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El desarrollo cerebral está programado biológicamente. Es decir, tiene una base genética que va estableciendo los pasos por los que el cerebro va a ir pasando. Por ende, es imprescindible que los especialistas en neuropsicología, neurociencias y otras disciplinas de la salud conozcan las etapas de la gestación, la epigenética y el papel de la genética en el desarrollo cerebral.
El proceso de gestación y el cerebro
El tiempo de gestación media en humanos es de nueve meses, aunque no es de los más largos dentro de los mamíferos. Por ejemplo, los elefantes pueden llegar hasta los veintidós meses. Sin embargo, hay una característica distintiva de los bebés con respecto al resto del mundo animal, y esto es la dependencia que éste tiene para sobrevivir, la cual se extiende durante años. La mayoría de los animales nada más con nacer son capaces de ponerse en pie sobre sus patas y andar, o de nadar sin ninguna dificultad cuando son acuáticos. Pero, ¿qué pasa con los humanos?
El bebé humano es uno de los más indefensos y dependientes. Precisa de cuidados y atención hasta más allá de la pubertad, antes de ser independiente y autosuficiente. El momento de dejar su casa con un trabajo con el que mantenerse, es el que se podría equiparar al de la independencia de los animales, que la mayoría lo hace sin que haya pasado mucho tiempo desde que nació. En los humanos a veces se prolonga hasta los treinta años.
Cambios en el cerebro durante los primeros años
- Durante la etapa fetal, entre el segundo y cuarto mes de vida, el cerebro ha sufrido un proceso de proliferación neuronal, seguido de otro de selección neuronal. Allí se ha producido la apoptosis, es decir, una muerte neuronal programada. En este proceso sobreviven únicamente la mitad de las neuronas que había. Tras esta etapa, el cerebro va a mantener el número de neuronas durante el resto de su vida. Al menos ésta es la creencia que se tenía antes de descubrir la neurogénesis, es decir, la capacidad del cerebro de formación de nuevas neuronas. Estas se pueden producir de forma ilimitada durante toda la vida incluso en las etapas adultas.
- El proceso de mielinización neuronal (mielogénesis), el cual consiste en recubrir los axones neuronales, es la parte encargada de conectarse con otras neuronas. Facilita la interconexión entre ellas. Éste proceso se lleva a cabo en momentos diferentes según la región donde se produzca. S inicia en las áreas primarias sensoriales y motoras, concluyendo aproximadamente en la pubertad.
- El incremento de las conexiones neuronales (sinaptogéneis y dendrogénesis), facilitado por la mielinización, tiene mucho que ver con las experiencias que va viviendo el bebé y que van a conformar su cerebro.
- El aumento del tamaño del cerebro, que en el primer año de vida se ha duplicado y en el segundo año se ha triplicado con respecto al tamaño de la cabeza del bebé al nacer.
- La neuroplasticidad, en donde las neuronas que previamente son indiferenciadas van especializándose en el procesamiento de un determinado tipo de información, establece conexiones con sus “vecinas”. De esta manera se conforman las regiones de procesamiento especializado como el área visual, auditiva, sensitiva o motora.
Todo éste proceso de maduración cerebral va a irse produciendo de forma paulatina. A medida que va desarrollándose el organismo, el papel de la genética va perdiendo protagonismo en favor del ambiente, el cual va a influir en el modelado de los circuitos neuronales.
El proceso de muerte neuronal programada
El cerebro, al igual que cualquier órgano del cuerpo, está sometido al desgaste y a los efectos del paso del tiempo. Esto lleva a una pérdida progresiva de capacidades dado por un deterioro en el sustrato neuronal sobre el que se sustenta. Es un proceso que se inicia a partir de la segunda década de la vida y que se acelera a partir de los 60 años. Siendo este el proceso normal, que puede verse acelerado ante la aparición de enfermedades o trastornos neurológicos, produce una pérdida masiva de neuronas. Por ende de las funciones que estas realizaban.
Pero existe una tercera modalidad en la que puede producirse la muerte neuronal. No es debido ni al paso del tiempo ni a una enfermedad y es la apoptosis.
La apoptosis o muerte celular programada genéticamente se produce en distintos momentos del desarrollo neuronal. Permite un “control poblacional” que llega a “eliminar” entre un 25 a 75% de las neuronas diferenciadas. Existen diversos mecanismos que permiten explicar este proceso, ya sea por factores neurotróficos o por la selección entre aquellas que realizaban alguna función al estar interconectada con otras y las que no habían tenido éxito en sus conexiones.
Cuando el cerebro, en el momento de la proliferación neuronal y dendrítica, recibe una estimulación externa constante y continua, se incrementan y fortalecen una gran cantidad de conexiones neuronales “útiles” para la nueva estimulación presentada. Lo aterior da lugar a una escasa reducción de neuronas y dendritas por muerte neuronal programada. A pesar de la mayor densidad de neuronas, estas estarían conectadas y comunicándose entre ellas usando una extensa ramificación dendrítica que cumpliría sus funciones.
Es decir, se podría esperar un mayor desarrollo intelectual gracias a la sobre activación neuronal por la estimulación externa en los momentos de proliferación neuronal. Limitar los efectos de la muerte neuronal programada permite que el individuo cuente con un mayor número de neuronas y conexiones. Y, lo más importante, estas estarán funcionando en la resolución de tareas atendiendo a las demandas externas.
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