia a esto; a como se desarrolla esta adaptabilidad en el ser humano.
La plasticidad neuronal
La plasticidad neuronal hace referencia a la capacidad de cambio por parte del cerebro, ya sea a nivel molecular, estructural o funcional, lo que abarca modificaciones de la expresión genética e incluso del comportamiento.
Esta plasticidad se puede definir según el efecto temporal que tiene, así existen la plasticidad a largo plazo, en donde están implicados procesos de memoria y aprendizaje; la plasticidad homeostática, que permite potenciar las conexiones entre áreas existentes; y la plasticidad a corto plazo, empleada para el procesamiento de la información en la realización de tareas puntuales, como cálculos.
Dependiendo del nivel de análisis se puede dividir la plasticidad en:
- Plasticidad de redes neuronales: en donde cumple funciones de recuperación y modulación de la excitabilidad neuronal y de sub-redes por neurotransmisores; reclutando redes paralelas y subcomponentes en redes distribuidas.
- Plasticidad de sinapsis: modulación de la transmisión basal, hipersensibilización, desenmascaramiento sináptico, brotes axónales y dendríticos, regeneración axónica, con remodelación y modulación de factores neurotróficos.
A nivel psicológico se divide la plasticidad en tres, la plasticidad experience-independent, que hace referencia a las modificaciones neuronales, sin intervención ambiental; la plasticidad experience-expectant, que se refieren a las modificaciones promovidas desde el exterior; y la plasticidad experience-dependen, donde las estructuras neuronales se conforman basándose en la genética, pero la experiencia puede modificar estas.
Concepto de plasticidad
Algunos autores han equiparado el concepto de plasticidad con el de la flexibilidad. Evidenciando cómo a medida que se envejece las personas cada vez son menos flexibles y tolerante en sus pensamientos y posturas. Algo que ha sido atribuido a esta falta de plasticidad neuronal. Estaría en la base de los nuevos aprendizajes y la apertura a nuevos conocimientos y puntos de vista; el contrapuesto sería la falta de esta plasticidad, que se traduciría en que la persona es incapaz de ponerse en el lugar de otro, para poder comprender su postura, y con ello aceptar nuevos planteamientos mentales.
El cerebro plástico
El cerebro puede ser estudiado y analizado desde distintos planos. Ya sea desde el puramente anatómico, donde cada uno de sus dos hemisferios “encierran” distintas áreas especializadas, siendo su atrofia o malformación, causa directa de disfunciones orgánicas y organizativas, cuanto mayor sea la lesión, mayor será el efecto que sobre el resto del cuerpo produce; aunque cuando esta se da a edades tempranas tiene mayores visos de “solución”, entendida como, que el propio cerebro se va a reestructurar.
Gracias a la neurogénesis, una modalidad de plasticidad por la cual algunas habilidades van a ser “asumidas” por otras estructuras próximas. Esto permite que se mantenga así su funcionamiento; en cambio en otras ocasiones en que esto no es posible, el cerebro va a “compensarlo” con el desarrollo de otras habilidades. Por ejemplo, en el caso de los invidentes, cuando ha sido de nacimiento o en edades tempranas, van a desarrollar una mayor capacidad de orientación espacial, así como de los restantes sentidos, el oído, el olfato, el gusto y el tacto, facilitado por la regeneración cerebral.
Con respecto a la relación entre el cerebro y la plasticidad, este segundo le confiere al primero la capacidad de adaptarse a las demandas externas e internas, de ahí que surja el concepto de plasticidad cortical, que a su vez se puede dividir en plasticidad cortical fisiológica (relacionado con el neurodesarrollo, el aprendizaje y la memoria) y plasticidad cortical patológica (dividida en adaptativa y mal adaptativa).
La neuroplasticidad también se puede diferenciar, en función el momento de su intervención a nivel neuronal, así se denomina plasticidad natural, cuando la neuroplasticidad interviene durante la etapa ontogenética, para la elaboración de nuevos circuitos y el mantenimiento de las redes neuronales, aspectos fundamentales en el aprendizaje.
Neurociencia y plasticidad
La plasticidad neuronal ha sido considerado como uno de los grandes descubrimientos de la neurociencia. Lo cual, todavía se sigue investigando sobre los mecanismos implicados, para “potenciarlo” en determinadas áreas afectadas por algún traumatismo o enfermedad. Con ello se espera “ayudar” al organismo a compensar las deficiencias que suponen no tener “operativa” dicha área afectada. Permitiendo que zonas adyacentes se hagan cargo de dichas funciones, devolviendo así un “equilibrio” funcional al cerebro.
La neurogénesis
Son varios los mecanismos que van a implicarse en la plasticidad del sistema nervioso central tales como la neurogénesis o la apoptosis neuronal. También de los brotes dendríticos y axónicos. Es decir, los cambios en el cerebro van a provenir tanto de la formación de nuevas neuronas, como en el establecimiento de nuevas conexiones, por desarrollos dendríticos o axónicos; y al contrario, también se consideran cambios la eliminación de neuronas, o de conexiones establecidas bien a nivel dendrítico o axónico.
Por activa o por pasiva, se van produciendo modificaciones a nivel neuronal que puede afectar incluso a las zonas adyacentes. Esto sucede mejorando el procesamiento de información o las funciones asignadas a dicha estructura neuronal.
La neurogénesis, recientemente se ha descubierto que también la tienen los adultos en ciertas regiones cerebrales como el hipocampo. Además de la mucosa olfatoria y la zona pre ventricular, aunque con una tasa de producción mucho menor. De ahí que “les cueste” más recuperarse de los traumatismos o episodios de ictus cerebrales; igualmente la reestructuración neuronal, donde ya “todo está en su sitio” dificulta que otras regiones puedan asumir nuevas funciones.
Pero todas estas estructuras están interrelacionadas por señales eléctricas y bioquímicas, las primeras conectan regiones próximas entre sí, mientras que las segundas, se dirigen a zonas “alejadas” del cerebro donde promover los efectos deseados. Para ello existe toda una “batería” de neuro-hormonas encargadas de la regulación cerebral, comunicando excitaciones e inhibiciones de las distintas regiones, lo que va a “poner en marcha la maquinaria” que nos va a permitir, pensar, sentir y actuar.
La importancia de la neuroeducación física
En diferentes ámbitos hoy en día se trata la neuroeducación como base para la enseñanza. Esto permite que diversos conocimientos sean implantados de mejor manera en el alumnado. La educación física no es la excepción, ya que es aquí donde la motricidad y la conexión neural juega un papel importante. Para lograr el dominio y el entendimiento total de esta metodología el profesional deberá profundizar y especializarse en el área educativa.
En TECH Universidad Tecnológica el principal objetivo es impartir educación de calidad en el alumnado. Por esta razón se creó la Facultad de Ciencias del Deporte, donde el profesional hallará especializaciones tales como el Máster en Nutrición Clínica en la Actividad Física y en el Deporte y el Máster en Nutrición Deportiva para Poblaciones Especiales.
Sin embargo, para el profesional interesado en la educación neural y todo lo que la misma conlleva, el Máster en Neuroeducación y Educación Física es, sin duda alguna, la mejor elección para completar su formación.