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Son muchas las clasificaciones con respecto a las características del aprendizaje, en función de la aproximación que se siga. Existe la diferencia entre el aprendizaje incidental y el institucional, en función de que exista o no una intencionalidad en educar y que esta sea dentro de un sistema regulado. En la clasificación de los distintos tipos de aprendizaje, hay que indicar que existen diferentes tipos de aprendizaje que a la vez son diversos. Esta clasificación es crucial, y por lo tanto vital para que el profesional de la educación desarrolle su labor de forma óptima y efectiva.

Características del aprendizaje directo vs. observacional

Aquel donde la persona tiene una relación directa con el elemento aprendido. Ejemplo, cuando alguien quiere aprender a escribir en el ordenador empieza pulsando las teclas para ver lo que sucede. Esto con la práctica se irá perfeccionando se le llama aprendizaje directo; de manera que se consiga rapidez y destreza en la tarea aprendida.

Por otra parte, en el aprendizaje observacional o vicario no existe una relación directa entre el sujeto y lo aprendido. Este se visiona cómo lo hace otra persona. Este sería el caso de aprender a conectar los cables de un reproductor de DVD, observando cómo lo hace una persona en un vídeo de YouTube.

Esta distinción es básica y no exclusiva de los humanos, en donde aprender sobre lo que “funciona” y permite obtener los resultados esperables; y sobre lo que “no se debe hacer” por las consecuencias negativas que conlleva. Así, si a un pequeño que se le cae la comida del plato, se le regaña como forma de castigo. De esta forma aprenderá que no debe de hacerlo, para evitar ese castigo.

El niño puede aprender también de la televisión. Al visionar dibujos animados, sobre que determinadas conductas no son correctas, al ver cómo recibe el castigo el personaje animado por esos determinados actos.

Por lo tanto, la diferencia entre ambos estaría basada en la “distancia” con la ejecución y consecuencia del aprendizaje. Sea en primera persona, es decir, aprendizaje directo o en otras personas, a saber, aprendizaje vicario. El primero que se desarrolla es el aprendizaje directo, que pronto dejará paso al aprendizaje observacional como predominante. Aprendiendo así de las consecuencias de las actuaciones de los demás, sin verse “expuesto” la persona al premio o castigo.

Aprendizaje implícito vs. explícito

El aprendizaje implícito hace referencia a un aprendizaje no intencional. Allí se adquieren habilidades de tipo motor sin que la persona llegue a ser consciente de que está aprendiendo. El aprendizaje explícito es aquel que especifica aquello que se ha de aprender, haciendo consciente al alumnado del contenido y significado del mismo. En la educación formal prima el aprendizaje explícito, donde los alumnos usan para ello libros con textos e imágenes. Se detalla y especifica el conocimiento que se quiere transmitir.

Un profesor de gimnasia que quiere desarrollar alguna habilidad de sus alumnos, y les pone a jugar al baloncesto, no precisa especificar el objetivo buscado. Tampoco los alumnos llegan a ser conscientes de que con aquel juego están desarrollando ciertas habilidades motoras.

Resultaría tedioso e incluso infructuoso, tratar de explicar al alumno que cuando bota el balón está manteniendo el equilibrio. A la vez que impulsa el balón agachándose para esquivar la defensa del contrario, mientras que busca un tiro claro. Todo ello hasta que salta con el impulso de sus piernas y estirando los brazos para lanzar el balón y encestar. Todos ellos son componentes del juego que se va perfeccionando con la práctica. Esto sin que se precise ser consciente de cada uno de los elementos ni entender la función que se logra.

Características del aprendizaje competitivo vs. colaborativo

Tradicionalmente, se ha visto con buenos ojos e incluso se ha incentivado que los alumnos compitan entre sí como método de motivación. Buscando que se esfuercen por ser el “mejor de la clase”, algo que crea mucha frustración entre el alumnado, ya que únicamente puede haber un “número uno”. Siendo este quien recibe “el premio”, ya sea material o social.

Si bien se ha utilizado como forma habitual de esforzarse, pudiendo un alumno destacar en una materia y no en otra, cuando en la clase hay alguien especialmente “brillante” que sabe las respuestas a todas las cuestiones del profesor, y que es el primero en terminar las actividades que este plantea, se convierte rápidamente en el “mejor de la clase” en todas las materias, desalentando al resto a esforzarse, porque son conscientes de que cualquier esfuerzo será inútil para igualar o superar al “número uno”.

Igualmente, cuando un alumno tiene dificultades para seguir la clase o no destaca de la media, las actividades y aprendizaje de tipo competitivo son fuente de frustración, pérdida de interés por el aprendizaje, e incluso aburrimiento. El caso contrario, es el aprendizaje colaborativo en donde se sustituye el aprendizaje individual, por el trabajo en grupos más o menos grandes, a quienes se les encarga una tarea que han de hacer en conjunto para poder resolverla adecuadamente.

Además del aprendizaje de la materia encargada, este aprendizaje fomenta las capacidades sociales, la empatía, ponerse en el lugar del otro, aceptar otros puntos de vista, organizarse, incluso desarrolla habilidades de liderazgo, pero también democráticas. Todo ello sin competir entre los miembros del grupo.

El trabajo colaborativo

Son muchas las ventajas del trabajo colaborativo, como se acaban de comentar, pero también existen algunos peligros, como el que uno o dos realicen el trabajo y el resto de miembros no hagan nada, o que se enzarcen entre dos o más miembros del grupo en discusiones infructuosas, intentando cada uno imponer su opinión, sin escuchar al resto.

Un modelo intermedio es el que busca aplicar el aprendizaje competitivo y colaborativo a la vez, para ello se forman grupos de alumnos a los que se les asigna una tarea, pero cada grupo compite con el resto de los grupos en la nota; de forma que solo va a ser el “mejor grupo”, con el objetivo de fomentar la motivación interna a la vez que los beneficios de la colaboración en el aprendizaje.

Aprendizaje superficial vs. significativo

Cuando se piensa en aprendizaje se hace sobre algo adquirido durante un determinado tiempo, ya sea una destreza o un conocimiento, el problema surge cuando se realiza un aprendizaje superficial, que busca únicamente el “aprobado”, y que únicamente va a mantenerse durante un breve tiempo para luego “desaparecer”.

Como ejemplo, piense en el aprendizaje que se hace la noche anterior a los exámenes, donde algunos alumnos a base de mucho café tratan de memorizar la mayor cantidad de información posible, la cual no han estudiado hasta ese momento y cuyo aprendizaje queda plasmado en los “aprobados por los pelos” de dichas materias, pero suficiente para no “reprobar” y repetir curso.

A ese mismo alumno se le pregunta sobre la materia examinada una semana o un mes después, y no solo no es capaz de aprobar de nuevo el examen, sino que prácticamente no recordará nada de dicha materia, esto es debido a que se ha llevado a cabo un aprendizaje superficial. En contraposición se plantea el aprendizaje significativo, por el cual el estudiante adquiere conocimientos o destrezas, que van a permanecer durante mucho tiempo, en ocasiones acompañando a la persona el resto de su vida.

Contextualización y aplicación del aprendizaje

Es importante resaltar que la educación se ha convertido actualmente en un mercado de constante cambio. Su modalidad de trabajo se encuentra fluctuando y por ello solo los profesionales más capacitados han logrado una estabilidad en este mar de olas cambiantes.

Por ello TECH Universidad Tecnológica oferta su Facultad de Educación, en donde es posible encontrar especializaciones de alta calidad como el Máster en Español como Lengua Extranjera y el Máster Enseñanza del Latín y Cultura Clásica.

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