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La psicología es la ciencia que estudia el comportamiento humano. Intenta dar explicaciones a las conductas que realizamos e infiere cuál es más probable que ocurra ante determinadas circunstancias. En este caso se evalúan algunos trastornos psicopatológicos que conducen a las personas a cometer algún acto de delincuencia.
TDH
Las siglas TDAH hacen referencia al Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. Este trastorno suele comenzar en una edad temprana, es decir, en la edad infantil. El menor presenta varios síntomas, como puede ser la falta de concentración o la inquietud, entre otros.
Estos síntomas pueden provocar en el menor un cambio en el provecho y productividad. Esto puede desfavorecer tanto en el ámbito académico como en el ámbito del hogar. Estos indicios no tienen por qué aparecer de manera conjunta en el menor, ya que puede darse el caso de que solamente manifieste uno de estos síntomas. Se puede dar de manera independiente, de manera reiterada y de diferente magnitud.
Los síntomas más reconocidos son: falta de atención, hiperactividad, impulsividad o incluso la inclusión de los tres en el comportamiento.
Impulsividad
Es la variable que más correlaciona con la delincuencia a todas las edades. Además, el control de impulsos es algo que las personas con niveles elevados no pueden establecer, es decir, su autocontrol es bajo. Esta impulsividad lleva a las personas a tener frecuentes fracasos en diversos ámbitos de su vida, como pueden ser las relaciones sociales, familiares, escolares o laborales.
La impulsividad caracteriza a las personas por la falta de confianza que depositan en los demás, así como la ira mantenida. También se puede mencionar la falta de habilidades sociales o la mala gestión de esta, así como un limitado procesamiento de la información.
Búsqueda de sensaciones
Por esta causa se mueven los seres humanos. Buscan realizar conductas que sean placenteras, conductas como el sexo, comer, estar con amigos, entre otras (dependiendo de la persona, unas más que otras). Son diversos los estudios que hablan de la dopamina u hormona del placer, de cómo se va en busca de conductas que provoquen una liberación al torrente sanguíneo y cómo esta sirve de recompensa ante las conductas a realizar.
Las personas que tienen un elevado rasgo de búsqueda de sensaciones son personas que se disponen a realizar conductas muy peligrosas, poniendo incluso su vida en riesgo. Aunque la búsqueda de sensaciones correlaciona con la delincuencia, no todos los que puntúan alto en ella se ponen a delinquir. A pesar de ello pueden realizar conductas como mantener sexo con varias personas sin preservativo, parkour, freerunning, o puénting.
Trastorno negativista desafiante
Este trastorno se define como una conducta cuyas características suelen presentar postura desafiante y vengativa. Con frecuencia tienen síntomas de desagrado y controversia. Este trastorno abarca un periodo de tiempo de medio año, por lo menos según el manual DSM5. Se ostenta hacia una persona la cual representa una figura de autoridad. El sujeto no es capaz de mantener la apacibilidad correspondiente. Se encuentra en un estado en el que los acontecimientos o actos que se realicen hacia el sujeto o en su entorno no los tolera. Por ende siempre se encontrará con una conducta de disgusto, enojo, dolido y quejoso.
Trastorno de la conducta
Esta patología es fácilmente confundida con el trastorno negativista desafiante. Se debe fijar en qué tipo de personas tienen disputas con la persona que lo padece. Si sólo es con personas que tienen alguna autoridad para el menor, se estará ante un trastorno negativista desafiante, mientras que si la disputa la mantienen con cualquier persona, sea de la edad que sea y represente lo que represente, entonces se estará ante esta patología.
Este trastorno se entiende como una conducta duradera y reiterada hacia terceras personas cercanas o no a su entorno. Al sujeto no le importan los derechos que tienen, así como sus sentimientos. Algunos síntomas son: agresión tanto a humanos como a animales, destrozo de sus pertenencias, fraude o hurto, quebrantamiento del reglamento con carácter grave.
Trastorno antisocial de la personalidad
Se caracteriza también por la falta de empatía que tiene una persona, la facilidad para realizar conductas que perjudiquen a otros, conductas que provoquen daños, así como conductas delictivas. En el DSM5 se puede ver este trastorno asociado a patologías como la piromanía o la cleptomanía, siendo ambas conductas ilegales para la sociedad. Una persona que padece el trastorno antisocial tiene una alta capacidad de manipulación, así como una facilidad para la mentira y la obtención de metas.
Trastornos sádicos de la personalidad
Las personas que sufren este trastorno se definen como “personas con un patrón de conducta cruel, vejatoria, agresiva, de abuso y explotación de los demás, sintiendo satisfacción por ello…” (Carrasco Gómez, J.J & Maza Martín, J.M. (2010)).
Además, un rasgo que define a este trastorno es que los sujetos son malevolentes, que buscan sobre todo ejercer control completo sobre otra persona, no tienen un control propio o autocontrol, sino que se exaltan ante la más mínima situación que no les guste. Es decir, son personas muy impulsivas y no tienen remordimientos de conciencia ante los hechos que realizan. Aunque parezca un trastorno típico de psicópatas, no es así, pues el tener el trastorno sádico de la personalidad no impide llevar una vida normal.
Otras patologías asociadas a la delincuencia
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