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La dermatitis atópica (DA) se define como una enfermedad inflamatoria cutánea crónica, con una alta predisposición genética y de mayor predominio en la infancia, que se manifiesta con unos signos y síntomas característicos:
- Prurito intenso (síntoma constante en todos los pacientes).
- Xerosis (sequedad cutánea).
- Eritema o enrojecimiento.
- Exudación.
- Descamación.
- Excoriaciones (signos de rascado).
La patología evoluciona con un curso crónico y va alternando épocas de brotes y épocas sin brotes.
Etiopatogenia de la dermatitis atópica
La dermatitis atópica es resultado de un proceso multifactorial, en el cual se conoce que juegan un papel diferentes factores como son:
- Predisposición genética.
- Alteraciones inmunológicas.
- Las alteraciones vasculares.
- Alteraciones de la función de la barrera cutánea.
La patogenia de la dermatitis atópica es multifactorial, sin embargo, el estudio de los procesos de la inflamación cutánea en la atopia se conocen cada vez más y entre ellos se da una importancia creciente a la vía IL4/IL3. Estas citosinas actúan como mensajeros de la comunicación intracelular, capaces de inducir y perpetuar la actividad pro inflamatoria entre las células del sistema inmunológico de la piel.
Por ello, la modulación de la actividad de estas moléculas parece un objetivo terapéutico fundamental. Fundamentalmente, lo que le ocurre a la piel de los pacientes atópicos, es que presenta una disminución en la concentración de los ácidos grasos esenciales, que son imprescindibles para una correcta funcionalidad cutánea. Estos bajos niveles de ácidos grasos esenciales y de cera midas, son probablemente la causa de la xerosis que presenta la piel atópica a consecuencia de la pérdida de agua a través de la epidermis. Las alteraciones que el paciente atópico presenta en la barrera cutánea se encuentran tanto a nivel intracelular como a nivel extracelular.
- A nivel intracelular presenta un déficit de proteínas estructurales (filagrina e involucrina).
- A nivel extracelular tiene un cemento lipídico de mala calidad.
Manifestaciones clínicas de la dermatitis atópica
La DA se manifiesta en forma de placas eritematosas (rosadas, rojizas) cuya distribución corporal varía según la edad:
- En bebés y lactantes, suele afectar a las mejillas, cuello y superficies de extensión (cara externa de brazos).
- En niños mayores de un año, la distribución cambia y pasa a ser la típica de la DA: afectación de superficies de flexión (cara anterior de codos y posterior de rodillas.)
- La dermatitis atópica del adulto suele presentarse con una ubicación distinta a la de la dermatitis atópica infantil. Las manos, el rostro y, en especial, los párpados suelen ser los más perjudicados, aunque, en ocasiones, otras zonas del cuerpo también pueden verse afectadas.
En cualquier caso, es una patología que cursa con un prurito importante; como consecuencia del prurito, los pacientes presentan signos de rascado (excoriaciones) y en algunos casos, sobreinfección de las lesiones (lo que se conoce habitualmente con el nombre de impétigo: las placas exudan y se forman costras amarillentas adheridas a piel, lo que se traduce en la sobreinfección del eczema, frecuentemente por cocos gran positivos (Staphylococcus y Streptococcus).
Diagnóstico de la dermatitis atópica
La DA es una enfermedad de diagnóstico médico. El prurito es el síntoma mayor y constante de esta patología y, por tanto, es condición indispensable para su reconocimiento. Al no existir un test específico de laboratorio, la DA se diagnostica con base en criterios clínicos. Por ello existen diversos estudios que establecen criterios mayores y menores de la enfermedad, la combinación de los cuales es suficiente para establecer con certeza que se trata de DA:
- Criterios diagnósticos de Hanifi y Rajka 1980.
- Criterios diagnósticos de Williams 1994.
Tratamiento farmacológico y no farmacológico
El tratamiento se basa en:
- La edad.
- Los síntomas.
- El estado de salud del paciente.
Usualmente, los síntomas mejoran con el cuidado adecuado de la piel y cambios en el estilo de vida de los pacientes. Los objetivos del tratamiento de la dermatitis atópica es prevenir los brotes y tratarlos cuando aparecen. Los medicamentos que se usan para tratar los brotes de la dermatitis atópica básicamente serán:
- Corticosteroides.
- Antibióticos para tratar infecciones causadas por bacterias.
- Antihistamínicos que provoquen sueño para evitar que el paciente se rasque durante la noche.
- Medicamentos inmunosupresores.
Actualmente, se están haciendo investigaciones sobre la causa de la dermatitis atópica y cómo se puede controlar, tratar y prevenir. Estas investigaciones incluyen:
- Genética.
- Cambios bioquímicos en la piel y los glóbulos blancos.
- Factores inmunológicos.
- Fototerapia.
- Nuevos medicamentos.
- Suplementos, hierbas y extractos de plantas.
Tratamiento no farmacológico
En el tratamiento del paciente atópico se deben distinguir, por un lado, las medidas farmacológicas que instaure el dermatólogo y, por otro lado, las medidas higiénico-dietéticas que el paciente debe seguir por recomendación del dermatólogo y del farmacéutico. Estos pacientes deben conocer y saber que el uso de productos inadecuados para el baño y la hidratación es un factor desencadenante y agravante de los brotes. Se debe utilizar siempre productos indicados para la piel atópica, tanto durante como entre brotes.
Emoliencia e hidratación corporal
El uso de cremas emolientes constituye la principal línea de actuación en el tratamiento de la DA, siendo fundamental para restaurar la capa córnea. Es importante distinguir entre un emoliente y un hidratante, ya que un producto hidratante no aporta a la piel del paciente atópico las necesidades que requiere.
Los emolientes forman una capa protectora en la superficie del estrato córneo reteniendo el agua, y aportan lípidos estructurales que restauran la estructura de la barrera, lo que impide la penetración de los alérgenos y las substancias irritantes, restableciendo el equilibrio de la flora cutánea y el control del picor, ayudando así a espaciar los brotes. Los productos para la piel atópica se recomienda que sean aplicados una o dos veces al día, después del baño y antes de salir al exterior (sobre todo en zonas de clima frío).
Higiene
Es preferible el baño a la ducha, baños cortos de 5-10 minutos y con agua templada; el baño alivia el prurito, hidrata y permite limpiar la exudación y las posibles costras, favoreciendo una mayor penetración de la medicación tópica, en caso de que la hubiera. Los productos para la higiene a utilizar deben ser del tipo syndet y sobregrasos, no se recomienda el uso de manoplas o esponjas y el secado debe ser realizado con suavidad sin friccionar o frotar en exceso, ya que podemos aumentar la irritación de la epidermis.
Consejo farmacéutico
Vestimenta
En el paciente atópico se deben evitar tejidos sintéticos o lanas, ya que incrementan la temperatura corporal y acentúan el picor; es preferible optar por prendas como el algodón o el lino que facilitan la transpiración.
Tratamiento de enfermedades en la piel
La piel es uno de los órganos más importantes y a su vez más delicados en el cuerpo humano. Por esta razón, el cuidado de la misma se hace esencial; deben tener en cuenta sus cambios todo el tiempo. Al aparecer alguna característica diferente a la natural lo común es acudir al experto que tenga pleno conocimiento en este ámbito. Estos profesionales cuentan con la especialización académica adecuada que les permite diagnosticar y realizar tratamientos con base en sus conocimientos.
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