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En cualquier ámbito, ya sea banca o finanzas, se debe de tener siempre establecido un objetivo de rentabilidad. Éste se habrá definido a partir de un escenario que se prevé para el futuro con base en las distintas variables que inciden en la evolución de dicho escenario y que se denominaran expectativas. La capacitación de esas expectativas se produce a partir de la evidencia que se observa o que se conoce del entorno, principalmente financiero. La toma de decisiones en este ámbito siempre debería ser monitoreada por un profesional con capacitación correspondiente en banca y finanzas.
La capacitación de dichas expectativas aumenta la seguridad percibida sobre el futuro, pero deja cierto riesgo, inseguridad o incertidumbre para el proceso decisional. En otras palabras, las expectativas ayudan en la seguridad percibida en el proceso decisional, pero no eliminan el riesgo de la decisión.
De ese modo, al fijarse un objetivo financiero, va a ser imprescindible enfrentarse a situaciones no esperadas en un principio que obligará a la toma de decisiones. Desde el primer instante llevará asumir un riesgo, por muy reducido que sea, y que, además, en todas ellas existirá incertidumbre sobre si es mejor una alternativa u otra.
Sin duda son muchas las situaciones en las cuales se pondrá a prueba el carácter propio y criterio financiero, así como la percepción personal del riesgo, para enfrentar dichas coyunturas. Se podría decir en este caso que “decisión” equivale a “incertidumbre». Aunque se esté acostumbrado a la toma decisiones constantemente, va a resultar imposible tener un 100% de certeza sobre una acción o decisión.
Decisiones en la banca y finanzas
La solución va a depender principalmente del grado de aversión al riesgo, y para actuar consecuentemente debería cuantificarse y estudiar el efecto de cada alternativa, así como de la probabilidad de que suceda.
Se define la aversión al riesgo como la preferencia por evitar esa incertidumbre, en el caso que acá se presenta, en las decisiones financieras propias. Dicho de otro modo, supone un determinado nivel de rechazo al riesgo por parte de quien se enfrenta a una decisión financiera. A la hora de calificar a un individuo como opuesto al riesgo en el mundo de las decisiones financieras es necesario valorar sus preferencias como un aspecto crucial a tener presente.
Las decisiones financieras serán por tanto aquellas a las que se pueden enfrentar en el ámbito financiero. Tendrán que ver con el escenario en el que se cuestione acerca del destino de los recursos financieros disponibles.
Las variables que principalmente va a determinar la toma de una decisión financiera van a ser entonces la rentabilidad que se espera obtener de la decisión que se tome. También el riesgo en el que se va a incurrir al tomar la decisión en cuestión, la posibilidad de que se generen escenarios contrarios al inicialmente esperado.
«Ante idénticas condiciones de riesgo se deberá elegir la alternativa que nos genere una mayor rentabilidad. El problema al que se va a enfrentar es que el riesgo no siempre va a ser perfectamente cuantificable.»
Introducción a las variables financieras
En cualquier ámbito, independientemente del análisis realizado, hay situaciones en las que el resultado es incierto, y no solo este, sino que también existen consecuencias paralelas a una decisión bajo incertidumbre. Es posible aproximar y plantear diversos escenarios, pero el resultado final será siempre desconocido.
En el caso de la incertidumbre en las decisiones financieras, la teoría puede parecer muy simple. Ante idénticas condiciones de riesgo se debe elegir la alternativa que genere una mayor rentabilidad. El problema al que se enfrentara es que el riesgo no siempre va a ser perfectamente cuantificable. En este punto, debe definirse aquella relación que pone de relieve el riesgo teórico que se asume con la rentabilidad que se espera obtener, a este binomio se llamará Rentabilidad-Riesgo.
Entendiendo así, la rentabilidad como la capacidad de una inversión para generar rendimiento; que la rentabilidad sea mayor o menor, positiva o negativa es la incertidumbre, o riesgo de esa inversión. Con todo lo anterior, se diría que el propio concepto de inversión lleva asociado un riesgo. Pero dada la existencia de múltiples tipos de inversión con más o menos riesgo, se originarán distintos escenarios del binomio Rentabilidad-Riesgo, dos elementos directamente proporcionales:
- Una inversión con bajo riesgo permite alcanzar una baja rentabilidad.
- Una inversión de alto riesgo permite alcanzar una alta rentabilidad.
El perfil financiero
Cada persona tiene un nivel de aversión o aceptación de riesgo diferente y además tomar la decisión financiera más acertada es una tarea compleja. La solución viene entonces de la descomposición del riesgo de cada alternativa mediante los perfiles de riesgo y los análisis cualitativos y/o cuantitativos. Hasta ahora se ha hablado de decisiones financieras que tenían como objetivo el rentabilizar unos recursos disponibles en un momento determinado; pero, ¿y si se habla de tomar decisiones sobre qué recursos financieros tomar prestados?
Existen por tanto una serie de escenarios que enmarcan los tipos de decisiones financieras básicas, estos son:
- Decisiones de inversión: Son aquellas a las que se enfrentan las personas en referencia al escenario en el que se cuestione. Acerca del destino de los recursos financieros disponibles con el objetivo de obtener una rentabilidad.
- Decisiones de financiación: Son aquellas a las que se enfrentan las personas en referencia al escenario en el que se cuestione. Acerca de las mejores combinaciones de fuentes de financiación ú obtención de recursos financieros.
Implícitamente ambas decisiones suelen tener relación, sobre todo en aquellas en las que la decisión de inversión está supeditada a la decisión que se tome desde un punto de vista de la obtención de recursos financieros de terceros. Una vez se ha dejado claro que las dos variables principales en la toma de decisiones financieras van a ser la rentabilidad y el riesgo, cabe definir una tercera variable fundamental que actúa a su vez en la fijación de las variables de rentabilidad y riesgo, en referencia al horizonte temporal en el que se enmarca la decisión.
El plazo
Una vez se ha dejado claro que las dos variables principales en la toma de decisiones financieras van a ser la rentabilidad y el riesgo, cabe definir una tercera variable fundamental que actúa a su vez en la fijación de las variables de rentabilidad y riesgo, en referencia al horizonte temporal en el que se enmarca la decisión. Si se hace un ejercicio muy simple de estimación, se entenderá que la posibilidad de que ocurra algo en un espacio temporal de un día es menor que la de que ocurra en el próximo año; eso lleva a intuir que la posibilidad de que se den muchos más escenarios – incluso adversos, lógicamente – se produce en la opción de mayor plazo.
¿Cómo me capacito en el mundo de la banca y las finanzas?
Entrar en un ámbito tan inmenso como las finanzas no es algo de dejar al azar, debe contar con los conocimientos apropiados para realizar las decisiones adecuadas en el momento indicado. Encontrar una fuente de conocimiento apta y adecuada que sea de fácil transmisión no es sencillo. Debido a esto, TECH Universidad Tecnológica ha diseñado la Facultad Escuela de Negocios en donde es posible hallar especializaciones de alta calidad tales como el Máster en Dirección Estratégica de Recursos Humanos y el Máster en Dirección y Gestión Contable.
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