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El tratamiento del paciente intoxicado se basa en tres aspectos fundamentales: soporte vital, tratamiento específico de la intoxicación y manejo complementario. A su vez, el tratamiento específico en el ámbito medicina de la toxicología también gravita sobre tres aspectos: disminuir la absorción del tóxico, aumentar la eliminación del tóxico y, finalmente, los antídotos.
Disminuir la absorción del tóxico
Existen variadas técnicas para intentar disminuir la absorción del tóxico, algunas en desuso y otras controvertidas. Un listado esquemático de las mismas sería el siguiente:
- Descontaminación digestiva:
Comprende un conjunto de técnicas para evitar la absorción de un tóxico ingerido o su neutralización. Se utilizan eméticos, lavados gástricos, carbón activado, catárticos, cavado intestinal total, endoscopias, cirugías y diluciones.
- Descontaminación cutánea:
Busca evitar la absorción y las secuelas locales y sistémicas mediante el arrastre, la dilución y la disolución. Consiste en lavar la piel con abundante agua y jabón, de forma repetida y minuciosa, durante 10 a 15 minutos.
- Descontaminación ocular:
La actuación terapéutica debe ser inmediata, primero con agua corriente con el ojo abierto debajo del grifo, de forma prolongada, sin presión. Después se repetirá en el centro sanitario con agua y suero fisiológico, durante 30 minutos. El objetivo es que el agua actúe por arrastre y como diluyente.
- Prevención:
La prevención de la absorción parenteral es complicada, no estando indicados los torniquetes, ni la succión o el hielo local. No obstante, conviene nombrarlo desde la perspectiva teórica e histórica. Por otro lado, la prevención de la absorción respiratoria es fundamental y consiste simplemente en alejar al paciente del tóxico inhalado.
Aumentar la eliminación del tóxico
Otra forma lógica de tratamiento específico en toxicología consiste en aumentar la eliminación del tóxico, una vez que este ya se ha absorbido. Existen diferentes técnicas de depuración renal y extrarrenal que pueden ser de gran interés en circunstancias específicas.
- Depuración renal:
Se basa en que cuando un tóxico se elimina por orina, incrementando la diuresis, se aumenta su eliminación. Actualmente son técnicas que se utilizan escasamente por las alteraciones que se producen sobre el equilibrio hidroelectrolítico, y porque sus indicaciones son similares a las de la depuración extrarrenal. Existen tres modalidades: soporte diurético (antes denominada diuresis forzada neutra), diuresis alcalina y diuresis forzada alcalina.
- Depuración extrarrenal:
Ha ido desarrollándose, mejorando las técnicas y añadiendo otras que aportan ventajas y disminuyen riesgos. Se trata del uso de aparatos que sustituyen o incrementan la capacidad de depuración normal de los riñones. Aunque de nuevo están con condicionantes para la aplicación de estas técnicas, que hacen que sus indicaciones sean escasas. Por lo que, aunque aprovechen las propiedades físicas de los tóxicos, no han desplazado, en términos generales, a la hemodiálisis intermitente como el tratamiento de elección en la mayoría de las intoxicaciones en las que está indicada la depuración.
Antídotos
El uso de antídotos es lo más específico y lo que más caracteriza a la toxicología clínica, por lo que su conocimiento es imprescindible. Son múltiples los que se pueden utilizar, aunque no siempre están disponibles en todos los centros sanitarios. Algunos de los antídotos son reanimadores. Es decir, que se pueden utilizar en el contexto del soporte vital, por lo que es importante que el médico de urgencias los conozca y sepa utilizarlos.
Pueden actuar de diferentes maneras. Por ejemplo, bloqueando receptores específicos, inhibiendo el metabolismo del tóxico para que no se convierta en un producto más tóxico, o potenciando la desintoxicación endógena. En otros casos, su mecanismo de acción es la formación de complejos que actuaría neutralizando los efectos del tóxico y favoreciendo su eliminación, tal y como sucede con los antídotos quelantes.
En cualquier caso, todos los centros sanitarios deben disponer de un número adecuado de antídotos con relación a su nivel de complejidad. Al mismo tiempo, deben ser capaces de conseguir en un tiempo adecuado aquellos antídotos necesarios para la emergencia.
Tratamiento en toxicología
La toxicología es una especialidad erróneamente ignorada por los programas curriculares de los estudios de Medicina, con la muy negativa y frecuente consecuencia para los médicos cuando se enfrentan con el paciente intoxicado de encontrarse desorientados y sin ideas claras respecto a las actitudes terapéuticas a seguir.
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