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Durante toda la vida se dan cambios estructurales en la manera de convivir con lo que nos rodea. Por ello no es lo mismo ser un bebé que un adolescente o un anciano: en cada etapa de la vida hay unas necesidades y unos compromisos diferentes. Para poder adaptarse a todos los cambios que se va a tener a lo largo de la existencia, es necesario un equilibrio biopsicosocial que puede ser estudiado por especialistas en psicología por medio de estudios de personalidad en el envejecimiento.
Hay perfiles de personalidad que se ajustan perfectamente a la infancia o la juventud, pero que no son capaces de ajustarse en la tercera edad y viceversa.
Descubrir que ya no se es tan joven a muchos se les hace difícil. Todos poseen una personalidad y una manera de adaptarse diferente basada en el placer, el movimiento, la sexualidad, el trabajo, el consumo o la autonomía. Por ello «descubrirse» viejo, para algunas personas, puede ser el desencadenante de una crisis.
El tejido psíquico en los distintos momentos del existir es el territorio donde tendrán lugar los sucesos que constituyen la salud o el enfermar. En muchos momentos se encuentran ante momentos puente o puntos de inflexión donde la crisis para pasar de un estadio a otro puede encaminarlos hacia la enfermedad. Es más probable que suceda si se tiene una dificultad para poder hacer los cambios estructurales en la forma de sentir, pensar, relacionarnos, convivir con uno mismo y con todo lo que los rodea.
Estos momentos de transición en la vida son un terreno frágil, cambiante y con estructuras que se organizan y desorganizan con rapidez y facilidad. Es posible que con el tiempo ya se haya adaptado al escenario que se tiene. Sin embargo, en esta nueva necesidad de cambio y adaptación se tiene que volver a aprender a vivir, tantear, equivocarnos o acertar, siempre a través de experiencias psíquicas móviles, cambiantes y constituyentes.
La Psicopatología solamente puede ser entendida con plenitud desde esta visión integral y evolutiva. Las raíces de la personalidad nacen y crecen en un terreno móvil: la personalidad en desarrollo no tiene los mismos condimentos que la personalidad en la plenitud de la vida o al final de ella.
Personalidad en el anciano
Son tres los grandes ámbitos que intervienen en la constitución dinámica del hecho estructural de la personalidad cuando se llega a la tercera edad. Entre los tres se van a establecer unas relaciones transaccionales que están mediatizadas por el sentido unitario de la personalidad, desde lo infantil hasta el ser anciano. Estos tres polos son:
Organismo
El eje genético-genésico cumple su función a través de un organismo que:
- Mantiene patrones de desarrollo semicodificados, potencialidades y predisposiciones.
- La condición de la cronodependencia.
- Constituir y configurar los patrones psicopatológicos evolutivos.
El organismo es capaz de mantener a lo largo del tiempo unos patrones y vías de desarrollo que están más o menos codificados en forma de potencialidades y predisposiciones. Son poco variables y dirigen el desarrollo perceptivo, motor, cognitivo, emocional y social.
Contexto
El otro polo, el contextual, es el tercer determinante que pone en marcha experiencias. Activa una red ávida de posibilidades, cualificando el estilo psicopatológico en un devenir existencial estructurante. El contexto posee un fuerte poder dinamizador en una permanente relación de intercambio. Origina, modifica, matiza o constituye la experiencia normal o patológica.
El contexto es muy extenso. Cada uno de los contextos tiene con los otros una relación que podría representarse en el que un ámbito contiene a otro:
- El microcontexto está constituido esencialmente por la familia (que es la primera fuerza que interviene modulando las experiencias infantiles, determinando conductas y participando en la personalización progresiva).
- El mesocontexto es el segundo ámbito en el tiempo del devenir existencial del sujeto. Está formado por la escuela, por la calle, el hospital y por aquellas organizaciones sociales semi-institucionalizadas. En otras palabras, estructuras sociales categoriales que actúan como núcleos funcionales con una dinámica viva que van modulando las vivencias infantiles. El mesocontexto es más movible, más ágil, más rápido en sus dinámicas. Está formado por más sujetos y posibilidades de estimulación psicosocial. La relación con sus iguales empieza a ser cada vez más importante, lo que lleva al establecimiento de canales de oposición y de patrones de autonomía.
- El macrocontexto es el ámbito más extenso. Está constituido por el entorno cultural, subcultural y ecológico, por el medio geográfico y sociopolítico, por la identidad de la comunidad en la que el niño se desarrolla y por el medio ambiente y la biosfera en la que se vive.
Devenir experiencial
Es la llave para poder entender la personalidad. Tiene como esencia el fenómeno vivo de la adaptación y la interacción a través de toda la riqueza experiencial que aporta la puesta en marcha de las funciones psíquicas. Por ejemplo, las que permite comunicarse, pensar, querer, ser sexuado e ir cumpliendo un proyecto.
Si la escucha de la persona vieja está teñida de escepticismo (nada puede cambiarse ya) o comprensión (en ocasiones ‘infantilizada’, al colocarnos en un supuesto rol de nietos), se contribuye en gran medida a limitar los sentidos posibles de su decir. Encierra una gran complejidad hablar de estos aspectos, pero es necesario al menos enunciarlos. Funciona como prerequisito que favorece el intento de desprendernos de conceptos falsamente sustentados.
Acercarnos al trabajo con los viejos implica: tomar contacto con el devenir mismo del sujeto, la re-actualización de la propia conflictiva edípica (la dolorosa aceptación de la sexualidad de los padres) y la proximidad del acto de morir (que si bien no es patrimonio de ninguna «edad» en particular) se patentiza en este momento del eje evolutivo.
Estudios de personalidad
Es importante recordarle a los pacientes que el ser humano evoluciona de manera diferente en su interior. La etapa de adultez mayor y el proceso de envejecimiento no deben ser vistos como una etapa final en la vida del sujeto sino como una época de maduración y crecimiento.
Con el fin de dar las herramientas y los espacios adecuados para transmitir estos mensajes, TECH Universidad Tecnológica ha creado diferentes programas académicos en la facultad de Psicología tales como el Máster en Coaching Educativo para Psicólogos y el Máster en Psicoterapia de Tiempo Limitado con el fin de instruir a los estudiantes en la solución de problemas y
Mientras tanto, el Máster en Psicogeriatría cuenta con la evaluación e intervención de pacientes desde la psicología clínica y la psicoterapia, siempre enfocada en el grupo de personas de la tercera edad.