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Por sus características, consecuencias e impacto en la salud global del individuo, el estado físico del adicto se convierte frecuentemente en un problema de salud pública. Los aspectos físicos del paciente requieren de un abordaje interdisciplinar conforme a un modelo bio-psico-social de intervención. Estos aspectos no son solo los derivados de la adicción en sí, sino también aquellos secundarios como las infecciones o enfermedades que los adictos pueden padecer como los aspectos psicológicos, los problemas o trastornos mentales que suceden alrededor de esta problemática y los aspectos sociales, como las consecuencias en el trabajo, en la familia, en la pareja, en definitiva, en el mundo de las relaciones en general.
Valoración del estado físico del adicto
En el terreno de la evaluación, se requieren valoraciones que provengan desde diferentes disciplinas, con el fin de tener una buena “radiografía” del adicto. Los problemas físicos de la adicción pueden influir en su estado psicológico y viceversa, y los de carácter relacional pueden también tener un impacto en los aspectos psicológicos y físicos. Todos esos aspectos interactúan dando como resultado una problemática especial en cada caso. Por esta razón, disponer de una buena evaluación que identifique de forma eficaz aquellas áreas o aspectos que pueden influir en otras, modulándolas o causándolas, determinará después el planteamiento de un tratamiento adecuado y de la puesta en marcha de una secuencia lógica y más conveniente en cada caso en cuanto a la intervención.
El psicólogo participará en este marco de evaluación e intervención llevando a cabo los mecanismos que corresponden con su formación y su pericia; y no deberá olvidarse nunca del resto de profesionales que evalúan e intervienen en el caso, porque supondrán una fuente de información altamente valiosa de cara a la realización de su propia evaluación e intervención. No hay que olvidar que la intervención estará dentro de un marco de evaluación e intervención más amplio y que, para que esa evaluación e intervención de rango superior sea eficaz, se requiere de una participación activa en esa red, además de evaluar e intervenir con el paciente.
Proceso de evaluación
Otro aspecto a tener en cuenta es que, como psicólogos, el proceso de evaluación es parte de un continuo que va más allá de un momento concreto de la intervención donde se aplican las técnicas de evaluación precisas. La evaluación está presente durante todo el proceso de intervención que consiste en 5 pasos:
- Describir las conductas-problema y las variables que las mantienen (Evaluación inicial).
- Formular hipótesis que expliquen ese problema.
- Formular objetivos terapéuticos.
- Seleccionar las técnicas de tratamiento.
- Evaluar los resultados del tratamiento.
Además, cualquier tipo de evaluación psicológica dentro del terreno de las adicciones y en el proceso arriba mencionado, tendrá que evaluar aspectos como:
- El estado psicológico del sujeto.
- Los problemas que se presentan durante la intoxicación y la abstinencia, detallados en los sistemas de clasificación DSM-V y CIE-10.
- El nivel de gravedad de la conducta adictiva.
- Los trastornos mentales presentes.
- El estado neuropsicológico.
Calidad de vida y adicciones
Las adicciones, como se ha remarcado, son un problema de salud pública que tiene muchas implicaciones en todas las esferas de la persona y la sociedad. Si se repasan los criterios diagnósticos de los trastornos por consumos de sustancias se hallarán las implicaciones a nivel médico, psicológico y social que caracterizan a las adicciones que crean expresan o manifiestan en qué consiste una dependencia.
El estado físico del adicto no se caracteriza por la cantidad de sustancias consumidas sino por la expresión de dicha problemática en cuanto a los 3 niveles mencionados. Por eso la medida de la CVRS en drogodependientes se convierte en una alternativa interesante de cara al diagnóstico, además de la evaluación de otras variables, por otra parte, necesarias.
TECVASP
Existe un Test para la Evaluación de la Calidad de Vida en Adictos a Sustancias Psicoactivas (TECVASP) que mide los dominios físico y psicosocial. Dentro del dominio físico se evalúan subcategorías como la actividad funcional, el dolor, el trastorno del sueño, la presencia de náusea o vómitos, la fatiga o la dependencia física. En el dominio psicosocial se evalúan subcategorías como dependencia psicológica, depresión, ansiedad, agresividad, memoria, alucinaciones, concentración, orientación, percepción de la salud física y psicológica, rol familiar y rol social, apoyo emocional y las expectativas de resultado teórico, autorreferencial y autoeficacia.
Esta herramienta puede servir para tener una medida inicial de la situación de salud percibida por el adicto, que establezca una línea base de la intervención que se vaya a realizar, con el fin de monitorizar el proceso de cambio y eficacia del tratamiento. Los indicadores basados en la calidad de vida son efectivos, subjetivos, evaluables, se basan en una definición positiva de la salud y su objetivo es conocer la percepción de las personas que reciben la intervención.
A esta medida habría que añadir también un seguimiento de lo que se ha denominado indicadores “duros” como son la integración socio-laboral, la reducción de actos delictivos, la reducción del uso de drogas, la salud objetiva (morbimortalidad) y las tasas de retención y adherencia terapéutica. Estos indicadores más objetivos son eficaces, evaluables, aunque basados en una definición negativa de la salud y pueden estar a la base de la justificación de las políticas asistenciales llevadas a cabo por una administración.
Transformación del concepto de calidad de vida
El concepto de salud tradicional se centraba, hasta hace pocas décadas, en la idea de enfermedad y la capacidad funcional del enfermo, por lo que, generalmente las medidas de salud que se tomaban eran tradicionalmente indicadores biológicos que informaban acerca de la incapacidad, la enfermedad. La definición que introduce la OMS reinventa el concepto de salud, transformándolo y fundamentándolo en un marco integrado por los aspectos biológicos, psicológicos y socioeconómicos y culturales, que tiene en cuenta cómo interactúan entre sí todos los factores que afectan la vida, la función social y las percepciones que se tienen del mundo y de nosotros mismos.
La salud no es algo abstracto. Estar sanos permite llevar adelante una vida personal, social y productiva: es un recurso para la vida. La salud, por tanto, es la ausencia de enfermedad sino la búsqueda del bienestar en los tres aspectos comentados. En este sentido, se entiende la salud como la búsqueda del bienestar es como se debe entender el concepto de calidad de vida. Mejorar la calidad de vida es uno de los objetivos a lograr y no el de evitar la mala salud o compensar la salud dañada.
Estudios posgraduales relacionados
Como se ha visto a lo largo de este artículo, el estado físico del adicto es un factor fundamental a la hora de realizar su valoración, ya que del estado físico depende en gran medida la calidad de vida. Si quieres profundizar en esta y en otras maneras de dar tratamiento psicológico a pacientes adictos, en TECH Universidad Tecnológica hemos diseñado para ti el Máster en Tratamiento Cognitivo-Conductual de las Adicciones. Con este programa podrás potenciar tus facultades profesionales y dar así un tratamiento óptimo a tus pacientes, acompañado de la información científica más actualizada y completa.
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