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La vacunación ha existido desde tiempos remotos en la humanidad. La lucha constante contra las diversas enfermedades es constante y permite al ser humano avanzar con cada nueva tecnología. Dentro de la historia e hitos de la vacunación pueden hallarse muchos cambios a nivel científico que permiten un desarrollo constante de nuevos fármacos. Estos estudios e investigaciones son llevados a cabo durante meses e incluso años hasta encontrar la manera de contrarrestar una enfermedad de cualquier tipo.

Introducción a la vacunación

Las vacunas son productos que contienen un microorganismo —parte de él o un producto derivado de él— sea una bacteria o un virus. Se administra a una persona con el objeto de inducir una respuesta inmunitaria específica. Las vacunas permiten al sistema inmunitario adquirir la capacidad para reconocer un microorganismo determinado y responder de forma adecuada. Hay cuatro tipos de vacunas diferentes: de virus vivos (triple vírica), inactivadas (gripe), toxoides (difteria, tétanos) y biosintéticas (Hib).

La OMS las define como: “Cualquier preparación destinada a generar inmunidad contra una enfermedad estimulando la producción de anticuerpos. Puede tratarse, por ejemplo, de una suspensión de microorganismos muertos o atenuados, o de productos o derivados de microorganismos. El método más habitual para administrar las vacunas es la inyección, aunque algunas se administran con un vaporizador nasal u oral”.

Se estima que la introducción de la vacunación a nivel mundial evita anualmente 5 millones de muertes por viruela, 2,7 millones por sarampión, 2 millones por tétanos neonatal, 1 millón por tos ferina, 600 000 por poliomielitis paralítica y 300 000 por difteria. No obstante, hoy en día, en países en vías de desarrollo mueren todavía alrededor de 3 millones de niños a causa de enfermedades inmunoprevenibles.

Cabe destacar, por lo tanto, la importancia de la vacunación en el control de enfermedades infectocontagiosas y sus contactos. En los países desarrollados ha surgido una corriente que cuestiona y critica el empleo de las vacunas negándose a cumplir el calendario vacunal. Esto ha provocado enfermedades que ya no se veían en el país como el brote de sarampión ocurrido en Granada en el año 2010 y su creciente incidencia en la Comunidad de Madrid.

Por otro lado, algunos brotes han sido generados por casos importados, es decir, debido a fenómenos migratorios procedentes de países donde la cobertura vacunal en la infancia es diferente a la de España. Por este motivo es importante conocer los antecedentes históricos de la inmunización

Historia de la vacunación

El intento de vacunación está presente a lo largo de la historia de la humanidad. Desde hace siglos se ha tratado de erradicar y encontrar protección real contra enfermedades infecciosas debido al gran impacto que tenían sobre la población (en muchos casos terminaban diezmándola). Los datos más antiguos que se conocen relacionados con la vacunación se remontan al 430 a.C.

La primera persona que dejó constancia de que no se podía volver a enfermar dos veces por el mismo proceso fue Tucídides en Atenas. Su propuesta fue que cuidasen a los enfermos aquellas personas que habían sobrevivido con anterioridad ese mismo proceso. Más tarde, bajo la misma línea de ideas, en el siglo VII los budistas indios ingerían el veneno de las serpientes buscando inmunidad ante este.

Por otro lado, a partir del siglo X en China se practicaba la variolización con el fin de inocular el virus de la viruela de un enfermo a una persona susceptible de serlo, sometiéndolo a las pústulas variolosas. La variolización consiste en la inoculación del pus de la viruela en un paciente sano para provocar la enfermedad de forma más atenuada inmunizándolo de esta forma.

Este mecanismo se introdujo en Europa en 1721 en Gran Bretaña por Lady Mary Wortley Montagu5,6. A mediados del siglo XVIII, el médico inglés Francis Home realizó algún intento de inmunización contra el sarampión. No obstante, fue Edward Jenner quien marcó un antes y un después en la historia de la inmunización. Se le conoce como el padre de la vacunación.

