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El proceso de movimientos simples y complejos en el ser humano está compuesto por diversas conexiones a nivel nervioso y cerebral. Estas conexiones, a pesar de ser iguales en la mayoría de los seres humanos, tiene variantes en su funcionamiento. Entre estas variantes muchas veces pueden presentarse complicaciones que se ven reflejadas en el movimiento de un sujeto. Esto sucede en la mayoría de especies de mamíferos del mundo, sin exceptuar claro, al ser humano. La psicomotricidad se encarga de estudiar el movimiento en relación con los impulsos cerebrales, veremos algo de ello en el presente artículo.
Psicomotricidad como concepto
Desde los orígenes de la biología, se estimaba que aquello que diferenciaba a un ser vivo de otro inerte era precisamente su capacidad de movimiento, algo que se ha ido haciendo cada vez más complejo, desde los primeros seres vivos hasta la actualidad.
Movimientos que ya pueden “sentirse” antes del nacimiento, debido a las “patadas” que sobresalen en el vientre materno cuando estas se producen. Va a ir perfeccionándose con la práctica, siendo la velocidad de movimiento un elemento empleado para determinar la “edad” de la persona, existiendo una curva ascendente en cuanto a la velocidad de ejecución desde la infancia hasta la adolescencia. Manteniéndose por unos breves años antes de empezar a decrecer, acelerándose dicha “caída” a medida que se envejece o aparecen las enfermedades.
Esto es debido tanto por un efecto físico de la evolución de los músculos como neuronal. Es el sistema nervioso central desde donde se controla la motricidad gruesa y fina, la primera permite realizar “grandes” movimientos, como caminar o recoger objetos del suelo. La segunda, la motricidad fina, hace referencia a la ejecución minuciosa y detallista de movimientos, como por ejemplo al escribir a mano.
Clasificación del movimiento
Pero si bien hasta ahora se ha hablado de movimiento en sentido amplio, este se puede clasificar en:
- Reflejos, patrones involuntarios y coordinados de músculos asociados a una respuesta una estimulación ambiental, a su vez estos se pueden dividir en:
- Medulares, que incluye el reflejo miotático (estira el músculo) y el reflejo de flexión-retirada (contrae el músculo).
- Reflejos vestibulares, que incluye los oculares (regula y mantiene la imagen estable en la retina) y los espinales (mantiene la postura).
- Rítmicos, donde se desencadena patrones estereotipados causados por un estímulo externo o iniciado espontáneamente.
- Voluntarios, que son aquellos que se realizan con un objetivo y que mejoran con la experiencia y el aprendizaje.
El aprendizaje motor es el proceso por el cual se va adquiriendo o modificando conductas motoras, perfeccionándolas y “depurándolas” con la práctica. Aprendizaje en el que se va a ver implicado otros procesos cognitivos como la atención, la percepción o la memoria. A nivel neuronal se producen nuevas conexiones neuronales y el reforzamiento de las existentes. Además de una mayor interconexión entre las áreas implicadas, mejorando así el rendimiento.
Una situación, la del control motor que se va “perdiendo” con la edad, pero que en ocasiones puede verse deteriorado drásticamente. Esto Hasta el punto que el paciente acabe en silla de ruedas, incapaz de mantenerse en pie por sí mismo, como sucede en el caso de la enfermedad de Párkinson.
Enfermedades relacionadas con el movimiento
Los primeros problemas musculares, en ocasiones se confunden los con los propios de la edad, cuando se presenta en personas de avanzada edad, además a la sintomatología propia de la enfermedad se ha de sumar las dificultades asociadas al envejecimiento. Es así que se estima que el 25% de los pacientes con la enfermedad de Párkinson muestran además deterioro cognitivo leve por causas de la edad, síntomas que va a ir en detrimento de la calidad de vida del paciente.
