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El juego y las nuevas tecnologías han permitido nuevos descubrimientos en el campo de las neurociencias gracias a la imagenología. Pero ¿cómo puede influir la tecnología en la neuroeducación? Tanto a los niños como a los jóvenes les atrae todo lo que tiene que ver con aplicaciones, dispositivos y videojuegos, principalmente, porque les genera una emoción.
El juego es el eje central de la neuroeducación en la primera infancia. Jugar es una forma natural que tiene el cerebro para aprender, y se trata de un proceso que empieza y termina con la participación activa del niño. Según la neurociencia moderna, el juego es un detonador eficaz de emociones que ayudan a recordar, asociar y transformar conceptos complejos.
El juego está vinculado al proceso de neurodesarrollo. Es posible encontrar un número ilimitado de juegos: sensoriales, motores, de integración somatosensorial, socioemocionales, cognoscitivos, abstractos, con exigencia motriz fina, etc. Los estudios en neurociencia también han utilizado algunos programas informáticos basados en el juego, para determinar algunos trastornos de aprendizaje o funciones mentales, principalmente centrados en: la dislexia, la discalculia, la memoria de trabajo y el déficit de atención, entre otros.
Etimología del juego
Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, juego “es la acción y efecto de jugar, pasatiempo y diversión. Ejercicio recreativo sometido a reglas”. El juego no es exclusivo de los seres humanos, surge en la propia naturaleza animal, como una importante innovación evolutiva. Su función principal es proporcionar entretenimiento y diversión, aunque también puede contribuir en el cumplimiento de un papel educativo.
El juego constituye un proceso didáctico natural e interesante, y sus beneficios son indiscutibles. En los niños, representa una necesidad vital para su desarrollo. Si se realizara una representación estructurada de los componentes de una actividad lúdica, se encontrarían los siguientes elementos: Se obtiene placer.
- Se desarrollan aspectos sociales.
- Componente simbólico.
- Utiliza la capacidad intelectual.
- Emplea la capacidad comunicativa, emocional y motriz.
- Se establece una relación con el mundo circundante.
- Posibilita un acercamiento al mundo interior.
Existen numerosos tipos de juego: de estrategia, populares, de movimiento, de lógica, de construcción, de rol, de mesa, de naipes, videojuegos, etc. Es a través del juego que se imita, se imagina, se lucha, se divierte, se esfuerza, etc. Para poder introducir el juego en la práctica docente, es necesario conocer las distintas clasificaciones, a fin de hacer un uso responsable del mismo. Según Piaget, existen tres tipos de juegos, en relación con las distintas etapas del desarrollo, y cada uno contribuye al desarrollo biológico, psicológico y social del niño. Su clasificación es la siguiente:
- Juegos de movimientos. El niño realiza juegos de carácter sensorio-motriz, que le permiten ir controlando los movimientos.
- Los juegos simbólicos. El niño imita y recrea la realidad que le rodea.
- Juegos de reglas.
Beneficios del juego
El juego representa una fuente de aprendizaje desde el nacimiento. A través de los juegos, se aprende a conocerse a sí mismo y también a los demás. Además, ayuda a poner en práctica estrategias, simular situaciones de la vida cotidiana y, en definitiva, ayuda en la construcción y desarrollo de la personalidad. Por tanto, el juego desempeña un papel esencial en el desarrollo cognitivo, emocional y social del individuo. Los expertos afirman que el juego es fundamental para la salud y el desarrollo de los niños, ya que, a través de este, ellos desarrollan sus capacidades, aprenden valores y desarrollan habilidades (las normas, la paciencia, la empatía, la resolución de conflictos, la frustración, etc.).
Además, es un entorno idóneo para exteriorizar emociones y sentimientos. Los juegos, y en especial los realizados al aire libre, tiene una influencia trascendental en el desarrollo del sistema nervioso. Para que ello ocurra, distintos sectores del cerebro intervienen en el proceso. Durante la infancia, principalmente a través del juego, se obtiene lo que se llama el movimiento planificado. Algunas claves por las que resulta imprescindible la integración del componente lúdico en la enseñanza se encuentran de la mano de Anna Forés y Marta Ligioiz (2009):
- Placer y satisfacción: el alumno prueba, explora y asume el error, lo que le permite mejorar, siempre disfrutando del proceso.
- Estimula la curiosidad: a través de la curiosidad se incrementa la capacidad creativa.
- Estimula la autoconfianza: mejora la autoestima, genera perseverancia ante los retos y constituye una fuente ideal para fomentar la resiliencia.
- Permite la expresión de sentimientos: las emociones se expresan de manera natural.
- Favorece la interiorización de normas de comportamiento: conocer y respetar las reglas.
- Estimula el desarrollo de las funciones físicas, psíquicas, afectivas y sociales.
Aprender jugando
“Puedes aprender más de un individuo durante una hora de juego que en un año de conversación”.
Platón
El componente lúdico se puede integrar en cualquier materia y en cualquier etapa, pero es importante tener en cuenta que exista un objetivo de aprendizaje claro y definido. En este sentido, la elección del juego es fundamental, porque ha de suponer un reto adecuado a la edad, debe haber un feedback continuo, y tiene que disponer de niveles o etapas para mantener el interés y la motivación.
También hay que tener en cuenta que para el cerebro no es lo mismo el jugar solo o acompañado, ya que realizar actividades con otras personas requiere un nivel mayor de exigencia. El juego es el lugar donde se encuentran todos los elementos que propone la neuroeducación. No existe otra actividad que aporte reto, afán de superación, recompensa, feedback automático y emoción, mucha emoción. Actualmente, es una de las mejores herramientas que se pueden utilizar, especialmente por la gran variedad de juegos que es posible encontrar.
El proceso neurocognitivo
El juego es una actividad inherente en el ser humano y ayuda a los que lo practican a comprender el mundo que les rodea. El juego permite:
- Alejarse de las limitaciones de la realidad.
- Explorar el mundo por sí mismos.
- Interactuar con iguales.
- Funcionar de manera autónoma.
A través del juego, se desarrolla tanto el ámbito cognitivo como el psicomotor y afectivo. En el marco científico, el juego promueve la construcción de procesos cognitivos que serán la base para la generación de pensamientos. El juego capta la atención del alumno, y su cerebro se motiva. En este sentido, la elección del juego es fundamental, ya que ha de favorecer los retos adecuados para suministrar un feedback continuo e inmediato y un progreso, al ir superando etapas u obstáculos para mantener el interés. Pero ¿qué aporta a nivel cognitivo?
- Estimula el pensamiento reflexivo y representativo, con el cual se aprende a razonar.
- Amplía la memoria y la atención.
- Fomenta el descentramiento del pensamiento.
- Desarrolla la imaginación y creatividad.
- Potencia el desarrollo del lenguaje y del pensamiento abstracto.
Cuando se utiliza el juego como un recurso educativo, la labor o rol docente pasa a ser de mediación, por lo que se tiene que procurar facilitar todas las condiciones que permitan que el juego se desarrolle de la mejor manera posible.
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