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Durante las últimas décadas las ciudades han crecido mucho, tanto en extensión geográfica como en ambición. Un elevado crecimiento demográfico, unido a la evolución de los sistemas industriales, ha dado lugar a un nuevo concepto de ciudad. Las poblaciones, tal y como se conocen ahora, forman un conjunto perfecto de crecimiento económico y social. Por estas razones y muchas otras es necesario tener en cuenta el comportamiento energético de una ciudad, ya que el mismo dicta que medidas tomar.
En una ciudad se concentran la mayoría de actividades industriales, actividades económicas, educativas, socioculturales y familiares; todas ellas necesarias para que el propio conjunto social pueda seguir evolucionando dentro de un determinado marco de desarrollo. Se habla de ciudades y automáticamente la mente visualiza un gran conjunto de edificios, construidos para la realización de las determinadas actividades para las que han sido diseñadas (edificios de oficinas, educación, ocio, etc.).
No es de extrañar que a la hora de hablar de la energía en una ciudad, a nivel técnico, se piense directamente en la responsabilidad de estos edificios. Estos grandes bloques, ya sean viviendas o no, son consumidores de grandes cantidades de energía. Pero en este tema se incluirá, como complemento perfecto al estudio energético, el comportamiento de los individuos en su papel de usuarios de una ciudad. Los edificios, el transporte, la industria y el consumo, todas ellas actividades principales en una ciudad, no serían nada sin las personas. Es por ello por lo que el comportamiento humano condiciona en gran medida el comportamiento energético y el consumo de energía de la totalidad del grueso en una ciudad.
Comportamiento energético de una ciudad en cada área
Las personas
En las ciudades son numerosas las personas que han encontrado ahí su profesión, su familia y su modo de vida, en definitiva, su hogar; personas que día a día utilizan casi todas las opciones que una ciudad ofrece. Según el quinto informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (más conocido como IPCC, sus siglas en inglés) en la actualidad “más de la mitad de la población, aproximadamente 3.600 millones de personas, vive en áreas urbanas”.
Además, dicho informe estima que para el año 2050 esta cifra aumentará considerablemente. De seguir con este ritmo de crecimiento, las ciudades llegarían a concentrar casi el 70% de la población mundial, una cifra alrededor de los 7.000 millones de personas. Hasta aquí se habla únicamente de personal residente, pero en cuanto a energía se refiere, también hay que señalar que son las ciudades las que reciben numerosas visitas a modo de turismo.
Un particular turismo que destaca más bien en actividades orientadas al consumo o al ocio como en teatros o centros comerciales, ubicaciones que se caracterizan por congregar grandes grupos de personas. En definitiva, las ciudades cuentan con un elevado volumen de personas los 365 días del año.
La industria
No resulta desconocido que, asociado a las ciudades, se encuentre el crecimiento industrial. Desde finales del siglo XVIII, las ciudades eran receptoras de muchísimas personas que buscaban las tan ansiadas oportunidades de trabajo que estas ofrecían. Cualquier opción de crecimiento siempre está relacionada con el avance industrial; por ende, no se puede dejar de contabilizar todas aquellas actividades humanas que han permitido el crecimiento económico y social, sobre todo alrededor de una ciudad.
Con la llegada de nuevos ciudadanos era necesario el aumento de otros servicios, como comercio y educación. Actualmente, la industria en ciudades ha alcanzado elevados niveles de desarrollo, protagonizando en ellas los escenarios más novedosos. De esta forma se llega, incluso, a crear barrios y ciudades de nueva construcción destinados únicamente a empresas y oficinas.
El consumo
Es indiscutible que el ritmo de vida en una ciudad es más elevado que en otras localizaciones menores. La rutina en una ciudad dista mucho de ser un único escenario laboral. La concentración de personas en el día a día de una ciudad estimula la realización de otras muchas actividades como son las compras, los gimnasios, actividades culturales, etc. Es por ello que las grandes ciudades son siempre unidades vivas y despiertas; forman un único cuerpo que está constantemente consumiendo energía.
La movilidad
Para todas las actividades citadas es necesario el desplazamiento de las personas. Es en una ciudad donde se observan la mayoría de los desplazamientos entre personas, ya sea por número de vehículos privados o por la infraestructura de transporte público con la que cuentan. En las ciudades las distancias a recorrer diariamente son largas y a menudo condicionadas.
A pesar de que en la actualidad se pueda observar la aparición de nuevas y novedosas opciones de movilidad, son igualmente alternativas que necesitan de gran consumo de electricidad. Para que la ciudad funcione es necesario que tanto personas como industria, movilidad y consumo, se muevan a un determinado ritmo; todo eso requiere un elevado consumo de energía.
Los edificios
Todos los tipos de actividades citadas, en su mayoría, tienen lugar en el interior de edificios. Desde casas a oficinas, cada paso que se da, está orientado al uso de edificios. En el interior de los edificios se desarrollan la mayoría de las actividades personales, actividades que requieren del uso de la electricidad (consumo energético), el encendido de luces, la carga de dispositivos electrónicos, uso de electrodomésticos, etc.; añadiendo también los sistemas de calefacción no suministrados con electricidad, como gas o biomasa.
Todo esto hace que el conjunto de la vivienda esté demandando energía de forma constante. De igual modo, se demanda energía en los edificios destinados a empresas que, en su mayoría, cuentan con numerosos equipos informáticos, dispositivos periféricos, grandes sistemas de iluminación y, por supuesto, un importante despliegue en cuanto a sistemas de climatización. Son ellos, los edificios, los protagonistas de prácticamente la totalidad del contenido de este artículo.
Objetivos de desarrollo
Fue en el mes de septiembre de 2015 cuando los llamados Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) vieron la luz por primera vez. Se consideran el mayor intento, de los 193 países firmantes, por poner como prioritario al planeta y a todos los seres que en él habitan. Este acuerdo pone de manifiesto, una vez más, la necesidad de un cambio de mentalidad a nivel global en todos los sectores sin pretender dejar atrás a ninguno de ellos.
El acuerdo insiste en el cumplimiento de todos ellos para el año 2030. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible centralizan acciones que van desde mejorar la salud de los ecosistemas hasta la igualdad social. Pretenden equilibrar el crecimiento de todas ellas sin incentivar una acción más que otra. El logro común de estos objetivos para el año 2030 supondrá vivir en la mejor versión posible del planeta. Cada objetivo, llevando como apellido la palabra sostenible, supondrá que cada uno perdure en el tiempo, dado que es una señal de auto mantenimiento, como la propia palabra indica.
El profesional en la energía eléctrica
La energía se ha convertido, hoy en día, en un recurso escaso y de primera necesidad. El hecho de no tenerla es imposible, y es debido a esto que se ha declarado como un bien de primera necesidad. A su vez, es uno de los recursos más utilizados, por lo tanto requiere aprovecharse en la mayor medida posible.
TECH Universidad Tecnológica busca poner un grano de arena en esta labor social. Por esta razón diseñó una serie de programas en su Facultad de Ingeniería con el fin de especializar a los profesionales en esta área, donde destacan la Maestría en Industria 4.0 y Transformación Digital y la Maestría en Proyecto, Construcción y Mantenimiento de Infraestructuras Eléctricas de Alta Tensión y Subestaciones Eléctricas.
Sin embargo, cabe resaltar que existe una especialización enfocada en las energías renovables. Esta es sin duda la Maestría en Ahorro Energético y Sostenibilidad en la Edificación, en la que el profesional podrá dominar esta temática sin problema en tan solo un año.