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La evaluación y el pre-diagnóstico son procesos base en la tarea del veterinario. Un correcto triaje y evaluación veterinaria inicial permiten que los procedimientos a realizar sean ejecutados de manera correcta. La necesidad de tener estos conocimientos claros es crucial para el profesional íntegro en veterinaria, y se hace presente día a día en su labor. Veremos en el presente artículo un poco del desarrollo y correcta aplicación de estas técnicas previas.
La clínica de urgencias. Enfoque y preparación del equipo clínico
La medicina de urgencias y pacientes críticos es una especialidad que, si bien es tan antigua como la práctica clínica veterinaria, solo ha ganado entidad propia de forma muy reciente. Es probablemente la especialidad más desafiante, estresante y frustrante de toda la clínica veterinaria. Pero también es la que más satisfacciones genera, ya que consiste directamente en salvar vidas que están en riesgo de perderse.
Su desarrollo ha discurrido en paralelo al de las técnicas y aparatos de monitorización. Así como al de los avances en fisiología, patología y farmacología veterinarias. Aún, hoy en día, está en pleno proceso de desarrollo y consolidación como tal. La figura del veterinario intensivista poco a poco va ganando un espacio en los centros, y la demanda de estos especialistas crece al mismo ritmo en el que se incrementa la necesidad de una atención de mayor calidad y especificidad en todos los campos de la veterinaria. ¿Qué es una urgencia?.
Desde la óptica veterinaria, se podría definir una urgencia como toda aquella situación clínica emergente, potencialmente riesgosa para la integridad del paciente y que requiere de una intervención inmediata e intensiva para preservar la salud del animal (y habitualmente, su misma vida). En el caso de los pacientes críticos, esta atención inmediata e intensiva se brinda de forma continuada.
La clínica de urgencias
La palabra inmediata se refiere a que, en clínica de urgencias, se deben tomar decisiones en el mismo momento (sea sobre un paciente recién admitido, sea sobre un hospitalizado crítico), sin posibilidad de demorarlas o estudiar la mejor opción con base a largos protocolos o a consultas con otros compañeros. La palabra intensiva se refiere a que la labor clínica no se limita a una única actuación concreta, sino que se extiende a lo largo de todos los sistemas orgánicos del animal y durante todo el proceso de atención, hasta que el riesgo para la vida del paciente se ha eliminado de forma constatada.
Es bajo estos criterios generales que se impartirá todo este curso. Sin embargo, puede ser muy difícil definir con precisión cuándo una atención concreta es una emergencia o no lo es. Esto se debe a que muchas veces un mismo cuadro podrá ser urgente o no en función del historial del paciente, de la zona, de la época del año o de muchos otros factores y circunstancias.
Por ejemplo, si un perro “se ha comido un gusano del suelo”, se actuará de forma muy diferente si se está en una zona y época con oruga procesionaria o si se está en una zona y época en la que este riesgo no exista. Adicionalmente, entre veterinarios existe el dicho (en tono de humor) que “las urgencias las define el propietario” y realmente muchas veces es así.
Se encontrarán muchas veces con que los clientes solicitan la atención de forma urgente en función de su percepción subjetiva, su agenda o incluso, su simple comodidad. Y en la otra mano, se atenderán algunos casos terminales o extremos, o incluso, se certificarán algunos fallecimientos, en los cuales el propietario no ha percibido la necesidad de solicitar antes la atención urgente.
Atención al usuario en urgencias
La atención de las verdaderas urgencias clínicas es una de las disciplinas más exigentes y angustiosas de la práctica veterinaria. El desafío de sacar adelante pacientes críticos con escasez de tiempo y de información, a lo que muchas veces se suman unos elevados niveles de presión emocional, hace que se requiera un temple especial para desempeñarse adecuadamente en esta especialidad.
En atención de urgencias, se lucha, por lo general, contra el tiempo y muchas veces se trabaja con una gran escasez de datos y de medios, tanto técnicos como humanos. A esto se puede sumar la presencia de propietarios angustiados, a quienes también se tienen que cuidar y de animales viviendo situaciones límite tanto en el aspecto físico como en el emocional.