Avances en tiempos contemporáneos

En 1768, Edward Jenner, estudiante de medicina en ese momento, se percató de que las campesinas que ordeñaban vacas no padecían la viruela, ya que habían sido afectadas por la viruela del ganado vacuno, un virus parecido. Después de graduarse dedicó muchos años de investigación al estudio de la vacunación y el 14 de mayo de 1796 inoculó a un niño llamado James Phipps la linfa de una pústula de viruela obtenida de una mujer infectada por la enfermedad en unos cortes superficiales que le realizó en el brazo. Para comprobar su eficacia, se inoculó al mismo niño con el virus de la viruela humana quien se mantuvo sin enfermar.

Gracias a esto, en 1798 publicó sus resultados y en menos de 10 años esta vacunación se había extendido por el mundo. Esta publicación revolucionó la lucha contra la viruela. Ese texto plasmó una variante en la práctica inoculatoria basada en la observación empírica de que aquellas personas infectadas por la vacuna viruela no enfermaban de viruela humana. A su método se le denominó ‘vacuna’, de ahí que se le conozca como el padre de la vacunación

Jenner y la vacunación

Como todo método revolucionario, el descubrimiento de Jenner se topó con ciertas dificultades y obstáculos. La opinión pública no estaba de su parte y tampoco lo estaba la opinión médica. Incluso, el Papa León XIII llegó a prohibirla en los Estados Pontificios. Los resultados obtenidos por su investigación consiguieron cambiar la opinión pública y ganarse la aprobación a todos los niveles.

A finales del siglo XIX se realizaron importantes investigaciones en el campo de la microbiología y la inmunología. Destacando entre ellos los descubrimientos realizados por Louis Pasteur en 1885 sobre la vacuna antirrábica. Pasteur demostró que al administrar una forma debilitada o atenuada del microorganismo que produce la infección se consiguen unas defensas más puras que introduciendo un germen productor de una enfermedad similar a la que se quiere producir (como había hecho Jenner anteriormente).

Además de la vacuna antirrábica, Pasteur desarrolló la vacuna contra el cólera de las aves y contra el carbunco aplicando su descubrimiento. En 1885 al administrar la vacuna antirrábica a un niño de nueve años causó mucho revuelo y llegó a ser censurado, ya que su descubrimiento pasaba por introducir de forma deliberada un microorganismo mortal en el cuerpo humano. No obstante, el éxito de su experimento fue rotundo. Ese mismo año, el bacteriólogo español Jaime Ferrán descubrió la vacuna anticolérica que se ensayó en Alicante con buenos resultados.

Durante el siglo XX, la vacunación ha sido una de las medidas de mayor impacto en la salud pública, ya que gracias a ellas se ha disminuido la carga de morbimortalidad por enfermedades infecciosas en la infancia. A excepción del acceso al agua potable no ha existido otra medida preventiva o terapéutica con mayor efecto en la reducción de mortalidad que las vacunas, ni siquiera el descubrimiento de los antibióticos.

La vacunación hoy en día

La humanidad atraviesa tiempos fuertes en cuestiones de lucha con las enfermedades. El desarrollo de diversas curas y vacunas, es un esfuerzo científico extenso que demanda recursos y personal capacitado constantemente. Debido a esta alta demanda, muchos profesionales de la salud han decidido especializarse en esta área, brindando así un importante aporte al desarrollo de estos métodos.

TECH Universidad Tecnológica busca siempre aportar las herramientas intelectuales necesarias con el fin de brindar un apoyo a estas investigaciones. Por esta razón desarrollo su Facultad de Enfermería enfocada en el éxito profesional, con especializaciones tales como la Maestría en Investigación en Enfermería y la Maestría En Atención Ginecológica Para Matronas.

Sin embargo, ninguna de estas especializaciones se acerca tanto al área de la vacunación tanto como la Maestría en Vacunas en Enfermería. En esta, el profesional desarrollará herramientas intelectuales con el fin de aportar a este campo tan importante.

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