Deterioro que en la población anciana suele mejorar con la rehabilitación oportuna, pero que en el caso del Párkinson se suele tener poco en cuenta, centrado casi en exclusiva en atender los síntomas más graves de esta enfermedad como son los temblores, rigidez o inestabilidad postural entre otros, es decir, en los síntomas motores.
El problema es que se ha observado cómo el deterioro cognitivo leve lleva asociado en algunos casos síntomas como la inestabilidad postural, el cual puede ser confundido con uno propio del Párkinson, entonces ¿Se puede mejorar el Párkinson con rehabilitación para el anciano?. Esto es lo que ha tratado de averiguarse con una investigación realizada por el departamento de ingeniería biomédica, junto con el departamento de neurología y el departamento de medicina, Universidad de Emory; el Instituto Tecnológico de Georgia y el centro de rehabilitación cognitiva y Visual Atlanta VA RR&D.
Sus resultados han sido publicados en abril del 2017 en el 2017 en la revista científica BioRxiv. En el estudio participaron ciento dieciséis adultos con edades por encima de los 66 años, de los cuales el 57% eran mujeres. Cuarenta y dos de los cuales padecían la enfermedad de Párkinson perteneciendo el resto al grupo control, todos ellos sin sintomatología propia de la demencia para lo cual se les evaluó mediante el Montreal Cognitive Assessment.
Variantes en el Parkinson
A todos se les registró variables sociodemográficas como la edad, sexo, años de educación, índice de masa corporal, problemas asociados y medicamentos que tomaban; igualmente se evaluó su nivel de independencia a través del Ability to perform Activities of Daily Living (ADLs); la presencia de sintomatología depresiva mediante el Beck Depression Inventory-II (BDI-II); la calidad de vida y el miedo a caídas mediante escala tipo Likert. En el caso de los participantes con Párkinson además se evaluó en qué fase de la enfermedad se encontraban a través del Unified Parkinson’s Disease Rating Scale.
La intervención en rehabilitación se realizó mediante la práctica del baile adaptado a la edad de los participantes, en concreto en este estudio se empleó el tango. Los resultados evidencian que a mayor edad menores habilidades cognitivas tanto en pacientes con o sin la enfermedad de Párkinson. No existiendo diferencias significativas en las habilidades cognitivas antes y después de la intervención mediante la práctica del baile.
Lo que indicaría que la intervención en ancianos, tengan o no la enfermedad de Parkinson, va a mostrar efectos limitados en la recuperación de las habilidades cognitivas, al menos con una intervención basada en el baile; aspecto que por otra parte podría haber ayudado en cuanto a coordinación, pérdida de miedo a la caída y control muscular por parte de los pacientes con Párkinson, algo que no fue evaluado en este estudio.
Aún con estos resultados, la idea original del estudio, intervenir sobre los efectos de la edad como forma de contrarrestar los problemas que esta provoca en el Párkinson era buena. Quizás habrá que buscar otro método de intervención, más de corte individual como el aplicado desde el neurodesarrollo, para ver estos efectos esperables y con ello mejorar de forma indirecta la calidad de vida de los pacientes de Párkinson.
El cerebro y el aprendizaje
Debido a los avances tecnológicos, hoy en día es posible realizar estudios más detallados del funcionamiento del cerebro. Dicha afirmación podría bien solo ser útil para aquellos dedicados a la medicina, pero no es así. Los profesionales del ámbito educativo están bien informados de que esta información resulta valiosa para su labor. Si el educador tiene el conocimiento del desarrollo cognitivo de cada alumno efectuará un proceso de transmisión del conocimiento mucho más amplio y exitoso.
TECH Universidad Tecnológica conoce las necesidades de esta área y es por esta razón que creo la Facultad de Educación. En la misma es posible hallar diversas especializaciones tales como el Máster en Coaching Educativo y el Máster en Investigación en Educación. Por otro lado, encontramos que algunas especializaciones se enfocan en la educación a profundidad, tal y como se revisó en el presente artículo, como es el caso del Máster en Neuropsicología y Educación para Docentes.