El personal que va a atender las urgencias, por ello, debe estar técnica y psicológicamente preparado para asumir estas funciones tan estresantes con eficacia y resolubilidad. Es fundamental brindar una atención protocolizada, con objetivos prácticos, basada en criterios robustos que hayan sido diseñados para maximizar la supervivencia de los pacientes.
De esta forma, se facilitará la toma de decisiones y se minimizarán todas las presiones emocionales que tan fácilmente pueden conducir a dar una atención inadecuada. Las instalaciones donde se atiendan las urgencias pueden variar muchísimo entre centros. En grandes hospitales, debería haber un área específicamente dedicada a ellas, con un equipo humano especializado en la atención de emergencias presente de forma continuada en el centro.
En las clínicas generalistas y en los pequeños consultorios, se atenderán las urgencias según la demanda del cliente, con los medios y equipos propios del centro. La atención ordinaria deberá desplazarse cuando haya que centrarse en una atención de urgencia.
Interacción con el propietario de un paciente crítico.
La recepción de los pacientes de urgencias puede ser directamente presencial (en el centro veterinario, a domicilio si se cuenta con la equipación y se presta el servicio o en contadas ocasiones en situaciones cotidianas de forma no prevista), pero más frecuentemente el primer contacto con la situación clínica será por vía telefónica. La información que se extraiga en el primer contacto telefónico puede ser crucial para preparar la atención en el momento de recibir al paciente.
Una de las primeras tareas que se deben hacer, es una clasificación inicial por vía telefónica para valorar la gravedad de la situación. Se debe obtener información precisa de forma rápida, que incluya:
- La naturaleza general del problema:
- Primera narración del propietario acerca de qué está sucediendo.
- Datos básicos de reseña del paciente (especie, raza, sexo, edad, condiciones individuales relevantes, enfermedades o tratamientos preexistentes, etc.).
- El estado global del animal:
- Presencia e intensidad de lesiones evidentes: fracturas, heridas, sangrado, distensión abdominal, etc.
- Presencia e intensidad de alteraciones funcionales evidentes: diarrea, vómitos, tos, etc.
- Capacidad ambulatoria, coordinación. – Nivel de consciencia y reactividad.
- Estado emocional, muestras de dolor, angustia y/o pánico.
- Constantes generales del paciente:
- Respiración: Existencia, tipo, frecuencia, etc.
- Color de sus mucosas.
- Existencia de latido y frecuencia cardiaca.
- Capacidad del paciente para orinar.
Durante la primera atención telefónica, es importante escuchar adecuadamente al propietario y no dar por sentadas informaciones en función de la perspectiva o situación personal. Además, se debe ejercer una labor tranquilizadora e indagar adecuadamente en las informaciones relevantes.
El profesional en urgencias veterinarias
Las mascotas se han convertido en parte de nuestras vidas y familias. Hoy en día la presencia de un profesional veterinario en la comunidad es más que necesaria. En la mayoría de los casos los pacientes que asisten a estos consultorios no acuden a controles o consultas, sino por el contrario, por una urgencia o emergencia. Esto ha producido que el profesional en veterinaria deba estar aún más preparado para este tipo de casos, buscando una capacitación más completa.
TECH Universidad Tecnológica entiende las necesidades y exigencias de la comunidad. Por esta razón ha creado la Facultad de veterinaria, en donde es posible hallar especializaciones enfocadas en la calidad educativa y el profesionalismo íntegro. Ejemplo claro de esto son el Máster en Anestesiología Veterinaria y el Máster en Traumatología y Cirugía Ortopédica Veterinaria.
Sin embargo, para aquellos profesionales que buscan el éxito en cada situación compleja como la presentada en el artículo, no cabe duda alguna que la mejor opción formativa para él es el Máster en Urgencias Veterinarias en Pequeños Animales.